Las 10 Mejores Películas de Joan Crawford

Considerada la más icónica flapper del cine mudo, la texana Lucille Fay Le Sueu sobrevivió en la transición sonora gracias efectivamente a su rebeldía y porte de diva nada convencional. Sin corsé y con faldas cortas, la internacional Joan pronto sería una de las figuras más emblemáticas durante 6 décadas de Hollywood, luchando siempre en contra de los nuevos talentos y manteniéndose fiel a su fuerte temperamento, que al final la llevarían a ser desde presidenta de la Pepsi Company, hasta una de las primeras estrellas en ser reveladas al público como una persona de trato cruel en la intimidad familiar.

Un día como hoy nace Joan Crawford, la mujer progresista, la amante de Marilyn Monroe, la archienemiga de Bette Davis, uno de los mejores retratos de la autonomía femenina en el cine, “Billie” para sus pocos amigos y sus chicas amantes de Holywood, una Leyenda del Cine.

Aquí sus 10 Mejores Películas

 

10 – A Woman’s Face (George Cukor)

POR EL FETT

Para comenzar por demostrar que notoria actriz era Crawford, pongamos como ejemplo este remake de la cinta original sueca de 1938, y en la que Joan interpreta a una mujer que tras cometer asesinato, se somete a una reconstrucción y cirugía facial para cambiar de vida. No solo la actriz puede similar dicho cambio de manera íntima y emocional, sino también superar a la actriz original, la cual fue nada más ni nada menos que Ingrid Bergman. Un melodrama con toques de thriller en donde también la dirección de Cukor (fuera de su zona de confort), provee de la presencia y notoriedad necesaria a la actriz, que con este papel comenzaría su etapa dorada en la década de los 40

 

9 – Humoresque (Jean Negulesco, 1946)

POR EL FETT

Haciendo mancuerna con John Garfield, Crawford deconstruye su imagen de mujer recia y líder, en un relato que la lleva a abandonar su conveniencia y control sobre la vida y los hombres, en cambio del verdadero amor. La manipuladora convertida en manipulada, es interesante ver a la actriz desnudar su poderoso y dominante arquetipo de los 40, al servicio de un drama romántico que guarda como valor agregado al mundo de la música y los celos artísticos tan característicos del mismo. En otra adaptación que la misma actriz consiguió a base de la pura insistencia con los estudios, como dato curioso, en el cambio de actriz la producción tuvo que doblar la inversión en el departamento de vestuario para su diva.

 

8 – Daisy Kenyon (Otto Preminger, 1947)

POR EL FETT

Es notable la pasión con la que Crawford interpreta a la empoderada mujer que engalana el título, y es que fue ella misma la que intentó primero comprar los derechos de la novela homónima. Al no tener éxito, suplicó a Preminger que la seleccionara para el rol por encima de Gene Tierney, siendo finalmente la recia Joan la elegida. Es la historia de un triángulo amoroso que guarda dos grandes particularidades narrativas: la primera, el sutil pero aún así importante retrato sobre las nacientes agencias publicitarias de la postguerra; la segunda, el también ligero pero aun así crudo manifestó sobre el estrés post traumático del conflicto, reflejado no solo en el personaje de Fonda, sino en el pesado sentir social con el que Preminger y la propia Crawford empapan al relato.

 

7 – Autumn Leaves (1956)

POR EL FETT

Acreedor al Oso de plata a la mejor dirección en el Festival de Berlín, Robert Aldrich tuvo que buscar que este intenso y tenso drama, fuera reverenciado fuera de los Estados Unidos debido al tabú de la pareja protagonista, donde Crawford interpreta a una mujer mayor que se relaciona con un misterioso y mucho menor hombre. Así pues, lo que pareciera una historia de amor desinteresado, de repente y con la aparición de un tercer elemento, se transforma en un relato de suspenso, con toques de noir y una amenaza venida del pasado que pone en tela de juicio los motivos y las formas de amar de sus protagonistas. Gran película con una Joan Crawford como siempre encendida

 

6 – The Women (George Cukor, 1939)

Por Edgar del Valle

Película dirigida George Cukor, en la cual Crawford, comparte créditos con Norma Shearer y Rosalind Russel ¡Puro poder femenino! Una comedia sofisticada, muy propia de la época, que desarrolla los problemas maritales de unas mujeres de la clase alta a partir de la infidelidad del marido de una de ellas. Joan Crawford aparece como la Joan Crawford, la amante desvergonzada en este triangulo amoroso, mostrando una faceta más de esta gran actriz. Como dato y para que la gente comprenda que el cine y el feminismo no se inventaron en la década de los 90, Cukor construyó a partir de las excelsa presencias y talentos de Crawford y otras estrellas de época, relatos que empoderaban a la mujer incluso de mejor y más convincente manera que las de hoy en día

 

5 – Strait-Jacket (William Cake, 1964)

Por Edgar del Valle

Nuevamente nos encontramos a la actriz protagonizado un Thriller sobre una mujer que es recluida en un hospital psiquiátrico por haber asesinado a su marido y a su amante con un hacha, que veinte años después es dejada en libertad por considerar que esta preparada para salir de dicho centro, pero que ciertas circunstancias la vuelven a presentar como posible sospechosa de otros crímenes. A pesar de ser conocida como un trabajo no tan reconocible de la actriz, con una interpretación de la Crawford verdaderamente desatada en su mejor registro de “marimacho”  diabólica (sin afán de ofender, el término lo entenderán al ver la película y la imponente y siniestra actuación de una Crawford en todo su esplendor, quizá no muy lejana a su real temperamento).

 

4 – Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954)

Por El Fett

Western de tendencia feminista que debe todo su éxito a la fuerza actoral de Joan Crawford, la cual encarna a una empresaria que aquí funge como la nómada de oscuro pasado, en lo significa un interesante vuelco narrativo del género sin que este pierda los valores del “cowboy sin nombre”. Siendo el primer estatuto de tal fuerza femenina dentro del rubro, Crawford se erige como la contraparte del macho, desaliñado y rudo pistolero, siendo una pintoresca, elegante, indomable y estética hembra. El valor interpretativo, base de este injustamente olvidado western, se complementa con la lucha de egos histriónicos de un también soberbio Sterling Hayden en lo que para algunos significa la versión western de Casablanca, sin una Ilsa, pero con un Johnny.

 

3 – What Ever Happened to Baby Jane? (Robert Aldrich, 1962)

Por El Fett

Una mezcla de terror psicológico con el más alto poder dramático que dos grandes divas de Hollywood pudieran encausar, era sabido que esta competencia y tortura actoral no solo se daba gracias al preciso guion y ritmo del director Robert Aldrich, sino también al hecho bien sabido en el David y Joan Crawford se detestaban en la vida real (parece que Crawford era un higadito, pues con varios compañeros hubo conflictos a través de su carrera). Aunque el cineasta reportó que la profesionalidad prevaleció en el set y las dos leyendas se comportaron, sin duda alguna este odio se trasladó a la confrontación en pantalla, tan fina como cruenta, como emotiva como terrorífica, y tan cercana a la realidad como ninguna otra, al interpretar a dos actrices en el ocaso de su carrera

 

2 – Mildred Pierce (Michael Curtiz, 1945)

Por Edgar del Valle

Magnífico melodrama noir dirigido por Michael Curtiz y protagonizado por una excelsa Joan Crawford, y donde se  develan ciertos matices inconfundibles de la estética visual de carácter expresionista de su director, en esta historia sobre una mujer que es investigada por el asesinato de su marido. El guion está adaptado de una de las novelas de James M. Cain, autor entre otras de las excelentes “Perdición” y “El cartero siempre llama dos veces”. Curtiz que puso en pie una película con aires de cine negro mezclado con lluvia de melodrama creando así una obra muy especial, una película con el espíritu de 1945, con una América de luces y sombras, de final de guerra, de tiempos duros.  La cinta recibió Oscar a Mejor actriz para la excelsa Joan Crawford

 

1- Sudden Fear (David Miller, 1952)

Por El Fett

Uno de esos noir de primer nivel. Su excelencia se construye bajo tres ejes: el primero la dirección repleta de tensión por parte de Miller, que ejecuta a la perfección el resquebrajamiento de su personaje principal para que el espectador se convierta también en detective; el segundo, la excelsa fotografía, que trabaja con el relato para sumar misterio y oscuridad a la travesía de un asesinato anunciado; y la tercera, una Joan Crawford estratosférica, interpretando a una exitosa escritora de teatro que ve su mundo desmoronarse cuando se entera que su marido quiere asesinarla. Crawford ganaría el Oscar a mejor actriz y conformaría su estatus como una de las mejores actrices de su época

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