Las 10 Mejores Películas de Robert Duvall
Leyenda viva, Robert Duvall hoy cumple 90 años, y lo increíble del caso no es solo su impresionante carrera fílmica, sino que el señor sigue en activo y con al menos dos producciones más en puerta durante los años por venir.
Nacido en San Diego California en 1931, quizá podamos entender su enérgico y sólido estilo actoral al saber que proviene y fue educado por una familia de raíces militares, el mismo llegando a ser un soldado en la década de los 50. Tras haber completado sus estudios militares, Duvall comenzó a interesarse en la actuación, formando un vínculo amistoso muy estrecho con Dustin Hoffman y Gene Hackman, sus compañeros de estudio y con los que llegaría a formar una de las generaciones actorales más icónicas de su generación.
Su estilo, forjado en su mayoría a través de personajes recios e impulsivos, fueron posicionándolo como un actor de carácter y en una imagen de “americano rudo”, por lo cual era (y aún es) común verlo en desempeños de militar, vaquero, hombre de negocios y viejo “cascarrabias”, aún así demostrando una avasallante versatilidad que lo llevaría a ser uno de los histriones americanos más reconocidos a nivel internacional, incluso cuando traspasó dicha faceta hacía una muy fugaz como director.
Cabe destacar que el éxito de Duvall tardó en llegar, pues comenzando su carrera en 1960, no fue hasta 12 años después cuando viera su talento despegar de la mano de Francis Ford Coppola y su participación en El Padrino, a pesar de que anterior a esta ya había tenido pequeñas pero destacables colaboraciones en cintas como “Matar a un Ruiseñor” (su debut en el cine), THX 1138 de George Lucas, la grandiosa The Chase o hasta en el western True Grit a lado de John Wayne.
Ganador de 60 premios (de entre los que destacan un Oscar, 4 Globos de Oro, 1 BAFTA y 4 reconocimientos del Festival de Venecia) a lo largo de más de 140 títulos en 6 décadas de carrera, celebremos a Robert Duvall con sus 5 Mejores Películas
10 – To Kill a Mockingbird (Robert Mulligan, 1962)
Quizá pude haber puesto otra (su nominación e A Civil Action, o su aparición en THX 1138 de George Lucas), pero su primera aparición en el cine no solo es una gran curiosidad, sino toda una cuestión histórica si tomamos en cuenta que estamos hablando de una de las mejores adaptaciones y de una de los grandes dramas gringos en la historia. La legendaria fábula se ha convertido con los años en una de las piezas “coming of age” más representativas tanto de la literatura como del cine, con un Gregory Peck en el clímax de su carrera y como la mayor valía de relato. El personaje de Duvall (como todos deberían saberlo) es fugaz, pero de una gran y conmovedora injerencia en el relato de Harper Lee.
9 – The Chase (Arthur Penn, 1966)
Por Edgar del Valle
Gran película dirigida por Penn y con un reparto que incluía a Marlon Brando, Angie Dickinson, Jane Fonda, E.G. Marshall, Robert Duvall y Redford en uno de sus primeros papeles. Un crudo drama sobre la vida rural sureña de los Estados Unidos y su gran fanatismo existente: un hombre (Redford) que ha escapado de la cárcel vuelve a su pueblo, pero sus habitantes emprenden su cacería como si se tratará de una diversión más. Solo el sheriff (Brando), un hombre íntegro y cabal tratará de evitar su linchamiento. La película no recibió el reconocimiento debido en su momento por parte del público y la crítica, pero con el tiempo se ha tornado en un filme emblemático gracias su visión deshumanizada de la sociedad americana
8 – Falling Down (Joel Schumacher, 1993)
Schumacher hizo solo algo fantástico en su carrera: “Un día de Furia”. No solo se convirtió en un clásico instantáneo, sino también en uno de los relatos “anárquicos” más entretenidos y con un mensaje social verdaderamente complejo ¿o quién no ha soñado algún día convertirse en ese perfectamente humano y demente individuo promedio que encarna de manera soberbia Michael Douglas? Trepidante de principio a fin, la inclusión de Duvall es un elemento del guion verdaderamente brillante, llevando a esta salvaje odisea a transformarse sutil pero verazmente en un thriller criminal cautivante. Uno de las mejores pero también más frescas definiciones de “anti héroe” en el cine, la empatía hacía aquella debacle emocional es palpable
7 – The Great Santini (Lewis John Carlino, 1979)
Otra nominación al Oscar para una actuación muy personal de Duvall, al ser este descendiente directo de militares y educado bajo el mismo régimen en su niñez y juventud (lo que representa en pantalla un gran desplante de naturalidad). Duvall interpreta a un duro y déspota veterano de la Guerra de Vietnam, quien tras no tener guerra que combatir, recala sus impulsos en su núcleo familiar, a quien trata como mismos subordinados y soldados. La cinta puede que se desvíe hacía un conveniente y lógico argumento de expiación “paternalista”, un doble mensaje que el veterano actor sabe manejar como víctima y victimario dando una actuación exquisita. Quizá esta sea su más olvidada gran interpretación
6 – Network (Lumet, 1976)
Uno de los cast más envidiables y explosivos que haya visto el cine americano, Duvall interpreta a un enérgico y muy poco ético director de un canal de televisión con una crudeza y frialdad que créanme (su servidor se dedica a dicho medio), se encuentra muy cercano a la realidad. Este imprescindible bonus sirve también para resumir de manera perfecta una faceta en la que Duvall siempre se ha sentido cómodo y ha dado más de sí, como un actor de soporte que siempre termina por implementar o estar al nivel adecuado que requiere por lo general una producción de esta calidad histriónica. En si son pocas sus escenas, pero sus intervenciones son inolvidables y características de esa “rudeza”
5 – The Apostle (Duvall, 1997)
Dentro de las 5 cintas que dirigió, sin duda este thriller de índole espiritual destaca gracias a la firmeza de su actuación y a los complejos rasgos que él mismo como guionista provee a su antihéroe principal, un pastor que tiene que huir y reunir otra comunidad de fieles tras asesinar al amante de su esposa. Duvall no lo hace nada mal dirigiendo, pues aunque un poco excesiva en su duración, se nota la influencia de Coppola dentro de una narración que no pierde de vista la compleja dualidad entre el acto y la personalidad que lo ejerció, consiguiendo incluso competencia dentro de varios círculos de Festivales, incluyendo el de Cannes. El punto más sólido de la cinta es por supuesto su propia actuación, por la que alcanzó una de sus 7 nominaciones al Oscar
4 – The Judge (Dobkin, 2014)
Su última gran actuación fue sin duda un rico compendio de su personalidad histriónica, haciendo palidecer con mucha facilidad al señor Robert “siempre actúo igual” Downey Jr., y de paso proveyendo de la naturalidad necesaria para que esta química y relato paternal funcionara con la complejidad que requería la situación planteada en su guion. Cómodo en su papel de patriarca enérgico y cien por ciento “americano”, Duvall nuevamente maneja un registro dramático dual entre el acto delictuoso y la personalidad, sin embargo lo entrañable de su actuación se origina en la interacción con Downey Jr. al regalarnos otro de esos complicados pero al final redentores relatos paternales (uno muy funcional dentro de la pasada década).
3 – The Godfather y The Godfather Part II (Coppola, 1972 y 1974)
El comienzo del éxito vendría por partida doble cuando Duvall interpretara con una sobriedad impactante a la mano derecha de “El Padrino”, Tom Hagen, primero como el hijo adoptivo de Brando, y después como el hermanastro de Pacino. Aunque el personaje se mantiene igual en esencia, el cambio de dicha interacción agrega valor a su labor, siendo uno de los personajes con mayores retos emocionales dentro del relato gansteril por excelencia (aunque el tercer capítulo prescindiría de él, factor que se notaría en la excelencia histriónica que mantenían los primeros dos episodios). Aunque su presencia se reduce en la Parte II, es sin duda a lado de Brando, donde Hagen tiene más libertad de interactuar de manera excelsa con todo ese maravilloso cast
2 – Tender Mercies (Beresford, 1983)
Su Oscar como mejor actor llegaría de parte de un arquetipo revisitado antes y despupes en el cine (de hecho Jeff Bridges ganaría el Oscar también por un papel muy similar): el de un alcohólico vagabundo que, al ser en el pasado un cantante famoso, comienza una relación con una viuda y su hijo en Texas. El reto y las ovaciones vinieron precisamente y de nuevo por esa habilidad de Duvall por siempre encausar “machos” complejos, pues antes de empezar esta nueva vida, aquel vaquero – cantante deberá solucionar un doloroso pasado que incluye una hija. La cinta en general de una narrativa mediocre destaca por la mera actuación de Duvall, quedando un poco olvidada dentro de esa estela de ganadoras del Oscar
1 – Apocalypse Now (Coppola, 1979)
No puede haber otro papel más icónico y “badass” en la historia de Duvall que el del Coronel Kilgore, poseedor de una de las más grandes entradas (la secuencia de las cartas), secuencias (los helicópteros y La Cabalgata de las valquirias) y diálogos (I love the smell of napalm in the morning) en la historia del cine, tripleta de ases en la que Duvall explota todo su talento, formación (familiar y educacional) y personalidad dentro de este excéntrico militar con un cierto toque de “adorable hijo de puta”. Su interpretación se resume a 30 minutos, por las cuáles no solo se hizo del Globo de Oro y nominación al Oscar, sino también de uno de los personajes más icónicos del cine bélico, algo que huele como… a victoria.