La Estrada de Cinescopia: “No sólo hay que oír música, hay que verla”

Busby Berkeley (1895-1976) es como las barras de ajuste cromático: todos las hemos visto, pero casi nadie sabe cómo se llaman.

Indudablemente el género cinematográfico y teatral que menos entiendo y , por lo tanto, menos me gusta, es el musical. En el desarrollo de una línea argumental principalmente dramática, me parece por lo menos desconcertante que alguien nos cuente su historia, se presente o exponga la psicología de un personaje cantando y… ¡bailando! Me pasa que cuando veo una película de este género hay canciones que me parecen de lo más llamativas, sentidas o simplemente “pegajosas”; otras destacan, hay que decirlo, por sus impresionantes coreografías.

Es esta espectacularidad la que hace inmediatamente  descontextualice  las canciones ¿de qué va la película? ¿este número acentúa una escena dramática, sensual o cómica? Desde luego todo esto se debe a la personal falta de atención o por lo menos de sensibilidad hacia este género. Sin embargo  reconozco que para realizar estos números hace falta además de una vocación de artista completo (la preparación de todo actor debe incluir, como mínimo, el desarrollo de disciplinas como el canto, el baile y evidentemente la actuación) disciplina. Muchos directores de cine musical se han formado en las tablas, lo que les dota del rigor necesario para sacar lo mejor de cada número, los movimientos de cámara, sincronía, iluminación y la actitud deben ser perfectos. En el cine musical casi todo se puede expresar mediante la música y baile, las pausas para texto son escasas y es necesario elegir los ángulos correctos y el actor que dé la fuerza necesaria al personaje a través de movimientos enmarcados por un  ensamble y al mismo tiempo sobresalir de él, el género musical es, por lo tanto, trabajo en equipo, fuerza y sincronía, es seducción a través de la vista y el oído.

Otra característica de este género son los espectaculares movimientos de cámara, hay que recordar que muchas veces hay que abarcar a todo un ensamble, por lo que debe hacerse uso de una amplia gama de movimientos que abarca desde todo tipo de panorámicas, travellings, circulares en arco y todo aquél que permita captar cada una de las emociones que experimenta el personaje central.

Em resumen, el musical es un género que emociona y necesita un alto grado de especialización para aprovechar al máximo todas las herramientas disponibles que el cine proporciona, es admirable porque su materia prima principal será el elemento más a la mano de cualquier humano: el cuerpo. El cuerpo como medio para crear, para formar, transmitir y emocionar. Dicen que la prueba de fuego de cualquier actor es el musical porque en él expone su fuerza, control y disciplina. No, no entiendo que la gente cante su historia y baile sus penas, pero yo al igual que casi todos jamás me niego a un musical bien hecho. !Que se muevan esa piernas, que vuelen esos cabellos, que giren esas cámaras y esas bocas cuenten sus historias al compás de una partitura! ¿Por qué llorar cuando se puede cantar?

¿Y Busby Berkely? Su legado está en toda obra musical, teatral o cinematográfica, después de él… ya no hay nada nuevo bajo el sol:

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Equipo editorial de Cinescopia.


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