Las 5 Mejores Películas de Juliette Binoche

La primera europea en la historia en ganar “la triple corona como mejor actriz” (Berlín, Cannes y Venecia), Juliette Binoche se ha convertido más que en una actriz, en un símbolo artístico internacional al conquistar literalmente todo continente gracias a su talento, versatilidad y belleza.

Nacida un día como hoy, La Binoche carga con sangre de artista en sus venas, siendo su padre un director y escultor, y su madre una actriz polaca. Comenzaría su carrera en el cine en 1983, para así emprender rápidamente un camino ascendente hasta el estrellato durante un clímax artístico desde finales de aquella década hasta finales de los 90.

Actriz selectiva y de carácter, su amplio registro dramático le han permitido interpretar personajes complejos, muchas veces conectados hacía el duelo y la muerte, pero también hacía el romance.

Ganadora de 40 premios internacionales y con un currículo de 80 créditos entre el cine y la televisión, celebramos los 58 años de la princesa francesa con sus 5 Mejores Películas

 

Bonus  – Breaking and Entering (Anthony Minghella, 2006)

Por El Fett

Quizá esté muy lejos de las mejores obras de Minguella, pero sin duda su última película está muy cercana de los temas característicos de su filmografía. De nuevo enmarcado en un entorno de clase alta dentro de Londres, Minguella desarrolla otro conflicto idílico que en esta ocasión mezcla el deseo de sus protagonistas junto con una crítica al modus vivendi de la sociedad inglesa, en un discurso clasista superficial, pero al fin y al cabo funcional para la evolución del romance planteado. Juliette Binoche (actriz con la que trabajaba por segunda ocasión tras el Paciente Inglés) da una excelente actuación y se convierte en la extensión de su arquetipo de personaje romántico – trágico, piedra angular de su obra.

 

Bonus – The Unbearable Lightness of Being (Philip Kaufman, 1987)

Por El Fett

Su primera participación en suelo norteamericano fue en esta cinta de corte romántico – erótico que bien pudo salvarse sencillamente por su mera actuación y química con Day-Lewis, pese a la por momentos infame dirección de Philip Kaufman. Aunque este título es uno de los pocos a destacar en su internacionalización, es de subrayarse la intensidad que ella y su compañero imprimen a un triángulo amoroso que sirve como símbolo del “comunismo” y de la situación imperante en la Europa de finales de los 60. Una combinación entre “Dreamers” y “Shame”, de alta carga sexual, queda como una curiosidad para ver los registros antes de su grandeza noventera.

 

5 – Chocolat (Lasse Hallström, 2000)

Por Mrs. Punisher

Seguro ustedes recuerdan a la bella  Binoche en su papel de Vianne Rocher, la extraña mujer que se apersona junto con una su hija en una pequeña población francesa de recatadas costumbres por 1959. Vianne instala su “chocolatería” en donde además de ofrecer cosas deliciosas, también se da a la tarea hacer una especie de psicoanálisis para recetar el chocolate correcto a sus clientes. Sus pociones más que una receta son un conjuro que nace de civilizaciones milenarias centroamericanas (ya ve que para los gringos del Rio Bravo para abajo, todo es Centroamérica). La belleza de la narrativa puede llegar a ser un distractor en el verdadero mensaje de la historia. “Chocolat” es una rebelión, es un grito de protesta a la imposición de una moralidad absurda.

 

4 – Cache (Michael Haneke, 2001)

Por Bedub

Tan simple y macabro como que un video llegue a tus manos todos los días, mostrando el frente de tu casa ¿Quién lo graba? ¿Por qué? ¿Para qué? Todas esas dudas sin tener a un culpable a quien responsabilizar, crea una angustia generalizada en el hogar de un crítico literario que parecía que tenía la vida perfecta y se da cuenta que la respuesta no está en su presente y que el pasado aún tiene cuentas pendientes. Haneke nos lleva a un sórdido viaje donde no hay perdón ni olvido; el director no tiene afán y nos muestra como este mundo casi surreal se va desmoronando poco a poco, los cabales se van perdiendo incluso por pequeñeces que en otro momento hubiesen sido olvidables. Un thriller sustancioso que saca partido hasta de las situaciones más mundanas.

 

3 – The English Patient (Anthony Minghella, 1996)

Por El Fett

La mayor virtud de The English Patient es que Minghella no se deja llevar por los estatutos y clichés del género, pues en lugar de situar su romance en un ambiente bélico, usa su historia como una metáfora del mismo conflicto a través de la expiación de su héroe y víctima, el paciente, el cual con gran dolor y a la vez fortuna y gozo relata a su cuidadora (una cautivadora y romántica Binoche) su sórdida relación en los plenos círculos de la alcurnia inglesa en plena explosión de la segunda guerra. Intensa e intimista, desbordante de  pasión, dolor y sacrificio, The English Patient  se presume también de una gran producción, una impresionante fotografía, entrañables actuaciones y una gran banda sonora,  siendo una de las mayores cintas románticas de la historia

 

2 – Copie conforme (Abbas Kiarostami, 2010)

Por El Fett

En algún tiempo se le preguntó a Kiarostami por qué no salía de Irán para evitar la censura e instalarse en suelo europeo donde era provisto de toda clase de favores y alabanzas. El cineasta respondió con una de sus metáforas: “Un hombre en el exilio es  igual a un árbol trasplantado; logrará sobrevivir en su nuevo hábitat, pero no dará frutos de la misma calidad”. El mensaje quizá pudo predisponerlo en su primera producción fuera de Irán, siendo efectivamente un producto aminorado a su estilo y calidad, sin embargo gracias a la actuación y química de Binoche, Copia Certificada logra ser un eco romántico con diálogos interesantes, divertidos e interpretaciones entrañables llenos de realismo.

 

Tres Colores: Azul (Trois couleurs : Bleu, Krzysztof Kieslowski, 1993) 

Por El Fett

En algún lado y de parte de alguno de sus “colores”, esta trilogía tenía que ser parte de la estela de premios europeos gracias no solo a su revolucionaria propuesta narrativa, sino también a su manifiesto como homenaje a la corriente alguna vez conocida como “nouvelle vague”, siendo las tres quizá las últimas piezas estrictamente diseñadas para formar parte de aquel movimiento. De perfecta interpretación, Kieslowski logra abordar el duelo desde una perspectiva tan cruda como fresca, y es que en esta poderosa introspección emocional sobre la pérdida y el amor, de manera experimental el color juega la parte de un protagonista que acompaña en todo momento la sensibilidad de una Juliette Binoche en estado de gracia. Muy bella pieza.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


4 Comments

  • Me atrevo a corregirlo de nuevo, estimado, pues para los gringos todo lo que hay debajo del Río Bravo no es “Centroamérica”, sino “México”. Eso sí, un México muy especial, sino, revisite “La mexicana”(2001).
    ¡Claro que entendí el punto, Fett! Pero ese tosco imaginario gabacho tiene el nombre del país de ustedes. Muy mal, sea a quien sea que se lo adjudiquen.
    Saludos.

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  • Jorge Díaz Ávila March 13, 2022 @ 8:25 pm

    Sé que son sólo cinco , pero ¿ y “Damage” de Louis Mallé (1992)?

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