10 Películas de Terror y suspense a la mexicana

Hablar de películas “de miedo” en el cine mexicano ha sido por muchos años sinónimo de mutis o de algunos escuetos ejemplos, incluso de risas burlonas. Y es que, pese a que en nuestro país han existido historias macabras, llenas de misterios y personajes dignos de sacar los sustos más cabrones, son pocas las ocasiones en que éstas han logrado salir avantes.

Créame, más allá de las películas de culto en donde los reyes del pancracio se enfrentaban a mujeres vampiro, momias o extraterrestres, hay una rica calidad de cintas olvidadas o poco conocidas que defienden con honorabilidad el género del suspense y del terror sin necesidad de grandes presupuestos, efectos alucinantes o actores de gran renombre, y esto, desde comienzos de los años 30s, cuando nuestro glorioso cine de oro comenzaba a forjarse.

Por ello y con la certeza de que usted desconozca más de uno de estos títulos, le hago esta deliciosa ofrenda de películas muy adecuadas para estos días en donde lo profano, las ánimas, el más allá y toda clase de aquelarres, se mezclan en esta cultura globalizada para, más que nada, recordar que hay cosas que escapan a nuesta razón y por más escéptico, religioso o curioso, ni usted ni yo podemos negar que ha habido noches o momentos de oscuridad en que hemos temido a lo desconocido. ¿O qué? ¿Se atreve a negármelo?

Monjes, brujas, vampiros, ahorcados, fantasmas, seres de oscuridad, la muerte y hasta el mismísimo chamuco son parte de este exquisito top que su segura servidora trae para usted. Así que, agarre su cobija y dispóngase a disfrutar solo o en compañía de este conteo hecho a caval conciencia para hacerlo pasar una velada o tardeada (si le da meyo) de lujo.

 

Bonus – El Vampiro (1957) Fernando Méndez

Así como lo hizo el Drácula de Béla Lugosi o el Nosferatu de Max Schreck, en México, la figura por excelencia del hombre murciélago representante de esta tradición gótica, fue encarnado espléndidamente por el gran Germán Robles. La trama es simple pero cumple. El Conde Duval (Robles) quien vive su vida secreta como vampiro en una hacienda de un pueblo, quiere reclamar silenciosamente por la hacienda donde se encuentra enterrado su hermano. Así, para hacerse con ella, tendrá que pasar por encima de 3 hermanos y la sobrina de éstos, la bella Martita (Ariadna Welter), quienes con la ayuda del Dr. Enrique (Abel Salzar) lucharán contra las fuerzas del mal, los colmillos y esa mirada cabrona que solo Germán Robles, el vampiro latino por excelencia, logró infundir en su personaje. Un clásico que hasta el día de hoy, prevalece como la tropicalización del vampiro en tierras latinas.

 

10 – Más negro que la noche (1975) Enrique Taboada

Con un casting rayado de bellezas de la época que incluye a Lucía Méndez, Susana Dosamantes, Claudia Islas y Helena Rojo, esta cinta comienza con la herencia de una casa fifi de una tía de estas muchachas, cuya única condición para reclamarla, será la de cuidar del gato negro de la tía, llamado Becker. En plan hippie y con distintas historias de vida, Ofelia y sus amigas deciden compartir el enorme techo de esta mansión en donde a partir de su llegada y el trato que tienen para con el mchi (a quien describen como más negro que la noche), desatará una serie de situaciones paranormales que terminará por cobrar venganza felina con cada una de ellas. Quizá la cinta más floja del universo de Taboada, que no obstante tuvo la suficiente fuerza como para cagarse en el remake que hicieron de ella en 2014, que pasó con más pena que gloria, pues ni todos sus “efectos especiales” le dieron un tantio del suspenso de la original.

 

9 – Hasta el viento tiene miedo (1968) Enrique Taboada

Siguiendo con el universo de suspenso y horror que el director mexicano dejó como legado para nuestro cine, en esta cinta protagonizada por otro reparto de chuladas entre las que destacan Norma Lazareno, Maricruz Olivier, Alicia Bonet y la mismísima Marga López son testigos de una tragedia en un internado para señoritas, en medio de un suicidio, el alma en pena de una alumna no dejará de dar lata hasta que logre poseer a una de ellas para vengar la muerte de su madre y se cague en las estrictas y absurdas reglas de la directora Bernarda. Esta cinta tiene de todo, presencias demoníacas, una posesión, vida después de la muerte y un título por demás encantador que atrapa y hechiza al espectador. Como siempre lo decirmos, con todo y la paupérrima producción, Taboada logra en ésta y la mayoría de su obra, salir bien librado en un cine que no estaba preparado para él. Todo un revolucionario de su época.

 

8 – La tía Alejandra (1980) Arturo Ripstein

Una tía que es bruja parecería chiste, pero aquí se convierte en una anécdota cabrona. Isabela Corona da vida a la tía Alejandra, quien a raíz de la muerte de una parienta, decide mudarse a la casa de su sobrino (Manuel Ojeda) y su esposa (Diana Bracho). Ahí, en la misma casa donde se grabó El castillo de la pureza los rezos extraños, las velas negras y unas marionetas con las que me sigo cagando de miedo, comenzarán a hacerle la vida imposible a cada miembro de esta familia cuyo único delito fue el de querer salir de clasemedieros y ver en la tía, su cheque en blanco. El manejo de los elementos naturales controlados por las fuerzas malignas, muertes trágicas y espantosas y una lucha con el amor de una madre que aparentemente todo lo puede, son los elementos para colocarla merecidamente entre las mejores de su género.

 

7 – El libro de piedra (1969) Enrique Taboada

Recuperando la tradición gótica, de la institutriz que llega a una casa alejada de la civilización para crear un vínculo especial con una niña un tanto olvidada y juzgada de loca por un padre ausente y rechazada por una nueva madrastra, Taboada presenta una historia (la primera) donde da el protagonismo a los niños y en quien encuentra seres capaces de generar el miedo más absoluto que lo ponga a uno al borde del asiento. Haciéndose nuevamente de la participación de Marga López, su papel como la Señorita Julia, será clave para desenmarañar esta fantasía llena de tragedia y ocultismo que inicia como un juego y termina como una horrible realidad. Mención aparte ver a una de las divas del cine de oro, entaconada, con falda y trepada en lo alto de la cúpula de un templo… ¡qué bárbara! ¿Y qué me dice del animal?

 

6 – Veneno para las hadas (1986) Enrique Taboada

Quizá, la mejor y más lograda cinta de Taboada en el género que como nadie, bordó y clavó en una época donde el común denominador se centraba en un cine más ramplón y lleno de encueradas, vaqueros de segunda y otras monerías. Con una fantástica actuación de Ana Patricia Rojo (a quien después veríamos perderse en el universo de la telenovela) a dueto con la desaparecida Elsa María Gutierrez, Verónica y Flavia, respectivamente, hacen de los 90 minutos de esta cinta, una gozada. Son ellas las amas absolutas de una pantalla que reduce a los adultos a voces y piernas y que encuentra en estas dos chiquillas, la combinación perfecta para “jugar” con un terror psicológico que nos lleva por el camino de la brujería, la maldad que puede habitar en un pequeño cuerpecito y el arrojo de un temor que primero empapa al espectador, antes que a cualquiera de sus protagonistas.

 

5 – El misterio del rostro pálido (1935) Juan Bustillo Oro

Casi le puedo garantizar que usted no ha visto esta joya poco conocida y penosamente en una calidad muy malita en YouTube. No obstante, le cuento que esta cinta es toda una institución en el género del terror y el suspenso en nuestro cine, quizá, la primera película que al más puro estilo del Dr. Frankenstein, nos presenta la historia de un doctor obsesionado por encontrar la cura a una extraña enfermedad (la lepra) y cuya necedad, dará al traste con una relación de amor que intentará traspasar la muerte para (literal) revivir el fuego de pasión de dos jóvenes que se lleva entre las patas, uno de ellos, su propio hijo. Un drama con tintes de obras como El fantasma de la ópera, que le aseguro, no lo dejará indiferente. No se pierda de sus efectos especiales y de la exquisita decoración art decó de sus sets.

 

4 – Espiritismo (1962) Benito Alazraki

Otra joya poco conocida que a pleno inicio de los 60s, se atreve a presentarnos una historia donde la ouija, los espíritus, las diferentes religiosnes y por supuesto, el culto al mismísimo chamuco, se adelantan totalmente a su época para presentarnos una cinta por demás fascinante. No le quiero espoilear nada, solo le pido que no tome en cuenta el mensaje moralino con el que ésta termina. Enfóquese en su extraña temática y en la excelsa tropicalización del cuento de W. Jacobs “La pata de mono” (¿Lo relacionó con Los Simpsons y la casita del horror?) donde este elemento será capaz de cumplir los más fervientes deseos acompañados de las más atroces consecuencias. ¿Se anima a verla? Le aseguro que no se va a arrepentir.

 

3 – El fantasma del convento (1934) Fernando de Fuentes

Responsable de pilares de nuestro cine como Vámonos con Pancho Villa, El compadre Mendoza o Allá en el rancho grande, el genio de de Fuentes también tuvo para crear una auténtica perla del horror y el suspenso que le garantizo, no lo dejará indiferente. Esta historia de mojes, un triángulo amoroso, la lucha de poderes entre el bien y el mal y hasta uno de los primero efectos especiales en la gran pantalla mexicana (un libro en el que de pronto se plasma un mensaje con sangre en sus páginas) es una gozada. Un clásico que pocos conocen en donde quizá, la idea de ver a la mujer como la causa de todos los pecados, pueda parecer retrógrada. No lo tome tan a pecho, entienda el contexto católico que predominaba en la época y disfrute de todos los demás elementos, que son los que en realidad siguen enalteciendo la cinta.

 

2 – El escapulario (1968) Servando González

Con la complicidad de la lente de Gabriel Figueroa, esta historia en el contexto de la Revolicón Mexicana nos muestra el excelente manejo de un buen suspense. Una cámara que nos vuelve cómplices desde un principio y que juega un papel fundamental en el desarrollo de un relato que perfectamente podría ser cualquiera que uste o yo podamos haber escuchado de nuestros abuelos. Una mujer a punto de morir, en plena confesión, habla a un sacerdote sobre los enormes poderes que un mágico escpualrio (el cual le ofrece)  ha sido testigo para bien y para mal, de cómo, cuando la razón no nos da, siempre podremos refugiarnos en la fe, lo espiritual y todo aquello que escape al entendimiento humano. Mención aparte la animación que con palomos enamorados, corazones y flores, se avienta Figueroa. No deje de verla.

 

1 – Macario (1960) Roberto Gavaldón

Lo onírico y lo real, la vida y la muerte, el rico y el pobre, el bien o el mal y los más bellos claroscuros, dan vida a una cinta que al paso del tiempo, sigue perenne, cautivando a propios y extraños como lo hizo hace ya más de 60 años. Parecería absurdo, pero luego de su estreno incomprendido en México (no todo el mundo la entendió), esta obra masesta vaiajó por medio mundo, siendo laureada entre muchos otros reconocimientos, con la primera nominación al Oscar como película extranjera, y en Cannes, la tremenda escena de las Grutas de Cacahuamilpa llenas de velas representando al universo de las almas, se llevó el premio a la mejor fotografía. Una bellísima oda a la muerte y una de las actuaciones más grandes realizada por el inconmensurable Ignacio López Tarso.

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Cat Movie Lee    


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