Bridget Jones baby, 12 años después, lo absurdo
Ayer a eso del mediodía (tiempo de México) se dio a conocer el tráiler de la tercera entrega de Briget Jones. La curvilínea rubia que conquistó los corazones de miles de mujeres solteras alrededor del mundo al convertirse en su voz y viva imagen.
Tras la brillante primera cinta del 2001 vino la segunda parte en 2004 que si bien no acertó a ser tan buena, todavía dio para muchas risas; seguir deleitando a las féminas con la galanura británica de Colin Firth y Hug Grant además de las ocurrencias con las que Renée Zellweger nos hacía creer que había esperanza para todas. Y cuando digo todas es TODAS; la profesionista entrada en carnes ansiosa de una estabilidad emocional, amorosa, familiar y social que en aquella última parte parecía habernos dejado con la plena satisfacción de ver un final feliz, una boda en puerta y el amor flotando en forma de nieve en el invernal paisaje inglés.
Pero no, resulta que 12 años después Bridget vuelve a la gran pantalla con una nueva aventura que deja poco a la imaginación y mucho a los bolsillos de una irreconocible Renée Zellweger, ¿me equivoco? Juzgue usted mismo
¿Qué le parece? A mí me parece que esta tercera entrega está de más. Que el tráiler nos cuenta más de lo que nos quisiéramos enterar y que ni la hermosa carita de Patrick Dempsey o la de Emma Thompson, ayudan a darle credibilidad a una Bridget que ya no es gorda (aunque ella insista en hacernos creer que lo es), ni simpática, ni soltera, ni casada, ni nada.
¡Vamos! ¿Qué me están contando? Estos señores de Universal Pictures y la directora Sharon Maguire nos quieren ver la cara, la misma cara que ya ni la propia Renée Zellweger tiene.
Veremos si mi vaticinio es correcto dando el grito en su estreno el 16 de septiembre o tendré que comerme mis palabras.
