Celebrando 100 años del 7º arte y 10 de éxitos “tenderos” (1).

Ricciotto Canudo es considerado el primer crítico y teórico del cine (al cual lo consideraba como “las artes plásticas en movimiento”). Este italiano hace exactamente 100 años publicó “El Nacimiento del Séptimo Arte”, en el cual, dicho termino es utilizado por primera vez en la historia, principalmente para referirse a la misma profanación de lo “artístico” por parte de la industria, a la cual, se refería como “tenderos y comerciantes”. Canudo criticaba severamente a lo que él mencionaba como “la apropiación indebida” por parte de la industria del llamado arte para referir (publicitar) sus obras (producciones) más importantes… ¡Oh Canudo! Qué sabio eras.

 

Su caza recompensas es ferviente seguidor de la ideología de Canudo, sin embargo, también habrá que no solo aceptar, sino también regocijarse, cuando “los tenderos” se encargan de vislumbrar con la manufactura y/o distribución de muchas de sus obras al ojo humano.

En el cine (ya sea considerado para unos un medio de entretenimiento, y para otros una expresión y corriente artística), es innegable que existen obras que se hicieron para perpetuar a través del tiempo, en las cuales los comerciantes referidos por Canudo, no solventarán en muchas ocasiones su inversión, pero liquidarán la deuda con el cinéfilo, dejando el séptimo arte en su mente y corazón. Los tenderos también supieron crear arte la pasada década y para muestra, estos 20 films que para su servidor definieron, y en ocasiones, revolucionaron el arte que tanto amamos:

The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring (Peter Jackson, 2001).

 

El género fantástico tomaba nuevos bríos con esta portentosa producción sobre una de las obras literarias más queridas de todos los tiempos. Jackson no escatimó esfuerzos en ningún rubro, y teniendo como base una soberbia adaptación, solo bastaba dejar en claro su pericia directiva para que el magnífico colectivo de actores  (Mckellen, Lee, Mortensen, Bean, Wood, Holm, Blanchett) brindara una serie de legendarias interpretaciones.

Esta primera parte aborda el origen de la saga con el drama y la aventura necesarios para identificar al espectador con el conflicto planteado. Pocas veces se podría decir que el film es superior al libro y la La Comunidad se convierte en uno de esos raros casos. La más dramática de la serie debió haber sido premiada como lo mejor del cine en El Oscar aquel año, premio que su tercera entrega recibió más por homenaje que por meritos propios. Como nota, es imperdonable dejar pasar de ver la versión del director de esta primera parte.

City of God (Fernando Meirelles, 2002).

 

La llamada “meca del cine“quedó estupefacta al presenciar la joya cinematográfica proveniente de Brasil (Tomando un merecido asalto a las principales premiaciones aquel año en los rubros principales), donde Meirelles retratara de forma maestra los hechos reales que refieren al conflicto del hampa sufridos por la principal protagonista: La Ciudad de Dios. La mayor virtud de la cinta es posicionar al histrión de carne y hueso como un simple y fabuloso reparto a la merced del sublime retrato de su ambientación, la cual se transforma en el principal actor de esta fábula narrada desde la memoria de un simple espectador.

La fotografía de Cesar Charlone junto a la edición de Daniel Rezende son ingredientes sobresalientes en la década y  los principales encargados de dar vida a la entrañable y peligrosa Ciudad de Dios.

Gangs of New York (Martin Scorsese, 2002).

 

El Maestro Martin Scorsese había caído en una debacle artística durante 7 años, y pareciera que la locura lo había tomado por sorpresa cuando escogió al joven DiCaprio como protagónico de su nuevo film. Con lo que nadie contaba es que Scorsese había vuelto a su querida Nueva York para narrar de forma preciosa y violenta los orígenes de su diversificación racial y la búsqueda por la supremacía de cada una de ellas a través de la sangre y la ideología.

DiCaprio se convertiría en el nuevo “fetiche” del aclamado director y Daniel Day-Lewis en el principal vehículo de la maestría de esta obra, al dar vida a uno de los personajes más definidos y míticos de la cinematografía de la última década. La obra, desentendida por muchos, logró catapultar a la pantalla grande una ola de excesos estéticos que solo Scorsese hubiese podido controlar a través de un ritmo y narrativa excelsos.

The Pianist (Roman Polanski, 2002).

 

Una oda a la soledad, a la tensión e incertidumbre, pero sobre todo, un logro del séptimo arte que refleja el film más personal de Roman Polanski que recae puramente en el más simple significado  de la palabra arte: el medio por el cual se expresa una emoción, sentimiento y/o una visión del mundo.

Un artista – cineasta castigado por el mundo que en carne e imagen de Wladyslaw Szpilman (un fastuoso Adrien Brody) refleja su sentimiento e ideología de entendimiento, perdón y lealtad hacia el mismo. Aun cuando este se presente como algo vil e inmisericorde, siempre existirán momentos bellos que opacan el oscuro camino y que significan la esperanza y redención. Si una imagen vale más que 1000 palabras, esa imagen es Szpilman tocando el piano frente al oficial alemán en aquella mansión de resguardo nazi… qué bello es el séptimo arte.

Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Michel Gondry, 2004).

 

El guionista Charlie Kaufman es un referente indispensable en las dos pasadas décadas de los revolucionarios estándares que un guion es capaz de alcanzar; este, junto a la igual de inventiva y subversiva forma de filmar de Gondry, dieron forma a una de las películas mas románticas de los últimos tiempos a la orden de una historia plena de ficción especulativa. Igual a su química, se encuentra la pareja protagonista, la cual con el morbo del espectador, se fue apreciando que Jim Carrey también es capaz de actuar (sobre todo cuando se encontraba delante de una magníficamente desesperante Kate Winslet).

Un cuento de hadas del nuevo siglo que nos indica que el amor está ligado igualmente al destino que a la casualidad, contrariedades que se vuelven justificadamente lógicas en un libreto de un maestro como Kaufman.

Seguiremos celebrando…

Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


3 Comments

  • Esta vez no estamos de acuerdo del todo fett, nunca consideraria ni “gangsters de nueva york” ni “el pianista” como obras que revolucionaron el cine: La primera es una historia tan mala y exagerada que resulta irreconocible Scorsese en esta pelicula, hacia mucho tiempo que no me dormia en una pelicula y esta lo logro, mas bien el hueco en la filmografia de este director comenzaria con esta pelicula despues la horrorosa “el aviador” y la sobrevalorada “los infiltrados”; les recomendaria si bien no es de la decada una revision a “bringing out the dead” que en lo personal me recordo al Martin de comienzos. Y la segunda si bien es un cambio radical a lo que nos tenia acostumbrados Polanski, no deja de ser una historia predecible que no aporta nada nuevo, que efectivamente es una historia tragica en una terrible epoca para el hombre pero por la misma razon me pregunto: sera que no hubo mas conflictos devastadores en la historia?

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    • Estimado Bedub como esta? Agradezco mucho su opinion. Esperemos que con las proximas entregas de este especial ya sea que estemos de acuerdo o no, siga el bonito debate sobre esto que nos apasiona.
      Ya entrando en opinion, si bin dije que algunas de las peliculas mencionadas o a mencionar a mi gusto revolucionaron el arte, estoy de acuerdo con usted que las dos mencionadas en el comentario no fueron de ellas. Sin embargo creo que cuentan con virtudes que realzan su status cinematogrtafico sobre muchas otras de la pasada decada.
      En cuanto a El Pianista, estamos de acuerdo que el conflicto suele ser cansado, pero mi gusto hacia laobra de Polanski es el estilo muy personal del cineasta impreso en el film, el cual se deja ver a cada escena.

      En Pandillas de Nueva York, estamos de acuerdo con el exceso de la obra, pero insisto que Scorse sabe manejarla y la participacion de Day Lewis es de destacar no solo en esta pelicula, sino en la serie de intepretaciones del cine producido en la lamada “meca”.

      Seguimos con el debate estimado en la siguiente entrega. Un cordial saludo.

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