10 Datos Curiosos de Vertigo, la joya más sobrevalorada de Alfred Hitchcock
Este fin de semana comienza el ciclo de Alfred Hitchcock en la cartelera mexicana con una serie de sus films más icónicos, comenzando por Vertigo, aquella que reciente y momentáneamente fuera nombrada la mejor película de la historia por un comité de crítica y que marcó como toda obra de culto, un parteaguas en la carrera de sus inmiscuidos, sin dejar de lado la polémica entre sus amantes y detractores, siendo su servidor una mezcla de dichas posiciones.
Considero a Vertigo una rebelde de la filmografía del maestro del suspenso, una cinta incluso atípica en su estilo que detonó sus mayores cualidades visuales y técnicas, pero que también obvió no solo sus mayores errores como narrador, sino también su obsesión y demonios en torno a la figura femenina de manera bochornosa. No por nada desde su concepción, casting, producción y hasta su posterior destino, Vertigo se vio envuelta en una espiral de escándalos, dando a Hitchcock el poder de enterrarla durante muchos años a causa de la vergüenza que le ocasionaba y del coraje de otro de sus tradicionales rompimientos artísticos.
Entonces ¿Por qué es considerada por muchos “la mejor” de su carrera? Así como en La Soga con sus planos secuencias y como en Psycho con su giro de tuerca y la implementación del más puro recurso “mcguffin”, Vertigo se encuentra también entre las armas que el maestro usó para revolucionar el lenguaje fílmico, en esta ocasión centrándose más en los aspectos técnicos, al introducir el llamado “efecto vértigo” (del que explicaremos su origen y correcto tecnicismo más adelante) y otra serie de secuencias que sin duda alguna la convirtieron en la pieza más perfeccionista de su carrera.
Quizá “Hitch” tenía razón en culpar a su protagonista de forzado y poco creíble para el papel; tal vez también él sabía de antemano que no había seleccionado a la mujer correcta para la(s) contraparte(s) femenina(s) ¡Vamos! Hasta la ausencia de Bernard Herrman recala en lo que es una rareza de ritmo machucado, aletargado, un poco forzado, donde nunca fue más notable la falta de ese humor cínico que hace de otros de sus clásicos unas joyas de peculiaridad, suspenso y entretenimiento incomparables, pero lo que es verdad es que Vertigo siempre fue, es y será a pesar de su sobrevaloración, un producto que se distingue más por su maestría en el aspecto técnico y/o visual, que por los valores de su guion y su misma narración.
Nadie duda de su estatus y de su importancia revolucionaria, tanto por las consecuencias funestas para el futuro artístico de algunos de sus inmiscuidos, como por la influencia que aún genera en los cineastas actuales, y es por ello que si se ama, se odia o si se percibe una mediocre tibieza hacia ella como la de su servidor, vale la pena no solo repasar 10 datos curiosos y razones de su producción e historia, sino también apreciarla en pantalla grande como lo merece un gran clásico de culto, y quizá así, se aprecie en su totalidad la notoria y compleja tarea que el Maestro llevó a cabo hace 60 años.
La problemática Kim por la adorable Audrey
Audrey Hepburn pujó por ser la protagonista, pero al parecer a Hitchcock solo le gustan rubias, por lo que seleccionó a Vera Miles para el papel. Por desgracia (para él), Miles quedó embarazada y fue entonces cuando Hitchcock se desencantó por la novata Kim Novak de 25 años, actriz que a pesar de su corta carrera ya era considerada como muy problemática por las productoras y compañeros de reparto, siendo el plato de Vertigo otro de sus seleccionados para hacer berrinche no presentándose sin antes exigir un aumento de su paga semanal por parte de Columbia.
¿De quién fue la culpa?
Cuando se confirmó su gran fracaso en taquilla y sus muy malas referencias por parte de la crítica que apuntaban a Stewart como el principal culpable, Alfred Hitchcock, a pesar de las variadas colaboraciones anteriores con el actor, decidió romper su asociación artística. Al parecer las críticas si afectaban al maestro del suspenso.
Un Hitchcock perdido
Debido al fracaso y a que su director se avergonzaba de ella, Vertigo pasó a formar parte de los llamados “Hitchcocks perdidos”, prohibidos por el propio Alfred y legados a su hija tras su muerte. Vertigo volvió a ver la luz hasta 1984 junto con las otras 3 menos consentidas del maestro: La Soga, La Ventana Indiscreta, El Hombre que sabía demasiado y Pero ¿Quién mató a Harry?
Un vértigo de guionistas
Vertigo es la adaptación de una novela de Pierre Boileau y Thomas Narcejac escrita específicamente para ser usada por Hitchcock, y es que los escritores quisieron remendar el error de no saber que el maestro ya había pujado por otra de sus obras sin éxito, Las Diabólicas (que fue adatada finalmente por HG. Clouzot). Lo irónico viene cuando el guion se les atribuye a Alec Coppel y a Samuel A. Taylor, pero Coppel no escribió ni una caraja palabra del libreto final (escribió varios borradores anteriores), manteniéndose en los créditos por acuerdos contractuales con la productora. Por su parte Taylor nunca leyó los borradores de Coppel ni la novela original, basándose únicamente en las notas de la historia y el storyboard realizado por Hitchcock.
Maestro de la técnica
Ya lo habíamos mencionado, y es que el conocido vulgarmente como “efecto vértigo” es aquel que de manera correcta se le llama “retro zoom” o “traveling compensado”, efecto creado por Hitchcock y por el segundo operador de cámaras Irmin Roberts. Esta técnica usada hasta la fecha, ya había sido concebida en la mente de Hitchcock para ser utilizada en Rebecca, pero debido a la falta de tecnología de aquel tiempo no se pudo aplicar.
Pero no es vértigo, es acrofobia.
La real academia de la lengua ha sufrido también gracias a este film, y es que Vertigo es culpable de haber confundido a la audiencia que su término significa “miedo a las alturas” (como la que sufre el protagonista), siendo el concepto correcto de esto acrofobia. La palabra “vértigo” (que solo es usado una vez en el film), es según el diccionario de Oxford, la sensación de pérdida del balance asociado particularmente por observar hacia abajo desde una gran altura.
¿Hubo premios?
Pues a pesar de las malas críticas de algunos, otros vieron en Vertigo las cualidades suficientes para llevarse los premios de mejor director y actor en el Festival de San Sebastián.
El Maestro de la perfección
Si bien es cierto que Alfred era también conocido por su obsesión por la perfección y el apego casi enfermizo a sus planificaciones dentro de los rodajes, digamos que para Vertigo y Kim Novak sobrepasó sus propios límites, y es que la que al parecer es una efímera y pequeña toma más en donde el personaje de Novak se queda mirando un retrato en el Palacio de la Legión de Honor, Hitchcock gastó una semana de rodaje solo para conseguir la iluminación exacta que él había dibujado en su mente.
¿El reto zoom? ¡Bitch please!
A pesar de innovar con el retro zoom, la toma que es considerada legendaria y revolucionaria por su complejidad y maestría técnica es aquella del beso entre Novak y Stewart en la habitación del hotel, donde la cámara gira alrededor de la pareja mientras el escenario detrás se transporta a otro escenario anterior en la relación entre estos dos y después regresa al hotel repleto de un verde esmeralda. Realizada con un travelling que giraba, se acercaba y alejaba en una plataforma sincronizada, mientras los decorados se proyectaban detrás de ellos.
Atracción turística
El Hotel de San Francisco que se ve en la película aún existe y se encuentra abierto al público, solo que ya no se llama York como hace 60 años, pues tomó el nombre del film para ahora ser “Hotel Vertigo”, manteniendo la habitación 501 tal y como luce en el film