Ben-Hur: ¡Un fracaso de proporciones épicas!
De todos remakes que se hacen año con año, uno esperaría que al menos uno estuviera a la altura de su original dado que lo único que vemos actualmente en el cine comercial es un 80% remakes; pero no ha sido así. Hace unos días me tocó ver en el cine el remake de esa Joya épica y clásica que fué estelarizada en 1959 por Charlton Heston: Ben-Hur. Debo admitir que desde el tráiler todo auguraba que iba a ser un churro, pero jamás pensé que de proporciones épicas. Si ya saben cómo es uno, para qué hacen remakes. No es que uno solo busque la sangre y se vaya a la yugular de las nuevas producciones de remakes, es que no hacen uno solo que sea digno de lo que ya fué hecho, no se mejora nada, no se refresca nada solo se atiborra de efectos especiales y galanes hollywoodenses y se abren las arcas en espera de la llegada del billete recaudado.
Ben-Hur no se queda atrás. No puedes no hacer comparaciones porque no es un trabajo original y miren que la versión con Charlton Heston y Stephen Boyd de 1959 era un remake pues antes fué inclusive, una película muda. PERO… la gran diferencia es que la versión de 1959 contaba con una historia bien estructurada donde no había cabida para el sentimentalismo barato ni la lágrima fácil. Las actuaciones fueron muy buenas y los efectos especiales y la escenografía eran un vehículo solamente para contar la historia, y no como hoy día, en que se convierten en un personaje más que termina por comerse el desempeño de los protagonistas Toby Kebbell y Jack Huston como Mesala y Judah.
En esta nueva versión, el director Timur Bekmambetov (Wanted, Night Watch) nos quiere meter con calzador la idea de un Mesala humillado desde su infancia y que crece con falta de amor por parte de la madre judía que lo adoptó y a pesar de que ama a su hermano Judah y estar secretamente enamorado de su hermana Tirzah, Mesala sabe que debe forjarse un nombre por sí solo para poder ser digno de que su madre lo ame.
Esta versión ‘políticamente correcta’ del nuevo Ben-Hur, nos muestra un Judah como un príncipe engreído y desinteresado de aquello que le pase a su pueblo, se supone que es muy respetado entre su gente pero solo por ser el del dinero porque así como que por sus palabras sabias nada más no.
Para complementar la historia el director se quiere ver innovador y nos regala una subtrama que es la que lleva a Judah y su familia a su funesto destino. La verdad es que esa subtrama está de más y resulta más que predecible, hasta tediosa, pero es el vehículo que el director encuentra para ir atando cabos en el transcurso de su proyecto. Las incoherencias persisten a lo largo del mismo y llega un momento en que para el final uno no sabe si lo que está viendo es un episodio de Hanna Montana, Broke Back Mountain o una tragedia estilo La Rosa de Guadalupe. Y vaya que La Rosa de Guadalupe resulta más convincente.
Cabe señalar que el director quiere hacer incapié en el mensaje de arrepentimiento y redención de la historia por lo que le regala a un muy sexy (me voy a ir al infierno por mis pensamientos) Sweet Jesus Crist (en la piel del papirrísimo y sexy Rodrigo Santoro) más minutos q a la madre y hermana de Judah. Algo totalmente innecesario que le resta impacto al mismo Jesus y a la ‘relación’ creada entre este y Judah. Recordarán que en la versión de 1959 era muy imponente que todos voltearan a mirar al ‘Maestro’ pero que en cámara jamás se viera su rostro y las caras de los presentes reflejaban de inmediato una gama de emociones que en esta versión se pierden por completo.
Creo que el único acierto de la película es la escena de la carrera de coches aunque no es mejor que la muy entretenida y hasta divertida escena de las galeras que a mi parecer es lo mejor de la película; eso y el hecho de que el Jack Huston se ve más guapo e imponente con la melena larga.
Pero veamos, ya que como decía el chavo del 8 ‘La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena’, nunca queda claro porque Mesala le agarra odio a su hermano y se quiere vengar, y vaya que es incomprensible, ya que el director se pasa la primera media hora de la película atiborrándonos de escenas que nos dejan en claro el amor que había entre Judah y Mesala, peores cosas me han hecho mis hermanos y no los llego a odiar… En fin, aquí se trataba de justificar a Mesala y de que Judah busque venganza.
Ahora bien, en su afán de buscar darle un refresco a la película hay varios cambios en los personajes, y algunos entrañables como Quinto Ario brillan por su ausencia, además tenemos a las mujeres progresistas de la época, que iban por ahí manoseándose con su marido por la calle, y que cabalgaban en pantalones usando blusas que parecían marca Armani… y alá las perdone, SIN VELO que les cubriera la cabeza. Lejos estamos de las bellas túnicas y turbantes. Ahora tenemos pareos que van encima de los pantalones de terlenca. Pero lo más lamentable es el final vomitivo estilo La Rosa de Guadalupe que nos entregan. De verdad lamentable y digno de incendiar la sala de cine.
Mi veredicto es que ésta es una cinta olvidable totalmente, de esas hechas para educar a las nuevas generaciones que solo buscan ver efectos especiales deslumbrantes sin importar la coherencia de la historia y mucho menos las actuaciones y desarrollo de personajes.
De verdad que por favor si puede evitarse verla, espere a que salga en HBO o algún otro medio alternativo porque no le niego que puede ser que lo entretenga un rato, pero ese final mierdero hace que tooodo lo poco bueno que le haya podido rescatar sea arrojado como la basura que es, justo al sanitario para bajar la cadena y desear jamás haber presenciado tal insulto.
¡HASTA LA VISTA!
1 Comment
Pregunta: por que ser tan benevolente con esta cinta?? Como que tuvo algo de bueno?? Osea la crítica está muy bien encaminada hasta que dice la película tiene algo ligeramente bueno. Si es un ASCO. Se merece nómina iones a casi todos los premios Razzie y digo casi porque los de peor guión y peor remake o adaptación que pase a recogerlos ahorita mismo