Momentos Favoritos del Cine: The Man Who Shot Liberty Valance

Un senador de los Estados Unidos llega a los vestigios de lo que alguna vez fue un pueblo forjado y regido por el salvaje oeste para velar a una figura desconocida, una de esas reliquias de la población llamada “pistolero”, “forajido”, “vaquero”, y con el que guardaba cierta y misteriosa relación. Este velorio será usado para que el senador sea interrogado por la prensa y así conocer las verdaderas razones de su tan inesperada visita. Esta sencilla premisa sirve a John Ford para relatar un largo flashback que se revelará como una de las mas legendarias fábulas del oeste en manos de un abogado, un pistolero y un villano opresor, tres ejes narrativos donde aún el western se forjaba bajo el lienzo y reglas del primer gran director americano Ford, y en donde los héroes aún contaban con una sencilla pero excelente estructra en su afán por enfrentarse a un antagónico que ensalzaba la figura de la crueldad e inmoralidad en aquel lenguaje narrativo.

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Como su título lo indica y a manera de cuento, The Man Who Shot Liberty Valance es una lección narrativa que basa su maestría en la sencillez de su argumento, locaciones y excelencia visual bajo una fotografía blanco y negro adepta al tono de fábula western. Ford, entrañable y en su mejor nivel, congenia los valores del género para que estos mueran y/o muten en una nueva civilización alejada de lo salvaje, representada por un tal Liberty Valance.

La ambientación y la química actoral son partes esenciales de lo memorable de este western; mientras la primera se expone de una manera artesanal con sets de dimensiones armoniosas que te sumergen en la dualidad oscuridad – luz de los acontecimientos, el segundo factor es un detonante emocional muy único en el género donde un héroe accidental (un siempre magnífico James Stewart) termina por impartir justicia por su propia mano infringiendo toda su doctrina ideológica de tal concepto y dando irónicamente la “libertad” no solo a un pueblo, sino consecuentemente a un estado tras trasladar dicho suceso a dogmas legislativos que regían a la unión americana en aquel tiempo (un film muy americano).

El momento es ese, dos minutos llenos de tensión donde el abogado peregrino llegado a impartir leyes y educación, también reparte plomo y un certero disparo, revelándose como el rostro de la venganza ante una bestia natural del western y en este caso en particular, uno de los mejores villanos del género en la interpretación del siempre grato Lee Marvin

Fabula del salvaje y viejo oeste armoniosa, tensa, cómica, divertida, romántica; protagonizada por Stewart, Marvin, uno de los mejores John Wayne (haciendo un papel secundario y denotando una buena química con Stewart, incluso por momentos rebasándolo) y una siempre hermosa Vera Miles, The Man Who Shot Liberty Valance es una cátedra de narración básica en el lenguaje del cine, una vez más confirmando que el western es fundamentalista para todo buen cineasta.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


5 Comments

  • Nada es suficiente para el hombre que mató a Liberty Valance.
    Hasta el día de hoy, mi western favorito y una de mis películas favoritas, y no creo que sea tan proamericano, considerando que la reputación de Stweart se engrandece en base a una mentira. “Cuando la leyenda se convierte
    en hecho, escribe sobre la leyenda.”

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    • Mi estimado no sabia su gusto por esta película, una joyita del western
      Creo que tiene un doble discurso exacto y preciso mi estimado, entiendo perfectamente lo que dice, un magnifico relato, un cuentito de hadas del western ¡Maravilloso!

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  • Tuve la dicha de ver esta obra maestra en Facebook hace varios años, era la segunda película de Ford que veía en mi vida, después de The Stagecoach. Pero aunque, como ya he mencionado, no es mi favorita del western ni de Ford (El bueno, el malo y el feo, y The Seachers me encantan sobre esta) se debe destacar que a pesar de su increíble sencillez en prácticamente todos los aspectos, termina siendo un producto inolvidable, conmovedor y casi perfecto. Demostrando por enésima vez la pericia directiva de Don Ford, y dando aún más razones por las que es digno de loor.

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