100 películas, 100 finales: Los mejores de la Historia Parte 1
En la película El Ladrón de Orquídeas, uno de los personajes más trascendentes le espeta al guionista Charlie Kauffman, interpretado por Nicolas Cage: “sorpréndalos al final y triunfará”. Y es que no hay nada que se compare en materia de cine con la sensación de verse sorprendido con aquella escena que cierra la obra en su totalidad. Son estos últimos fotogramas de cada película los que pueden incluso, salvarla de ser un fiasco para convertirla en algo para la posteridad. Finales tristes, alegrías absolutas, escenas secas y contundentes, giros de tuerca o verdaderas sorpresas capaces de dejarnos boquiabiertos, el final de una película es indispensable para forjarnos una opinión general sobre la misma.
En orden cronológico, empezando hace casi 100 años con el primer genio del cine, este listado no incluye solamente películas de Hollywood sino también del cine extranjero, bajo la condición de que la obra sea trascendente en su totalidad y no solo en su escena final. Un trabajo que nos servirá no sólo para la nostalgia cinematográfica sino como un entero ejercicio de memoria que de vez en cuando no viene mal.
Advertencia: éste listado incluye Spoilers, si no has visto la película en turno, te recomendamos no leer el texto para que no te arruinemos la sorpresa. De lo contrario, te invitamos a disfrutar recordando 100 películas y 100 finales, los mejores de todos los tiempos. No están todos los que son ni son todos los que están. O tal vez sí. Recordemos:
Luces de la Ciudad. 1931. (Charles Chaplin)
Melancólica mirada de nuestra heroína, quien, luego de recuperar la vista, descubre por fin mediante el tacto la identidad de su impetuoso benefactor: un simple y entrañable vagabundo. La primera vez que se usaron los kleneex (o lo que sea que se usara en esa época) gracias al final de una película
King Kong. 1933. (Merian C. Cooper)
La inolvidable caída de Kong desde la punta del Empire State, precede una de las muertes más tristes del mundo del cine. Pero que quede claro: no fue la caída la que mató al rey de la jungla; fue la bella, la que mató a la bestia.
Lo que el Viento se Llevó. 1939. (Victor Fleming)
Luego del grandioso “francamente querida, me importa un bledo” con el que Reth abandona a la “drama queen” Scarlett, ésta se decide a hacerlo volver a su vida. Fiel a su estilo, resuelve que no pensara en ello el día de hoy. “Pensaré en ello mañana”. Después de todo, mañana será otro día.
El Gran Dictador. 1940. Charles Chaplin
Ochenta años antes de que los actores hollywoodenses nos regañaran a todos cada que reciben un Oscar, hubo un hombre llamado Charles Chaplin, quién en su película se pitorreó abiertamente del mismísimo Adolf Hitler, cuando éste incluso aún estaba en funciones. Después de 2 horas de carcajadas y mofas al fascismo, el primer genio del cine, selló su película con el mejor discurso cinematográfico del que se tenga memoria.
Ahí está el Detalle. 1940. (Juan Bustillo Oro)
Durante el juicio para desenmascarar al asesino del mentado perro, Cantiflas expone sus “argumentos” con tal verborrea, que el resto de los participantes terminan “cantinfleando”. El nacimiento de un modo coloquial de hablar.
El Ciudadano Kane. 1941. (Orson Welles)
La resolución de una de las interrogantes más legendarias en la historia del cine, al atestiguar el significado de la palabra “Rosebud”, la misma que pronunció Charles Foster Kane antes de morir en el portentoso arranque de la película. Se trataba del trineo con el que jugaba en su época infantil.
Casablanca. 1942. (Michael Curtiz)
El final de finales: el rudo Rick, cual caballero como ya no los hay más, decide dejar ir a la mujer de su vida con otro hombre en pro de salvarle la vida. Aderezada con varias de las líneas más memorables, la romántica despedida encuentra su pináculo con la ya clásica: “siempre tendremos París”. Irrepetible e insuperable escena, como la película a la que pertenece.
Sunset Boulevard. 1950. Billy Wilder
Brutal zoom in al rostro de Norma Desmond, quien, con la razón totalmente perdida, se dirige al Señor Cecil B. de Mile, advirtiendo estar “lista para su close up”. Piedra angular del cine Hollywoodense.
Los Olvidados. 1950. (Luis Buñuel)
Luego de ser violentamente asesinado por “el Jaibo”, el cadáver del infante “Pedro” es arrojado sin la menor misericordia al basurero. Una imagen que 70 años después, sigue siendo el pan de cada día en nuestro país.
Milagro en Milán. 1951 (Vittorio de Sica)
Mágica escena en donde vemos a la empobrecida comunidad utilizar las escobas de los barrenderos para desplegar el vuelo hacia el paraíso. Nunca el neorrealismo italiano había fantaseado de tal manera
Humberto D. 1952 (Vittorio de Sica)
Al borde del suicidio en las vías de un tren, el avejentado Humberto es salvado por su adorada mascota, con quién termina jugueteando por las calles. Ultra conmovedora escena.
Los Siete Samurái. 1954. (Akira Kurosawa)
La estilizada y hermosa pelea campal bajo la lluvia, entre los 7 samuráis y los bandidos de la aldea, erigieron el camino a seguir en la manera en cómo se filmarían las escenas de batalla hasta el día de hoy.
Más Corazón que Odio. 1956. (John Ford)
Icónico y memorable plano final que dibuja al grandulón Ethan, regresando a casa con su sobrina en brazos, la cual había sido secuestrada por una comunidad de indios.
Trono de Sangre. 1957. (Akira Kurosawa)
Monumental cátedra por parte del maestro Kurosawa, quien nos propina el violento asesinato del “mesías” y traicionero Washizu perpetrado por miles de flechas atacando su castillo. La belleza visual de tal ataque, haría palidecer al propio Tarantino
Una Eva y Dos Adanes. 1959. (Billy Wilder)
-tengo que ser honesta contigo, no podemos casarnos
-¿por qué no?
-en primer lugar no soy una mujer normal¡¡
-no me importa
-fumo, fumo todo el tiempo
-no me importa
–tengo un pasado terrible, desde hace 3 años vivo con un saxofonista
-te perdono
–nunca podré tener hijos¡¡¡
-podemos adoptar
–tu no entiendes verdad?, soy un hombre¡¡¡¡¡
-bueno… nadie es perfecto.
¿Se necesita escribir más?
Los 400 golpes 1959 (Francois Trauffaut)
Conmovedora escena final que muestra, por fin, el cumplimiento del sueño de toda la vida de Antoine: conocer el mar
Psicosis. 1960. (Alfred Hitchcock)
Close up a la perturbadora mirada de Norman Bates, mientras escuchamos en voz en off la voz de “su madre” advirtiendo pasividad total.
Sin Aliento. 1960. (Jean Luc Godard)
La muerte del icónico Michel Poiccard (Jean Paul Belmondo), quién es abatido por las balas y por la traición femenina. Icónica imagen de inicios de la década de los 60s
Fellini 8 1/2. 1963. (Federico Fellini)
Como un espectáculo circense, los personajes de la ficción se reúnen para aparecer bailando tomados de la mano en el set de rodaje de la próxima película del protagonista Guido Anselmi (Marcelo Matroiani), convirtiendo todo lo que vimos en la que sea posiblemente la primera “meta película”
Bonnie y Clyde. 1967. Arthur Penn
Violenta emboscada que culmina con el asesinato de la famosa pareja criminal
El Graduado. 1967. (Mike Nichols)
Benjamin irrumpe en la boda de Elaine para “robársela” románticamente y huir en el asiento trasero de un autobús. La cara de “¿que acabo de hacer?” de ambos no tiene precio. Final copiado, parodiado y homenajeado en incontables ocasiones, desde Shrek y Mariah Carey, hasta Los Simpsons.
La Noche de los Muertos Vivientes. 1968 (George A. Romero)
El irónico asesinato del protagonista tras ser abatido por elementos del ejército, luego de sobrevivir por horas al ataque zombie, sirve a Romero para hacer una abierta crítica a su gobierno por los enviados de color a la guerra de Vietnam.
2001 Odisea del Espacio. 1968. (Stanley Kubrick)
El soldado Bawman se ve a sí mismo envejecido y acostado en una cama. Luego de señalar con su dedo al famoso monolito, un feto humano se acerca a la tierra aderezado con la inolvidable partitura de Strauss. Nadie entendió nada y nadie sigue sin hacerlo, y sin embargo este será acaso uno de los 5 finales más icónicos y recordados de la historia del cine.
El Planeta de los Simios. 1968. (Franklin J. Schaffner)
Y hablando de finales icónicos. Charlton Heston huye por fin del planeta de los simios solo para estrellar su nave y darse cuenta de que, en realidad, todo el tiempo se encontró en la tierra que ahora es dominada por nuestros ancestros. ¿Que como lo supo?, muy simple: se topó con la estatua de la libertad enterrada en la arena del mar. Momento cumbre del séptimo arte.
El Padrino. 1972. (Francis Ford Coppola)
Kay observa al interior de la oficina de su esposo Michael al tiempo que uno de sus súbditos le besa la mano, poniendo así ante sus ojos, al nuevo padrino de la mafia Ítalo-americana.
El último Tango en París. 1972. (Bernardo Bertolucci)
Violenta lucha física entre los protagonistas que culmina con el asesinato de Paul (Marlon Brando). No sabemos si lo que lo mató fue aquella bala, o descubrir que su objeto sexual, realmente tenía nombre e identidad.
La Masacre de Texas 1974. (Tobe Hopper)
Neurótica y perturbadora escena que muestra a Leatherface persiguiendo hasta el último momento y con motosierra en mano a la protagonista.
Atrapado Sin Salida. 1975. (Milos Forman)
Al darse cuenta de que a su gran amigo Mc Murphy le han practicado una lobotomía, lacerando su rebelde personalidad para siempre, el “Gran jefe” decide liberarlo asesinándolo mediante asfixia con una almohada. Por si fuera poco, culmina su escape del manicomio utilizando el método que el fallecido había intentado tiempo atrás: rompiendo la ventana con el pesado lavabo de manos. De pie por favor.
Jeanne Dielman. 1975. (Chantal Akerman)
La aburrida ama de casa convertida en sexo-servidora ataca a uno de sus clientes encajándole unas tijeras para luego ir a sentarse “tranquilamente” a su comedor. Brutal grito de la desesperación que arrojan la soledad y el hastío.
Rocky. 1976. (John G. Avildsen).
Pese a perder la emocionante batalla frente a Apollo Creed por decisión unánime, Rocky observa a Adrian brincar al escenario para abrazarlo, felicitarlo y decirle “te amo”, convirtiendo al “semental italiano” en el primer “perdedor” del cine, que se queda con la chica.
Carrie. 1976. (Brian de Palma)
Luego del numerito que armó en la noche del baile cansada del bullyng, Carrie sigue haciendo de las suyas en los sueños de sus enemigas, al sacar la mano del lugar donde está enterrada, para pegarle tremendo susto a una de sus compañeras de colegio.
El Imperio de los Sentidos. 1976 (Nagisa Oshima)
Buscando traspasar los límites del placer sexual, Sada asesina mediante asfixia a Kichizo, para después cercenarle el miembro masculino, mismo que sostiene en su mano, como recuerdo de los días más intensamente placenteros de su vida. Era lo único que les quedaba por hacer a ambos en materia sexual.
Hallowen 1978. (John Carpenter)
La desaparición del cadáver de Michael Myers de la acera, el llanto desconsolado de Laurie y la legendaria música de la película, nos pusieron los pelos de punta a todos.
Mad Max. 1979. (George Miller)
Tremenda trampa final de parte del loco Max a Johnny “The Kid”, a quien deja esposado en un auto a punto de explotar, con cierra en mano y con la disyuntiva: “corta las esposas o córtate el tobillo”
Viernes 13. 1980. (Sean Cunningham)
Escalofriante y sorpresiva presentación del personaje de Jason, mismo que sin advertencia alguna, sale del lago para atrapar con su brazo a una de los protagonistas
El Resplandor. 1980. (Stanley Kubrick)
Estilizado zoom in a la pared de fotografías del hotel Overlook, donde vemos una imagen de Jack Torrance con los empleados del año 1921, pese a que segundos antes, había muerto congelado en el oscilante laberinto. Magnífico.
El Imperio Contraataca. 1980 (Irvin Kershner)
La confesión de confesiones: Darth Vader se revela como el padre de Luke Skylwalker, dejando boquiabierta a media humanidad (de aquel tiempo).
Toro Salvaje. 1980 (Martin Scorssese)
Jake La Mota, gordo y acabado, se mira al espejo repitiendo una línea de Marlon Brando en “Nido de Ratas”, mientras prepara su patético número cómico al son de “soy el jefe”. La mejor actuación de Robert de Niro, y decir la mejor en él, es demasiado.
E.T. El Extraterrestre. 1982. (Steven Spielberg)
Sentimental despedida entre el pequeño marciano y la familia de su gran amigo terrícola Ellitot. E. T. va por fin a casa.
Scarface. 1983. (Brian de Palma)
El inevitable asesinato de Tony Montana, al cual hay que reconocerle, se fue con la dignidad que siempre defendió en vida. Aguantó más balas que cualquier hombre.
Amadeus. 1984 (Milos Forman)
Demoledor plano final que nos muestra al enloquecido Antonio Salieri rodeado de personajes extravagantes y enfermos mentales.
Hanna y Sus Hermanas. 1986. (Woody Allen)
Bellísimo detalle final por parte de la neurótica Holly al confesarle a Micky su embarazo, pese a que éste, aparentemente era estéril. Pocas veces Woody Allen nos ha regalado un final tan lleno de esperanza.
El Sacrificio. 1986. (Andrei Tarkovski)
La persecución en el fango de uno de los personajes principales con la inolvidable casa en pleno incendio como telón de fondo. Imagen icónica, pictórica e inolvidable de la historia del cine
Cinema Paradiso. 1989. (Giussepe Tornatore)
Hermosa y nostálgica escena que nos muestra al envejecido “toto” observando la secuencia de besos y escenas eróticas de las películas que veía de niño, mismas que habían sido censuradas por el cura del pueblo y que su amigo Alfredo le editó antes de morir. Si a eso le agregamos la insuperable música de Ennio Morricone, el resultado es….bueno, “ahora dilo sin llorar”
La Sociedad de los Poetas Muertos. 1989 (Peter Weir)
El alumnado rinde homenaje al singular y recién despedido profesor Keating, poniéndose de pie en sus respectivos pupitres y recitando la línea “oh capitán, mi capitán”. Carpe Diem.
Thelma y Louis. 1991. (Ridley Scott)
Huyendo de la policía y aposentadas en su ya mítico Ford Thunderbird, Thelma y Louis deciden lanzarse al vacío antes que continuar viviendo en su mundo machista, con Brad Pitt incluido. Un verdadero grito del feminismo
El Silencio de los Inocentes. 1991. (Johnatan Demme)
Juguetona y Canibalesca llamada telefónica de despedida de parte del Dr Hannibal Lecter a Clarice Starling. Por su puesto no podía irse de su vida sin informarle su escalofriante “menú” para esa noche.
Punto de Quiebra. 1991. (Kathryn Bigelow)
Luego de la pelea cuerpo a cuerpo-cara a cara en el mar, el Agente Especial Johnny Utah (Keanu Reeves), libera a su íntimo enemigo Bodhy, permitiéndole montar una última ola en la famosa “tormenta de los 50 años”. Al final Bodhy tenía razón: “no es trágico morir haciendo lo que amas”.
Perros de Reserva. 1992. (Quentin Tarantino).
Tras la brutal lluvia de balas, Mr White, descubre que el hombre en el que más confiaba en aquel grupo de malhechores, Mr Orange, era el policía infiltrado que provocó los nefastos sucesos luego del asalto a la joyería.
Los Imperdonables. 1992. (Clint Eastwood)
Cual Vaquero-Macho Alfa como ningún otro, el enigmático Will Munny impone justicia a riflazos en el pueblo, no sin antes advertir a todo aquel que ose meterse con las mujeres: volverá