Metrópolis. La Eterna Lucha de Clases

Pocas películas nos resultan tan atemporales como Metrópolis. Joya del expresionismo alemán, dirigida por Fritz Lang y escrita por su mujer Thea Von Harbou cumple hoy 88 años de su estreno allá por el lejano 1927. Junto a Le voyage dans la lune (1902) dirigida por Georges Méliès se encuentran entre las pioneras del cine de ciencia ficción.

 

 

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La película nos sitúa en un visionario año 2026 en una megalópolis donde la clase obrera vive bajo el yugo opresor de la clase alta. Condenados a vivir bajo la ciudad, en un mundo sombrío y subterráneo que trabajan sin cesar para los que viven en la superficie, los capitalistas.

 

 

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Torre de Babel

 

Metrópolis está plagada de simbologías, no deja de ser un instrumento propagandístico y que políticamente critica al comunismo y al capitalismo y deja entrever referencias claras al fascismo, que en aquella época era lo que imperaba en la vieja Europa. También hay alegorías de carácter bíblico, citas o el uso de parábolas como la de la Torre de Babel: en este caso vemos que los arquitectos y los trabajadores hablan la misma lengua pero no se entienden.

 

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Clase obrera

 

El vestuario también es bastante esclarecedor y nos indica esa división de clases. Los obreros van vestidos de negro, mientras que los ricos visten de blanco.

 

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Schüfftan process

 

El apartado técnico está muy cuidado. Hay que recordar que estamos hablando de los años 20 del siglo pasado y la visión que Lang tuvo de esa ciudad futurista es sorprendente. En palabras del teorizador sociológico del cine alemán, Siegfried Kracauer:

(…) Lang relata que concibió la idea de esta película, internacionalmente conocida, cuando, a bordo de un barco, vio Nueva York por primera vez: un Nueva York nocturno centellando con millones de luces. La ciudad construida en este film es una especie de súper Nueva York, realizada para la pantalla con la ayuda del llamado proceso Schüfftan, un ingenioso artefacto de espejos que permite sustituir con pequeños modelos estructuras gigantescas.

 

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Metropolis 7a

 

Metrópolis es una cinta abierta a todo tipo de interpretaciones, pero desde mi punto de vista, siempre va a sorprender por la puesta en escena. Recordemos también que fue el primer film declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco después de haber sido objeto de un proceso de restauración, impulsado por diversas filmotecas a nivel mundial en el año 2001.

 

 

 

 

 

 

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