Stranger Things 2: Lo mismo pero sin el encanto

No es lo mismo un año para pagar el predial que un año para ver la siguiente temporada de tu serie favorita en Netflix. Tuvimos que esperar un largo tiempo para saber qué iba a pasar con Will después de que le salieron unos gusanos de la nariz, si a Dustin ya le salieron los dientes y vivir con la esperanza de que fuera Once la que iba a tomar los waffles que dejó Hooper en la caja de madera en el bosque. El Predial parece que lo pagamos ayer y ahí vamos de vuelta.

Por fin llegó ese ansiado email donde te avisan que ya subieron la segunda temporada y cancelas todas tus actividades sociales para dedicarle 9 horas de tu vida a la serie.

No puedo decir que me decepcionó, porque si logra avanzar un poco en asuntos que habían quedado pendientes; hay nuevos personajes que aunque hacen apariciones muy breves y de repente como que no aportan nada a la trama, resulta algo interesante. Billy, el nuevo chico malo con cara de Rob Lowe en los 80; Max, la nueva integrante del grupo de los chicos; un nuevo sobreviviente del laboratorio y Bob, el entrañable novio de Joyce.

Los chicos tienen que lidiar con nuevas situaciones pero generadas por el mismo problema del laboratorio. Will tiene episodios con el otro lado y ahora ve una nueva amenaza. El noviazgo de Nancy y Steve está en problemas y Dustin encuentra un nuevo y extraño amigo.

Si bien tiene los elementos anteriores de escenas que nos recuerdan a éxitos cinematográficos de los 80’s junto a la música de la época, dicho elemento parece que ya no resulta tan “novedoso” en todo el asunto. Está muy bien ambientada, la producción es excelente y las actuaciones han mejorado en todos, principalmente en los niños, que ahora se les exige más por las situaciones que atraviesan.

Es muy bueno el personaje de Bob Newby, el nuevo novio de Joyce interpretado por Sean Astin, pero destaca también la pequeña Max, muy bien personificada por Sadie Sink.

Ciertamente Stranger Things 2 ha perdido algo de encanto, tal vez el factor sorpresa, ya que es la misma fórmula y los romances que se generan son muy predecibles no alcanzando a sorprender. Se siente como que en lugar de avanzar, nos están preparando  para la tercera temporada, sin embargo, el final no alcanza a enganchar como para que se nos vuelva hacer tan larga la espera.

Sí, ya amamos a estos personajes, pero, tal vez, no alcanzó a madurar ese “amor” y las ansias han desaparecido, el predial no, y hay que volverlo a pagar… ¡chin!

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1 Comment

  • Primero, le quiero agradecer por aclararme a quién rayos me hacía acordar Billy ¡era Rob Lowe!! Por otro parte, estoy muy de acuerdo; incluso en esta segunda temporada acentuaron aun más las referencias a los ’80, quizás al punto de parecer un poquitín artificial. Los personajes son entrañables y el crecimiento actoral de los niños es notable, especialmente en el trabajo físico que demandó el desmadre posesivo de Will. A mí me alcanzó, aunque también creo que es un valle antes de una ¿explosiva? tercer temporada. Los demás repiten y Sean Austin, haga lo que haga, es tan querible como Sam. En fin, otra vez a esperar un año…

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