Momentos Favoritos del Cine: Tierra de Osos – Kenai y Denahi pelean en la cima de la montaña

Hace unos días veía en la tv la película Tierra de Osos (2003), aquella película de los directores Aaron Blaise y Robert Walker que es una de mis favoritas principalmente por la banda sonora y  la historia que me parece muy hermosa y atemporal. Nos habla de cómo nuestra arrogancia nos puede volver ciegos al mundo tal y como lo ven otras personas y cómo para ser mejores debemos aprender a ver el mundo con los ojos de los demás.

Para mí una de las mejores enseñanzas sacadas no de Disney, sino de las leyendas de las tribus nativas americanas.

La película trata sobre 3 hermanos que reciben su tótem en la figura tallada de un animal. Cada tótem representa lo que deben alcanzar para ser llamados hombres. Así Sitka, el mayor recibe el águila de la enseñanza, Denahi el lobo de la sabiduría y Kenai, el hermano pequeño, el oso del amor. Kenai reniega de su tótem pues desprecia a los osos y en un accidente donde se ve involucrado un oso, su hermano mayor Sitka fallece.

Kenai y su hermano Denahi persiguen al oso al que Kenai termina matando y los espíritus deciden transformarlo en un oso para que comprenda la vida desde otro punto de vista. Sin embargo su hermano Denahi creyendo que el oso ha matado a su hermanito se da a la caza del oso en quien se ha convertido su hermano.

Es así como la historia, en la que encontramos a distintos y graciosos personajes, nos muestra que el amor es una fuerza poderosa y que no importa si somos hombres o animales, todos estamos unidos por el lazo del amor.

Pero la escena que más lágrimas me saca es cuando Denahi en su intento por matar a Koda y Kenai de tratar de evitarlo, está a punto de matar a Kenai del mismo modo en que Kenai mató a la mamá de Koda, pero en ese justo instante los espíritus se hacen presentes y transforman a Kenai nuevamente en humano, dejando atónito a su hermano Denahi quien de golpe comprende que ha estado intentando matar a su propio hermano y que su venganza y su ira lo habían cegado y no había podido darse cuenta que el oso era en realidad su hermano pequeño a quien creía muerto.

Esa escena para mí encierra todo el mensaje y climax de la historia que llevados de la mano de una bellá banda sonora hacen el complemento perfecto para esta historia sobre amor, naturaleza y espiritualidad.

Digna de mencionarse es la banda sonora de Mark Mancina y las canciones de Phil Collins que le dan ese aire tribal a la historia de los 3 hermanos.

Es una de esas películas que si uno tiene hijos, sobrinos o hermanitos deberían de sentarse todos a verla en familia y deleitarse con una historia tierna de amor fraternal que no pasa de moda y que la vida, así sea la de un animal, tiene el mismo valor que la vida de una persona.

Hacía mucho que no publicaba un momento y creo que volver a hacerlo para hablar del amor fraternal es la mejor manera de volver… Y a ustedes ¿Qué les pareció esa película?

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