Mr. Holmes: Demencia, olvido y humanización de Sherlock

Hablemos del rubro actoral, ese puente entre la narración y la empatía del espectador(a) que con todos sus registros corporales y emocionales, presencia, carisma e incluso tono de voz hacen que la dirección y el guion tomen una distinta dimensión e importancia para los fines del lenguaje cinematográfico; hablemos entonces de la compenetración con el personaje y del otro elemento indispensable que lo complementa, su estructura, origen y tridimensionalidad, resultantes de un libreto que dan pie a la formación y al desempeño del mismo y que alcanzan en consecuencia a otro rubro de producción en ocasiones muy relegado, el casting ¿Ven como todo es importante? Pensemos entonces, que conexión mística tuvo que haber para que el personaje de Arthur Conan Doyle cayera en la manos del otrora novelista Mitch Cullin y este fuera adaptado al cine por Jeffrey Hatcher para que Bill Condon dirigiera a Sir Ian Mckellen gracias a la labor de casting de Lucy Bevan ¿Impresionante no lo creen? Al final todo se resume en Mr. Holmes, una película tan común para poder pasar desapercibida pero tan interesante para poder echarle un vistazo gracias a la labor histriónica ¡Y claro! A todo lo que hay detrás de ella.

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La cinta, una adaptación de la obra literaria A Slight Trick of the Mind, relata como un viejo Sherlock Holmes lidia con el retiro, con una temprana etapa de demencia y con la gradual pérdida de la memoria mientras en el exilio en su casa de campo comienza a ser traicionado por los recuerdos de su último caso y la figura de una misteriosa mujer.

De inmediato la marca inglesa de su director y la imponente presencia de Mckellen como el investigador toman partido. Rápidamente existe en el espectador una especie de calidez hacía con el relato cuando este proyecta un tono nostálgico e incluso una sensación de lástima, no porque recordemos y demos cuenta de su ambientación o situaciones, sino simplemente porque presenciamos a un conocido personaje en su letargo de muerte, en un retiro mental ¡Imaginemos el impacto! El detective por excelencia, el mentalista, el analista aventurero perdiendo la batalla contra el olvido. Mckellen se torna impresionante en esta labor y el director sabe respetar el espacio de actor al proveer a la cinta de esta cruenta delimitación que hace que los momentos “solo” de Sherlock sean lo más memorable de una loable adaptación de 100 minutos.

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Narrada en dos planos cronológicos en esta lucha intrínseca entre el recuerdo y el olvido y del cómo Sherlock busca escribir la primera novela de su último caso para desmentir las exageraciones y libertades narrativas de su socio el Dr. Watson, no se puede negar que Condon intenta mantener la madurez del relato casi en todo su metraje, sin embargo el elemento del “fanático” recaído en esta ocasión en un niño (El hijo de la sirvienta interpretado por Milo Parker) obligan a que la cinta hacia su desenlace abrace un tono infantil, si bien no molesto, si ajeno al motif y principal conflicto de la película: la mente. El mismo cineasta al parecer da cuenta de esto e intenta sumergir sin éxito a la cinta en una emotividad falsa y forzada donde la metáfora principal se hace física y no termina por cuajar del todo bien, sin embargo quedará el registro de los esbozos en cuanto a las cualidades deductivas del detective para que este se pueda eximir de sus fantasmas y culpas.

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Condon no sabrá lidiar con la complejidad en su metáfora, como investigador de la mente de Sherlock, del libreto y de la adaptación quizá haya sido mejor acudir a otro director o tener una segunda opinión acerca de estos síntomas, pero a pesar de su mediocridad, lo que si conoce es como encausar su relato en fusión y función con la humanización del personaje y una labor actoral soberbia de Ian Mckellen, el cual acaba de agregar a su currículo el haber sido “El Sherlock Holmes”, con todo y demencia senil encima de él.

Para ver un domingo por la tarde, aquí una cinta agradable que usted mismo(a) puede hacer más interesante en proporción al grado de cariño que sienta hacia el personaje de Conan Doyle

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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