Mi nombre es “Alex Waters”

Mi nombre “oficial”: Alejandro Chávez Rodríguez. Mi pseudónimo es un pequeño homenaje a la persona que más admiro artísticamente hablando. Ustedes saben quién es. En los 80s su servidor tuvo variados contactos con este maravilloso mundo. Cines viejos, gigantescos, carentes de lujos y más prácticos que cómodos. La variedad en cartelera que hoy en día se ve muy normal, en esos tiempos era nula. Empezaba el auge de los Multicinemas con propuestas más comerciales e inclusive llegaban a estas salas éxitos que en meses anteriores llegaban a los cines independientes. En estos años, tuve acceso a los más diversos tipos de cine pero sobretodo cine de ciencia ficción, aventuras y comedias. Ya en la adolescencia, mi interés por el cine se nublo, sin embargo con la apertura de los videoclubes que en los 90s tenían gran variedad, me metí a un mundo en donde no pude volver a salir. Desde estrenos hasta películas clásicas, llegue a tener periodos en donde ver dos películas al día era lo normal. Ahí desarrolle la crítica, ya que al no tener referencias de x o y película, obtuve la capacidad de saber que era lo rescatable y lo malo de un mundo en donde si bien es maravilloso, también está plagado de clichés y es empleada como fabrica para generar dinero. Sigo siendo un cinéfilo, disfruto mucho de asistir a las salas de cine y salir con una opinión en particular. Soy exigente y al mismo tiempo abierto a nuevas propuestas. Me encantan los directores con un sello en particular y con una visión crítica del mundo. Detesto el “nuevo cine mexicano” como industria dirigido a una clase media. Creo firmemente en el cine como desarrollo intelectual, político – social y a su vez como generador de esperanza. El cine es un arte y como tal, significa el tratar de reflejar la realidad, pero al mismo tiempo desarrollar la imaginación. Tal vez de ahí radica la potencialidad del cine de ser atemporal y poder trascender su momento histórico y ser más bien una huella de emoción: la mal juzgada y vilipendiada “educación emocional”. Mi educación emocional va de la mano con el cine (junto a la música y los libros), mis valores morales y estéticos no los puedo dividir como procesos sociales sino como procesos de educación  de influencia de pantalla hacia el individuo. La mejor combinación es la de música y cine, ejemplos sobran. De hecho mis “post” estarán enfocados (no todos) a aquellas películas que de una manera u otra, tengan una relación entre la música y el cine. Así que me verán por aquí, comentando llegaremos a la polémica y a un disfrute mayor: el ver una buena película y comentarla. Saludos.

Acerca del autor

Cinescopia   @Cinescopia   cinescopia.com

Equipo editorial de Cinescopia.


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