Momentos Favoritos del Cine: Pretty Woman, la antítesis del Buen Fin

Créalo o no, contraria a mi naturaleza femenina, soy enemiga de las compras de pánico. Salgo huyendo despavorida de cualquier cosa que tenga que ver con compras maratónicas etiquetadas bajo el nombre de cualquier celebración.  Desde hace algunos años en México venimos sufriendo del fraude que representa la venta anual del “Buen Fin”. Venta que lo único que ofrece es crédito a meses interminables sin intereses. No hay verdaderos descuentos, pero por alguna razón que no me explico, los centros comerciales se ponen a reventar.

Bueno, pues esa venta se llevó a cabo el pasado fin de semana, lo que me llevó a recluirme en mi casa viendo películas, lo más alejada posible de cualquier centro comercial. A pesar de que el Arqui Cruz nos hizo una excelente lista de recomendaciones para escapar del “Buen Fin”, me di a la insufrible tarea de buscar una película en Netflix, y ándale que entre las repetitivas recomendaciones de esta plataforma se me atraviesa la película “Pretty Woman” (Mujer Bonita) una comedia romántica de 1990, asquerosamente cursi, como todo lo que lleva la firma de  Garry Marshall.

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Tengo que admitir que con todo y su rosa asquerosidad tengo un gusto culposo por esta cinta que protagonizaron Julia Roberts, Richard Gere y la horrible moda de finales de los años ochenta. En serio que yo no sé qué les pasó a los gurús de la moda en esa época, quisiera romper todas las fotografías de ese tiempo con los recuerdos de esas tendencias, telas incendiarias y ridículos peinados, pero bueno, al menos sirven para reírse un rato.

Si algo recordamos todas los que voluntariamente hicimos el ridículo por aquellos ayeres, es la escena en que la recién descubierta Julia Roberts (Mystic Pizza, Steel Magnolias) se va de compras, mejor dicho,  de shopping por Rodeo Drive. ¡Esas sí son compras carambas! Que ofertas, ni que ofertas, pecado era pensar “soy totalmente palacio” recorriendo los pasillos de Coppel. ¡Lo que cueste no me importa, traigo la tarjeta de mi guapísimo novio millonario! ¡Cenicienta está babosa!

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Sueño guajiro eso que ni qué, pero que sabroso es soñar con un día así. Bolsas y bolsas de compras en las tiendas de los más famosos diseñadores del mundo, mientras Roy Orbison da la música de fondo.

 

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