Recordando a Chaplin… Una ciudad con Luces y con Charlot

La semana pasada, se cumplieron 100 años del surgimiento del personaje más famoso de Charles Chaplin, el peculiar vagabundo Charlot que interpretó en múltiples películas y que ha llevado al actor al reconocimiento mundial; tanto así que el no conocerlo representaría prácticamente un pecado cinematográfico. Y qué mejor manera de comenzar esta sección que hablando de una película protagonizada por este gran cómico y su singular estilo que no puede pasar desapercibido.

Argumento

En Luces de la Ciudad (City Lights, 1931) se cuenta la historia de un vagabundo simpático y de buenos modales, aunque torpe, que un buen día se enamora de una pobre florista ciega que lo confunde con un hombre rico. Ese mismo día, nuestro pequeño hombre sin hogar salva del suicidio a un millonario borracho quien inmediatamente lo convierte en su mejor amigo, pero es este mismo quien lo desconoce al estar sobrio. Con una estructura narrativa lineal representativa del cine de la época, Charlot pasará entretenidas desventuras para obtener el amor y empatía de la chica y ayudarla a recuperar la vista.

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Una película muda en medio de la revolución sonora

Eran los años 30’s cuando las películas que incluían diálogos pasaron a ser la tendencia de la época y un gran cambio para el cine en general; aun así Chaplin, quien escribió y dirigió la película, decidió aferrarse al cine mudo (y acertadamente) para crear una de sus películas más famosas y ciertamente una obra maestra. Nos lleva a través de una comedia romántica espléndida en donde el diálogo prácticamente no se extraña, si bien se pueden leer los labios de los actores algunas veces (actividad para la que particularmente no soy muy buena), los intertítulos que se presentan son suficientes para llevar el contexto de la historia, así como los clásicos fundidos a negro que nos indican que ha pasado un lapso de tiempo entre una escena y otra. La música instrumental nos guía de forma armoniosa por las emociones de los personajes y las situaciones en las que se encuentran, siendo la famosa melodía “La Violetera” el hilo conductor de película.

City Lights (1931)

El filme nos muestra a Chaplin en diversas circunstancias cómicas, que si bien a veces resultan predecibles, exhiben un tipo de comedia inocente (pero no por ello sosa) protagonizada por gestos exagerados y enfáticos, acompañados de la peculiar torpeza y el encantador carácter que definen al personaje principal. La empatía del espectador con Charlot será casi inmediata, su particular manera de actuar, aunado al carisma de los demás personajes, generan un cúmulo de emociones que no dejará indiferente ni al más desalmado de los seres. Una película excelentemente hecha que contiene todos los elementos que muestran a Chaplin como un genio de la era: la pantomima, la gracia, el melodrama, el sentimiento y las payasadas.

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Conclusión

City of Lights es un fascinante filme que conjuga comedia y sentimentalismo de una manera excelsa, Charlie Chaplin en una obra de culto e imperdible para los amantes del buen cine. Sencillamente una recomendación para todo aquel que quiera disfrutar de una película agradable y entretenida, alejada de todo estereotipo actual. Por lo tanto, no se espere encontrar en ella una comedia barata de la que se exhibe tan comúnmente en nuestros días y que para mi pesar resultan éxitos taquilleros.

Y para todos aquellos que ya la han visto, háganme saber si por algún motivo inhumano, la escena final no le ha movido el corazón. 😳

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Acerca del autor

Kim Tobias   @kimm_tobias  

Enamorada del cine clásico y los guiones astutos. También odio los finales felices... ["La estimulación visual es la razón del cine. De otra manera podríamos simplemente apagar las luces y llamarlo radio" R.A.]


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