Una breve reflexión sobre el cine mexicano y sus chichis

Desde ayer en los servidores mexicanos me ha llamado la atención que el nombre de la actriz Martha Higareda (A la cual tuve el gusto de saludar hace algunos ayeres y debo admitir que es más guapa en persona que en pantalla aún sin traer escote) ha figurado como un trend topic gracias a sus chichis (pechos, senos, bubbies, etc..); de igual manera la idiosincrasia del mexicano no se hizo esperar, haciendo alusión directa a la industria cinematográfica de su país donde las chichis (en esta caso las de Higareda) son un remanente en su cultura audio visual contemporánea ¡Y qué razón tienen! Digo, no es que a nosotros los machos no nos gusten las chichis, uno de los atractivos más atrayentes del sexo femenino, sin embargo me atreveré a hacer una analogía para establecer mi punto con un cuestionamiento que he tenido ¿A los cirujanos plásticos ya no les excitarán ver senos? Gracias a la profesión de mi alter ego afortunadamente he tenido muchas relaciones de negocios con estos profesionistas estéticos y de la salud y una respuesta en particular resolvió este misterio: “la costumbre puede ocasionar malacostumbre” (Analícenla).

Lo mismo pasa con el cine mexicano actual ¿El morbo se ha transformado en costumbre? O más grave ¿El arte se ha convertido en mero morbo? Para una industria fílmica como la mexicana, conformista y falta de originalidad, los dos cuestionamientos son en cierta forma afirmativos. Por eso el espectador mexicano puede esperar en el 90% de sus producciones estos siguientes principales factores:

 

  • Sexo explícito (Con muchas chichis al descubierto incluidas). Ya sea de manufactura nacional o con apoyo internacional, es obligada una escena sexual que más que ayudar al desarrollo de la trama, sirve como nexo narrativo para rellenar huecos en la historia y como atrayente comercial para las masas (Es casi siempre acompañado de algún éxito musical adecuado para el tono de la historia)
  • Radiografía social y cultural. Una cosa que admiro de la industria fílmica mexicana es que no le importa reflejar que tan jodida esta su situación económica, social y cultural actual, sin embargo y así como el sexo, se vuelve redundante y de mal gusto que gran parte de su producto cinematográfico se base en la adaptación de sus noticias amarillistas o su representación del alto sesgo entre sus niveles socioeconómicos (los pobres son muy pobres y los ricos son muy ricos y sangrones o bien, el pobre que se vuelve rico se vuelve más sangrón, malvado y cabrón pelotudo) dejando de lado la ficción en la cual muchas otras industrias han sabido encontrar ese equilibrio narrativo (Incluyendo el consumismo hollywoodense)
  • Sátiras y sketches de larga duración. Un cáncer del cine mexicano es sin duda el traslado de sus productos televisivos cómicos a la pantalla grande sin ninguna justificación más que su formato; es así como el lenguaje de la tv se vuelve insoportable en su expansión de duración con comediantes mediocres o bien, sátiras burlonas de su situación criminal que también recaen en las radiografías antes mencionadas.
  • Reciclaje de cast y crew. En realidad no hay mucha materia prima de donde escoger, por ende muchos actores, actrices, escritores, productores y directores son reciclados sin vergüenza y bajo el yugo narrativo en el que laboran, excluyendo todo estilo autoral o actuaciones recordables por su autenticidad. Como toda industria, esta repetición afecta a los buenos (Damián Alcázar, Demián Bichir, Joaquín Cosío, Cecilia Suárez, Daniel Giménez Cacho, etc.), como a malos (Martha Higareda, Jaime Camil, Luis Estrada, Eugenio Derbez, etc.) y a los no tan malos (Guillermo Arriaga, Gustavo Sánchez Parra, Jesús Ochoa, etc), haciendo que su cine se asemeje más a una obra teatral de variedades o bien un serial de permanencia voluntaria de cine serie b.

A pesar de su penosa situación localista, este cine no siempre fue así, recordando aquella época de oro donde el drama, la ficción y la comedia encontraban su perfecto equilibro que incluso se pudo extender hasta principios de la década de los 90’s. Solo basta recordar nombres como Emilio Fernández, Arau, Cantinflas, Jurado, Quinn, Infante, Buñuel y Ripstein, entre muchos otros (Pronto nuestro colega y gran compañero Israel Jacob nos deleitará con un especial anunciado para darnos un panorama más asentado)

¿Esto se puede salvar? ¡Claro que sí! La industria y el espectador también han visto cómo sus hijos más talentosos han podido elevar el nombre de su industria ganando festivales internacionales y posicionando sus producciones como títulos de culto trascendentes en el séptimo arte. Así artistas como Reygadas, Iñarritu, Del Toro, Cuarón, Rowe, Lubezki, Vargas, Eimbcke, García Bernal, Luna, Hayek, entre otros, alzan la mano superando la mediocridad y el conformismo en la que la mayoría de su cinematografía está sumida.

El alter ego de su cazarrecomoensas favorito se refiere a esto como un problema del mercado estimados cinéfilos, pues la situación actual del cine mexicano no es solo culpa de las casa productoras, de las telenovelas, de los medios amarillistas y de la mediocre calidad autoral y actoral; esto va más allá y se resume como un problema de oferta y demanda, en otras palabras, la industria oferta lo que el consumidor demanda ¿Qué triste no? A pesar de las chichis con las cuales no tengo ni un carajo problema.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


10 Comments

  • Reduciré mi comentario a las famosas líneas de dos actores en “Todo el poder”
    -“Chichis flaca!”- “CHIIICHIS”-

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  • Sepa! Dios si alguna vez haya otra revolución o lucha cristera, otra independencia, o que venga una oleada de gustos y tendencias de la cultura francesa para inunde nuestro país o mejor… otra época de oro no? Hijole! hasta parece que es necesario que sucedan están cosas para que llegue la luz.

    Ya se tiene presupuesto para equipos y tecnología que mejoran la calidad gráfica, pero el contenido esta cada vez más desnutrido. pero ya lo dijo el Fett eso pasa porque el pueblo pide puro pan! y los enseñan desde chiquitos namas a pedir puro pan! por eso se conforman.

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    • Muchas gracias mi estimado por esa reflexión revolucionaria, pero mas que una ola de cine, me parece que como usted lo menciona, hace falta una ola de cultura para la sociedad, pues la ley de la demanda no nos miente
      Saludos!

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  • Sé que poco tiene que ver, pero este artículo (en especial la parte de la “comedia”) me recordó la tristeza al asistir al teatro en días pasados. Me invitaron a ver el tenorio cómico (afortunadamente no pagamos) y fue algo realmente degradante para el teatro. Es basura que, aunque haga reir, no deja de ser basura.
    Pareciera que el cine va siguiendo ese camino, a menos de que renueve el rumbo. Hace falta que se atrevan a hacer cosas distintas y que no saboteemos el buen cine mexicano comprando piratería.

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    • Y ya tiene mucho tiempo asi mi estimado, lastima que no existe un pronostico palomero tetral para advertirlo de esos tenorios jajaja.
      Agradezco su comentario y su analogía perfecta con estos panoramas artísticos en nuestro Mexico que estan para llorar
      Saludos

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  • Saludos Caza-recompensas:

    Su artículo es muy bueno, le mide el pulso al cine nacional, me gustó, felicitaciones…

    Creo que la “cuestión de las chichis” se debe, en parte, a una “reminiscencia”… a una radiación de fondo del cine de arte… enseguida me explico: el nuevo-nuevo-nuevo-etc. cine mexicano siempre se ha considerado de arte (aún cuando carezca de propuesta visual o temática), con una dosis de experimental y contestatario, por lo que, en este ideario, “debe” haber desnudos (justificados y de algún modo poéticos o intimistas) y algo de sexo (de preferencia con una justificación social o existencial). Este ideario prevalece y prevalecerá, en tanto, no se arriesguen a salir de su burbuja de festivales.

    Por otro lado, algo en la misma línea pasa en Hollywood, las películas comerciales ya no tienen esa bonita presencia sicalíptica que en los ochentas prevaleció, un tanto; y de nuevo, sólo el cine independiente puede hacer “alarde” de esas chichis de las que se habla en este artículo. Por lo que habrá que seguir viendo “cine de arte” extranjero, en tanto no regrese, abiertamente, el cine de ficheras…

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    • Saludos mi estimado colega felino atemporal.
      Agradezco su opinión y comentario, un honor que ande por estos rumbos.

      Totalmente de acuerdo con su perspectiva, la cual es muy cierta. El cine mexicano esta hundido en ese “cine de arte” (un termino que insisto es de mal habito) que de arte tiene poco y de morbo mucho, desprestigiando la ficción que dota de equilibrio y credibilidad a una industria, llámese europea o hollywoodense.

      El problema de las chichis es que esas escenas sexuales, como usted lo menciona, no estan justificadas en la mayoria de los casos funcionando como simples rellenos para que el metraje sea mas… digamos aguantable para el espectador promedio nacional no cree?

      Le mando un muy cordial saludo y estamos al pendiente de su nueva entrega en Cinescopia para este miércoles

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  • La neta que si necesitamos una revolucion a nivel cinematografico nacional y menos escenas de sexo y de chichis (no tengo problema con ello :v ) pero si, que le inyecten cultura a las nuevas peliculas. Y sobre todo, me encantan esas peliculas que te dejan reflexionando, o que te dan pedasitos de sabiduria para llevar a casa al salir del cine. Eso escasea mucho u_u

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    • Desgraciadamente es nuestra realidad mi estimado Rich, pero fijese que el cambio empieza con nosotros, pues sin demanda no hay oferta y viceversa, así que mientras mas exijamos buen cine y dejemos de asistir a las idioteces que pasan en la misma televisión, la industris tendrá por ende que cambiar y fijarse en el talento desperdiciado y mejorar sus estandares

      Le mando un cordial saludo y le agradezco su reflexión

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