Evaluación cinematográfica del 2010. Parte 1.

Seamos sinceros y aceptemos que la tradición de apreciar el séptimo arte en la comodidad de una sala de cine esta muriendo ¿Las razones? un conjunto de factores que nos llevan a una sola consecuencia.

Por un lado esta la piratería, practicada por medios virtuales o adquiridas a través de la compra en cualquier changarro hogareño. Luego, nuestras queridas distribuidoras que en su infinita sabiduría deciden optar por los aspectos financieros y mercadológicos en lugar de traernos obras exquisitas que se originan tanto nacional como internacionalmente. Existe además la excusa del costo de un boleto de cine, lujo que hoy en día se confina a la clase media alta. Y por último estamos nosotros, que hemos contribuido en casi un 100% a los factores anteriores ¿Pero cómo?

Origen de la problemática

Antes de pasar a esta cruda evaluación y mordaz realidad, me gustaría indagar un poco en el tema de la piratería y hacer el intento por señalar (a mi punto de vista) de dónde se origina el problema. La piratería ha mutado a través de las descargas por Internet; esto se ha convertido en uno de los principales factores no sólo de la pérdida de tradición que refleja el verdadero amor al cine, sino también en una baja monetaria que repercute directamente en la distribución y muestra de verdaderas obras de arte en las salas. Y no hablo de la producción del “maguito” preferido de todos o de los “vampiros brillantes” que se embolsan millones tras sus estrenos, sino de aquellas obras que no vemos simplemente por que son ajenas a una cartelera de cine cada vez más distraída.

Imaginemos que “Abel” de Diego Luna o “Año Bisiesto” de Michael Rowe, (ambas producciones mexicanas galardonas a nivel internacional) hubieran abarrotado las salas en sus escazas semanas en cartelera. Creo que no necesito mencionar qué repercusión positiva tendría este supuesto para las futuras producciones mexicanas o de arte a nivel internacional; sin embargo, veo a un Diego Luna a través de su twitter agradeciendo la poca distribución nacional de su obra (60 copias) y a la ganadora de la sección Horizontes en Cannes “Año Bisiesto” una semana por las carteleras del país (10 copias), mientras que “Eclipse” y “No eres tú, soy yo” se embolsan todos los morlacos. Qué tristeza e impotencia, qué ignorancia… aunado a esto se encuentra nuestra contribución en la práctica profana de la piratería, ya que no dudo que muchos de nosotros hayamos visto estas dos obras u otras independientes y/o de arte, a través de la descarga en algún portal o de la adquisición con los señores piratas en algún tianguis, en vez de hacer un esfuerzo por asistir a las salas cinematográficas.

Hay que aclarar que la descarga de una película y la adquisición “pirata” de ésta es lo mismo, de manera que, peca de igual manera aquel que gasta sus $15 pesitos, a aquel que invierte su tiempo descargando cualquier número de películas a través de los variados portales de Internet.  Les recuerdo que según nuestra ley “Por piratería debe entenderse toda aquella producción, reproducción, importación, comercialización, venta, almacenamiento, transportación, arrendamiento, distribución y puesta a disposición de bienes o productos en contravención a lo establecido en la Ley Federal del Derecho de Autor y en la Ley de la Propiedad Industrial.”

Entonces, haciendo una recapitulación usemos el mismo ejemplo. En un supuesto “Abel” y “Año Bisiesto” abarrotan las salas, no se adquieren a través de prácticas piratas y la gente pregunta, asiste y se encuentra interesada por la proyección de una o ambas películas. Sorpresivamente esta práctica se vuelve constante durante un mediano plazo: el cine de arte y el cine nacional de calidad tienen sus máximos ingresos a pesar de estar solamente de una a dos semanas en cartelera. Las cadenas empiezan a notarlo  y a través de la repartición de la taquilla, (con la distribuidora y/o productora) es inevitable apreciar que el cine de arte empieza a funcionar ¿consecuencia?  las casas productoras y/o distribuidoras comienzan a producir un mayor número de copias; a llevar a cartelera producciones de arte o comerciales mostradas a través de festivales internacionales (Cannes, Venecia, San Sebastián, SITGES, Toronto, Guadalajara, etc.) que antes ni en los sueños más guajiros hubieran pisado salas mexicanas; a mantener durante más semanas dichas producciones y por ende, por principios básicos de mercadotecnia y al notar que la demanda va en aumento, la oferta decrece: el precio de un boleto (ley de la demanda).

Qué días aquellos en que los Multicinemas se llenaban. Qué recuerdos ver a toda esa gente sentada en los pasillos. La piratería no había mutado y el precio del boleto de cine era accesible para cualquier humano que quisiera apreciar este bello arte. No hacen faltan cifras de cuánto se han embolsado los involucrados y tampoco del número de películas de arte o provenientes de festivales años atrás en comparación a las de ahora; basta recordar y haber estado ahí, estar hoy ahí y seguir estando ahí.

Su servidor puede jactarse de siempre estar interesado en la pobre cartelera para ver no sólo las producciones comerciales, sino también con el objetivo de buscar desesperadamente apreciar una obra de arte, una obra venida de festivales, galardonada, con buena crítica o un buen cine nacional en una portentosa sala de cine, escapar a otro mundo, sentir una problemática ajena y tener más herramientas para el intercambio crítico y cultural después de su proyección. Factores que una televisión y la pantalla de una laptop nunca podrán ofrecer. Sin embargo hay pocas posibilidades de disfrutar dichas producciones como se debe, y como en todo círculo vicioso, uno busca la última opción, y si me lo preguntan, prefiero la televisión que mi pantalla de laptop, así que asisto a buscar películas como “Mr. Nobody”, “Chico Grande” a algún changarro siempre buscando una decente calidad (previo a una compra en formato original en los puntos de venta concurridos) ¿Y qué? ¿Quién me puede decir que estoy mal? ¿Los que las descargan? ¡Sinvergüenzas! Mejor apoyen con su presencia a las salas para hacernos notar y poder exigir cine como se debe. Al menos su servidor lo intenta pero el sistema muchas veces termina por vencer.

Continua en la segunda parte…

Escuchen a su servidor y a Oscar M. Rodrìguez todos los Martes a las 22:00 hrs. en Audio-Visual, el mejor porgrama de cine en radio a través de www.radiofusor.com

Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


6 Comments

  • También es cuestión de qué intereses tiene la sociedad. Hace poco publiqué los resultados de una encuesta donde la mayoría de los que han ido al cine buscan la cción y la comedia, géneros -salvo algunas excepciones- son para “pasar el rato” y carecen del aspecto artístico. Creo que no hay de otra mas que la educación, si por lo menos los “papas piratas” adquirieran estas copias de obras de calidad tal vez una nueva audiencia se interesaría por otro tipo de cine que no sea la siguiente parte de Los Indestructibles o la nueva de Jack Black.

    Escuché de un proyecto para crear una un par d eproyectos para crear salas de bajo costo, uno por parte de Cinepolis y otro por iniciativa de un director mexicano cuyo nombre olvidé. Ojalá tengan éxito

    A la expectativa de la siguiente entrega.

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    • Excelentes nuevas Sr. Esperemos que sea asi pues si se ha vuelto complicado el costo de un boleto. Aun asi debemos contribuir a asistir a ver buenas producciones ya que existe un cacho de esperanza que esto cambie de curso a nuestro favor. Este factor lo explico a mi manera de ver en la ultima parte de esta entrega.

      Saludos.

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  • de acuerdo con esta 1ra parte, sobretodo desde el punto de vista un tanto social, la pirateria se ha comido el cine, musica hasta libros, pero tambien la gente piensa dos incluso mas veces gastar en una entrada al cine ya que se ha vuelto casi un lujo ir y en mi caso particular debo nescuchar varias recomendaciones antes de ir a ver una pelicula.. este 2010 me quedaria con BIUTIFUL el “negro” no rompe su esencia y a mi gusto mejora como director… aunque tambien el 2010 me dejo varios dolores de cabeza y mal humor por gastar en el cine … y lamentablemente en las producciones mexicanas otro mal año.
    saludos

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    • Sr. Ibañez a veces debemos pasar por sacrificios para poder apreciar lo bueno. Yo se que porqueria fue la que se chutó en el cine, pero vealo por el lado bueno: la palabra crítica esta con usted.

      Sin duda queda claro que Alejandro Gonzalez Iñarritu no solo puede levantar tazas, copas, jarras, tarros sin Arriaga, sino que tambien podria levantar un Oscar este año. Ahi Guillermito estas en mi lista.

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  • Muy bueno, excelente!! Yo lo unico que puede decir es que hay de todo: gente que no tiene dinero y no puede darse el lujo de ver una peli en una sala, gente que si tiene dinero pero no tiene ganas de ir a la sala y por eso la baja a pesar de si tener el dinero, gente que no le importa ir a una sala y prefiere comprarla a muy bajo costo por la calle o bajarla con muy baja calidad de internet en pocas horas, gente que no le interesa el cine o muy poco, pero que trabaja bajando pelis para luego venderlas, etc. La cultura de las nuevas tecnologías trajo consigo ésto y es algo muy difícil de erradicar, estoy de acuerdo que la educación es una buena herramienta, también, como vos, recuerdo aquellos tiempos en los que no era tan masificado internet y la gente tenía otro imaginario acerca del “ritual de asistir al cine”, era otra cosa, no sé cómo explicarlo.
    Saludos, Fett!!

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    • Sr. Angel gracias por su comentario. Todo un honor que ande por aca externando su opinion que nos afecta a toda America y que desgraciadamente el ritual hermoso de asistir al cine se ha ido perdiendo por la corrupcion, la falta de educacion y cultura e intereses de las industrias filmicas. Pero seguiremos luchando

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