Fuera de Carta, normalidad con un poco de humor para variar

Para muchos hombres el simple hecho de no ser homosexual es garantía de masculinidad

Elizabeth Badinter

Resulta sorprendente que en pleno año 2012 el libre ejercicio de la sexualidad continúe siendo un tema casi-tabú (ya ni siquiera debiera existir el “casi”), aceptación contra remordimiento y la velada condena social que aún se ejerce  sobre esta condición indiscutiblemente es uno de los factores que obligan a personas en esta condición a buscar sexo clandestino e promueve un fuerte sentimiento de culpabilidad en quien no logra superar el estigma social.

No es que sea un tema moral únicamente, es importante darse cuenta que este sutil y forzado aislamiento representa un tema de salubridad que atañe a todos, porque, estoy seguro que todos conocemos a por lo menos una persona que decide casarse o vivir una vida solitaria antes que aceptar (ya no se diga hacer pública) su condición, sosteniendo en la primera oportunidad relaciones clandestinas muchas veces en condiciones paupérrimas y haciendo de los involucrados y sus  esposas (o esposos) víctimas no sólo de la incomprensión, sino que además de posibles infecciones de transmisión sexual.

Resulta alarmante que las instituciones de salubridad en México reporten que mientras los índices de personas infectadas con el virus de VIH y/o hepatitis “C” disminuyen en grupos otrora considerados “vulnerables”, el índice de personas antes no consideradas en riesgo vaya en aumento: madres de familia infectadas por esposos que sostienen relaciones sin protección.

La pregunta obligada es: ¿qué responsabilidad tenemos como sociedad al mofarnos, poner apodos de de cualquier otra forma condenar a aquéllos que por elección o por naturaleza viven una forma “distinta de amar”? ¿Quién nos ha nombrado guardianes  de las “buenas costumbres y el orden natural de las cosas” o vigilantes de la “naturaleza”? Desde luego, podríamos juzgar el comportamiento irresponsable de aquellas personas que deciden tener hijos fuera del matrimonio y jamás se hacen cargo de ellos, de hombres que conquistan cuanta mujer puede para reafirmar un machismo incomprensible, o hasta a aquellos que disfrazan una amenaza con un indiferente “mientras no se metan conmigo todo está bien”, definitivamente algo no ha terminado de evolucionar.

Entre mis comedias favoritas (me niego a llamarlas de género gay) se encuentra  Fuera de Carta, una comedia ligera que narra la desventurada vida de Maxi (Javier Cámara) un neurótico, neurótico-compulsivo chef cuya (nula) vida amorosa le ha llevado a excesos obsesivos de dar prestigio a su restaurante, dejando de lado por completo su vida personal.

Como para todo hay un tiempo, la película se enfoca en el momento que Maxi deberá enfrentar lo que ha evitado toda su vida: enfrentar su pasado y la innegable necesidad que tiene de amar. Con un cuadro armado por un acertado elenco esta cinta me resulta de lo más atractiva al abordar una condición “especial” bajo un tratamiento de normalidad que coloca a sus personajes en una igualdad de condiciones con un ambiente heterosexual que logra conectar con el público que sepa reconocer la condición humana como eso, humana, libre de atavismos y prejuicios.

Muy acertada la decisión del director Nacho G. Velilla de contar la historia con un humor fácilmente digerible por audiencias de cualquier edad amén del ligero flirteo con breves referencias a cuentos clásicos que pretenden servir de hilo conductor durante toda la historia (resulta bastante atractivo que la narradora sea una niña, lo que da un toque de ternura a los puntos dramáticos).

Aunque el director nos da un aspecto amplísimo del contexto en que se mueve Maxi, y le justifica en cada porción de la historia, quizá el punto menos atractivo del guión sea un poco el abuso de chistes que ridiculizan la condición de Maxi cuyo propósito es ejemplificar esa parte poco tolerante aunque acertadamente dichas “bromas” son hechas por su padre, un hombre de carácter áspero.

Con todo la cinta se mueve ágilmente hacia un inesperado final que poco agradará a quienes insisten en ser vigias de un comportamiento socialmente aceptado, pero que resulta alentador y hasta liberador al alejarse de viejos clichés dramáticos.

Fuera de Carta definitivamente es una película fácil de apreciar con cierto encanto que da una mirada fresca (que no nueva) de una realidad social.

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2 Comments

  • Yo hace mucho tiempo que la ví y la verdad que, siendo Española, no me representó una película que dignificara o acusara o lo que sea el movimiento gay o a los homosexuales en general. La verdad sea dicha en España el ser homosexual es tan indistinto como ser de ojos cafes o tener el pelo chino. Es una sociedad muy abierta y en ese tema bastante avanzada.
    Por otro lado, la película en el género que le toca: la comedia, es sumamente divertida… a decir verdad divertidísima. Al menos a mi me gustó mucho. Pero en si no la considero de crítica social o de otra cosa que no sea simple y llana comedia.
    Saludos!!

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  • Buenas tardes Mike, gracias por tu comentario. Ése es precisamente el gran logro de la película, que logra tratar un tema “espinoso” fuera de España (aunque hay que decirlo, tiene sus índices de homofobia) de manera tan natural y divertida, sin posiciones moralinas y sin tener como objeto realizar una crítica social, lo que la hace relajada y muy disfrutable. Te invito a seguir comentando nuestras reseñas y críticas.

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