30 Películas para entender la Depresión
La tristeza es una emoción necesaria e importante para cualquier ser vivo: ayuda a aprender de los errores, a formar empatía hacia y con los demás, a aliviar el dolor físico y psicológico y a procesar la pérdida ligada a la muerte. En resumen, sirve para aceptar el daño que genera la realidad y empezar a ser conscientes del mundo que nos rodea. Sin embargo, desde hace varias décadas que los especialistas son conscientes de la aparición de la llamada “tristeza eterna”, de aquel trastorno que hace que la persona en cuestión deje de importarle su vida al punto de querer acabarla, de esa incómoda enfermedad llamada depresión. Y lo peor es que parece estar más presente que nunca con la proliferación tecnológica, la sobrecarga de estímulos audiovisuales, la gratificación inmediata y la pérdida de interés ante la experiencia de vivir, siendo ya la segunda causa de muerte en el mundo. Incluso, podría decirse que estamos ante una enfermedad que despierta muchas cuestiones existencialistas sobre si vale la pena vivir.
Siendo un medio capaz de extrapolar cualquier tema, el cine no se abstuvo de tratar con este tema, siendo varias las películas que tratan el tema. Sin embargo, al ser una enfermedad con varios caminos y alternativas, la complejidad que abarca puede sentirse exhaustiva: unas indagan en sus síntomas, otras en sus consecuencias, algunas exaltan la recuperación como un milagro del que se puede salir, y otras más retratan la crudeza del fatal desenlace cuando ya no queda nada. Aun así, pueden encontrarse ciertos patrones relacionados que llegan a las mismas conclusiones sobre el surgimiento del trastorno: la soledad, el proceso de duelo, la presión laboral, la urgencia económica, las rupturas amorosas, los sueños frustrados e incumplidos, el abuso de drogas y anabólicos, el cansancio que puede implicar la convivencia familiar o simplemente el hartazgo de lidiar con el dolor que viene integrado a la vida.
Por esta misma razón, puede resultar difícil saber por dónde empezar. De modo que esperamos que este listado sirva como punto de partida para saber qué está mal con cada uno de nosotros, pues este trastorno no discrimina ni respeta a nadie. Esto no es un Top ni terapia psicológica, más bien es un medio para comprender la afección de un mal que está destinado a quedarse con nosotros. Desde diferentes etapas de la vida y épocas, cada una es como un método para aliviar el alma, o en caso de ya haber tomado la decisión, un último regalo de la vida antes de dejar nuestra dimensión.
INTRODUCCIÓN DE POR URIEL SALVADOR
An Angel at My Table (Jane Campion, 1990)
POR URIEL SALVADOR
Estructurada en 3 actos bien diferenciados que abarcan la infancia, adolescencia y adultez de la escritora Janet Frame, Jane Campion prueba talento y rigurosidad a la hora de retratar el tambaleante vacío de su solitario mundo y que la literatura ayudó a aliviar. Visualiza un optimismo placentero luego de presenciar una vida afligida por la muerte de dos hermanas a temprana edad, la marginación causada por un diagnóstico errado de esquizofrenia y una promesa amorosa no cumplida. Por momentos el ritmo se cae y puede sentirse algo larga, pero plasma cómo el entorno y las circunstancias pueden tanto alzarnos como hundirnos.
An Elephant Sitting Still (Hu Bo, 2018)
POR URIEL SALVADOR
La única obra que nos dejó Hu Bo consigue una atmósfera pesimista e incómoda, pero atrapante que da a entender durante 4 horas el entorno asfixiante de un mundo triste y atestado de tonos grises al que sus personajes son expuestos y deben enfrentar (lo quieran o no). Esto se complementa por el uso completo de planos secuencia que captan la monotonía del paso del tiempo en el trascurso de un día, formando un retrato sobre la lucha constante por salir de la cotidianidad y lo complicado que es vivir. Antes que nada, es el testamento de un autor que aún tenía mucho que contar, pero contó mucho en su corta carrera. O por el contrario, que dijo tanto en tan poco tiempo que ya no hubo nada más que decir.
Anomalisa (Charlie Kaufman, 2015)
POR ARQUICRUZ
Una cinta muy honesta y directa, donde vemos la vida de Michael Stone, quien está completamente asqueado y cansado del mundo que lo rodea; ni su esposa, ni su hijo, ni el alcohol, ni nada pueden sacarlo de ese desesperante estado en el que se encuentra. Eso es hasta que se topa con una simple mujer llamada Lisa, de quien se enamora al instante. Si bien la cinta es buena, con un acercamiento interesante a las relaciones humanas y lo que nos mueves como personas, se queda corta en cuanto a tiempo y en cuanto al punto que pretendía desarrollar. Aún así, Kaufman logra un retrato entrañable, ágil, rápido y muy humana, sobre las crisis adultas, tanto a nivel emocional como físico (ojo con la escena animada “explícita”, que dio mucho de que hablar).
Christine (Antonio Campos, 2016)
POR EL FETT
Un logro enorme para Hall en una biopic que injustamente ha pasado desapercibida desde su estreno en Sundance 2016. Quizá sea debido a la historia real en la que se basa, una tragedia sin precedentes e irrepetible dentro de la televisión, en la cual la reportera y conductora de noticias, Christine Chubbuck, se suicidara en vivo en 1974. El mayor valor en la dirección de Campos es la crudeza que mantiene en la construcción del personaje, equilibrando la realidad con el cinismo y hasta la natural comedia accidental, en un espiral auto destructivo que la actriz manifiesta con sobria y sombría excelencia. Quizá nadie sepa lo que pasaba por la cabeza de Chubbuck cuando tomó aquella decisión, pero es muy seguro que Hall se haya aproximado a ese frágil terreno
Chungking Express (Wong Kar-wai, 1994)
POR EL CINE ACTUARIO
La película muestra dos historias diferentes, un romance fugaz entre un policía y una mujer traficante de drogas, siendo esta la historia más fuerte en ritmo al tener una mezcla de géneros como drama, comedia, thriller y romance. La segunda es la del romance entre una joven camarera y un agente de policía que se enfoca más en la comedia romántica, y que se basa más en el carisma de sus personajes. Aunque su mensaje es prácticamente el mismo acerca del desamor, el mérito en esta cinta es exhibir esta premisa en dos tonalidades sin sentirse descolocado, aprovechando que también la cinta se alimenta más por el desarrollo de sus encuadres y fotogramas. Un experimento inusual de Wong Kar Wai que va desde la comedia romántica hasta el noir.
Dos Días, Una Noche (Hermanos Dardenne, 2014)
POR EL FETT
Un drama incisivo, de una actuación formidable por parte de Cotillard y una dirección impecable que hacen de una historia convencional un relato sumamente complejo y de intensas emociones. Los Dardenne despliegan con cruenta naturalidad la odisea de una mujer por conservar su trabajo y apenas suficiente estabilidad económica, convenciendo a sus compañeros de rechazar un bono para así recuperar su empleo. Por supuesto que la clase media baja que los Dardenne siempre han abordado en su obra aquí sirve como vehículo para evidenciar cuestionables y denigrantes tácticas laborales a un nivel internacional, dando como resultado una de las obras más profundas y vanguardistas en cuanto a la necesidad y satisfacción por el trabajo se refiere.
El Niño y la Garza (Hayao Miyazaki, 2023)
POR IVANO
Comprender todo lo que pasa aquí necesitarán un sinfín de vistas, porque no solo es una película sobre el duelo y la depresión, es entender que el tiempo es el que cura las heridas de una pérdida, que es lo más preciado que tenemos con aquellas personas a las que amamos, y que a su vez es lo que queremos recuperar cuando estás ya no están. Miyazaki nos regala su película más personal, más nostálgica, y donde abre una y mil puertas para adentrarnos en su psique y donde los personajes tienen esta necesidad de crear y construir (para soportar la pérdida). Así como en Chihiro usaba el mundo mágico para hacer entender el “cambio”, aquí se usa para externar que todo estará bien, y que no hay necesidad de rescatar a nadie porque en otro “tiempo” ellos siguen juntos.
Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Michel Gondry, 2004)
POR EL FETT
En una fábula que enfrenta al avance tecnológico contra un concepto abstracto del humano semi dogmático: el destino, el eterno resplandor refiere a ese halo ideológico que se erige y vence al objetivo tecnológico, siendo Carrey la víctima humana de dicha evolución, escapando de él mismo para encausar a través de su trágico Joe, una de las mejores odas románticas y de SF de todos los tiempos. La capacidad dramática que Carrey imprime a su conmovedor personaje, es el cimiento en el que Kaufman manifiesta nuevamente su ciclo de toxicidad no solo ahora ante el mundo artístico, sino ante las relaciones humanas, construyendo otra extensión de su ser y posicionando a Joe como un ser sumamente empático e identificable dentro de las referencias románticas de la cultura pop de al menos dos generaciones (X y Y)
Bonus TV 1 – Heidi (Isao Takahata, 1974)
POR EL FETT
Legendaria animación que representó el primer éxito de Takahata. De manera un tanto sorpresiva, la serie logró una gran distribución internacional gracias a su formato dramático, siendo ajena a todas las demás series importadas donde la acción, los golpes y la sangre eran los protagonistas. La serie se centraba en una niña que es mandada a vivir con su abuelo en los Alpes suizos, un viejo malhumorado que poco a poco va desarrollando su lado paternal en una serie de entrañables aventuras que no la alejaban de ser un tremendo culebrón, pero de alta calidad. Como dato curioso, el diseño de Heidi corrió a cargo de su gran amigo Miyazaki. Su importancia es tal, que absolutamente todos al día de hoy conocen a “Heidi” si ni siquiera haber visto un solo capítulo
Garden State (Zach Braff, 2004)
POR URIEL SALVADOR
Zach Braff expone su alma en una historia sencilla y predecible, pero sincera que, a pesar del tono cómico y la música, encierra una gran contención dramática que reflexiona sobre la dificultad de aceptar el dolor que la vida acarrea. El tratamiento emocional encapsula una etapa intermedia entre el X y el Millennial, simbolizado en el silencio, las drogas y la presencia de Natalie Portman para exteriorizar los problemas. Lástima que la conclusión sea inverosímil y termine con un final feliz cliché, pero la autenticidad y honestidad que transmite es infalible, pues el amor no curará la depresión, pero puede ayudar a sobrellevarlo con la persona correcta.
Gritos y Susurros (Ingmar Bergman, 1972)
POR EL FETT
La hegemonía de la feminidad ve su pináculo en esta multi galardonada obra maestra. Un color rojo oscuro que evoca la sangre y religión pinta las paredes, los techos y el piso de una mansión en la que 3 hermanas se reúnen debido a la próxima muerte de una de ellas. Pronto los recuerdos comienzan a surgir y entre ellos los fantasmas: disfuncionalidad familiar, infidelidad, falta de espiritualidad y sobre todo muerte, esta última en uno de sus mayores referentes narrativos. Sobre este ensayo el director recalca la ausencia del “hombre”, usándolo como mero valor simbólico para que el poder y la ternura femenina desemboquen un cuento dramático que raya en lo fantástico y romántico; al final la revelación se tornará como su color, pero su ritmo sobrecogedor hará vivir al espectador un efecto de paz en dicha transición.
Happy-Go-Lucky (Mike Leigh, 2008)
POR URIEL SALVADOR
Infravalorada y castigada por la crítica por retratar la depresión (sugerida en el subtexto) de manera diferente a la “tradicional”, la realidad es que Leigh hace una crítica social a la modernidad, la familia y el sistema escolar mediante el contraste de la negatividad y el pesimismo que genera la vida con un personaje antisocial, exagerado y anormalmente feliz (una bondadosa y carismática Sally Hawkins que causa tanto empatía como rechazo). Para algunos puede resultar desesperante y tal vez provoque el efecto contrario al optimismo que pretende, pero es una arriesgada y lúcida propuesta que simboliza un canto a la alegría y la felicidad, que pone a reflexionar si la persona de al lado necesita un saludo y un abrazo.
Ikiru (Akira Kurosawa, 1952)
POR EL FETT
Una magistral tesis sobre la muerte y un tratado reflexivo sobre como tratar de vivir frente a la inminente llegada de la misma. Si usted nota un cierto mensaje moralino en mi introducción hacia esta gran obra, es porque sencillamente tal vez estemos ante el único film que se puede dar el lujo de auto venderse como una guía de como disfrutar la vida y/o cambiar para comenzar a hacerlo. Dura en estética y conmovedora en contexto, la actuación de Shimura encausa uno de los grandes clásicos dramáticos japoneses a la orden un de una soberbia profundización psicológica por parte de Akira Kurosawa, que no dejará de lado los detalles socio culturales en el retrato de laboriosidad dentro de la clase media, ni mucho menos la colocación del entorno como un fiel personaje y compañero más de esta vejez.
Inside Out (Pete Docter, Ronaldo Del Carmen, 2015)
POR EL FETT
Fastuoso repertorio estético y uno de sus mejores guiones, Pixar crea a partir de su manejo emocional precisamente una cinta sobre ello, con las pertinentes altas dosis en varios de sus momentos gracias a una funcional complejidad digerible tanto para el plano infantil como para el adulto, en un caso de peculiar corriente surrealista que estructura la estructuración, o en otras palabras, que trata sobre la delimitación de cierto personaje sin dejar de prestar atención a sus entorno familiar. Elementos entrañables y escenarios salidos solo de la mente y la imaginación de uno de los mejores Pixar, quizá le faltó un poco de química entre sus personajes para ser perfecta, pero emocionalmente está soberbia así como está
It’s a Wonderful Life (Frank Capra, 1946)
POR EL FETT
Otro que le debe gran parte de su leyenda directiva a Stewart es Frank Capra, y es que por encima de Hitchcock, quizá no haya una mejor extensión actoral para el estilo del cineasta que Jimmy. El cuento de navidad por excelencia y una de las más grandes fábulas del cine, la narración y la tan potente como emotivas dirección e interpretación hacen que a diferencia de Mr. Smith Goes to Washington, este relato de vena fantástica permanezca vigente a más de 70 años de su estreno. Así mismo la caída y resurrección de su personaje es una de esas experiencias que traspasa el lenguaje para convertirse incluso en una experiencia terapéutica y/o humana, misma en la que ambos (Capra – Stewart) se encuentran peculiarmente inmersos por su reciente experiencia en la Guerra. Un clásico de todos los tiempos
La chica de la fábrica de las cerillas (Aki Kaurismaki, 1990)
POR EL FETT
Una historia de venganza tan fría como placentera, tan íntima como minimalista. Pocos diálogos y escenas complementadas por planos secuencias con miradas que hablan por sí solas. Dentro de aquellos minuciosos silencios, se esconde un mensaje de hartazgo social hacía la opresión y el machismo, hacía la inocencia rota y el abuso parental. Así pues, Kaurismaki abandona su acostumbrado tono de humor negro, pero no así su crítica social y marginal, estableciendo una conmovedoramente enfermiza empatía por su trágica protagonista, una chica sumergida en la monotonía y la esclavitud, esta última no solo reflejada en la repetición de la manufactura de una caja de cerillos, sino también en el protocolo familiar bajo las limitantes más absurdas y los abusos más descarados.
Little Miss Sunshine (Jonathan Dayton y Valerie Faris, 2006)
POR CLEMENTINE
Humor negro vs la sociedad gringa a modo de road movie, pero con una vitalidad contagiosa que lejos de querer ser aleccionadora al final te deja con buena sensación. En ella vemos a una familia bastante peculiar y donde cada miembro es todo un personaje, emprender un viaje a California para llevar a la pequeña a cumplir su sueño de participar en el concurso de belleza infantil “Pequeña Miss Sunshine”. Y decía que el viaje resulta accidentado, porque les ocurren un sinfín de situaciones que deben sobrellevar como familia, a pesar de lo diferentes que son cada uno, siempre motivados por ver feliz a la pequeña Olive.
Bonus TV 2: The Ghost and Molly McGee (Bill Motz y Bob Roth, 2021-2024)
POR URIEL SALVADOR
Bajo la típica premisa de “los opuestos se atraen”, la serie consigue una entrañable combinación de risas, corazón y lecciones de vida con un contexto más oscuro brindado por el mundo sobrenatural, dando pauta al manejo del tema de la muerte con dosis de humor retorcido que nunca se siente chocante por la peculiar amistad entre una hiperactiva y optimista niña tailandesa y un fantasma gruñón y tragón. Un testimonio del poder de la amistad y la comprensión hacia el otro que, aunque algo carente de riesgo en su ejecución, tiene sus momentos memorables que recuerdan a la vieja escuela del canal. Una pena que le cortaron las alas antes de volar.
Lost in Translation (Coppola, 2003)
POR EL FETT
La soledad es el factor común que unirá a estas dos almas perdidas, sin embargo, el gran valor de Coppola es la mirada externa del verdadero trastorno: la depresión. Cual psicóloga, la directora observa, escucha y nunca juzga, sino que explora los comportamientos que llevarán a estos dos disparejos seres a complementarse siguiendo una de las básicas necesidades: ser abrazado en silencio, sin explorar, cuestionar o forzar a la ayuda, quererse desde la forma más honesta que hay encausando una “traslación” de la zona de confort al riesgo de un acompañamiento para intentar salir de aquella “eterna tristeza”. El one hit wonder de Sofia Coppola es extraordinario.
Manchester by the Sea (Lonergan, 2016)
POR EL FETT
La punta de este profundo iceberg es Casey Affleck, el cual confirmaría su inconmensurable talento al proyectar esa faceta de duelo o hielo que por momentos solo se ve por encima del agua. Sin embargo la gran revolución narrativa – dramatica viene de la profundidad con la que el guionista y director aborda dicha pérdida y la capacidad con la que se la comunica al espectador por medio de Affleck. Lonergan expone a su protagónico sumido en una armadura mental frente a una crisis existencial, sin embargo conforme progresan dichos hechos y condiciones, los secretos, traumas, y recuerdos van saliendo a flote gracias a lo que también es un soberbio montaje y una prodigiosa actuación que debe ser considerada como una de las mejores de los últimos 21 años
Melancholia (Lars Von Trier, 2011)
POR EL MARKOVICH
Por más que intenté evitar hablar sobre filmes del fin del mundo, me resulta imposible descartar esta pieza ya que no es el bodrio cliché catastrófico hollywoodense. Demandante como siempre, von Trier plantea la llegada de un elusivo planeta a nuestra órbita, que poco a poco toma el curso de colisión inminente contra la Tierra. Por más espectacular que suene, ese no es el tema principal de la obra. El verdadero foco son las emociones y conflictos de una familia y la manera en qué cada uno de sus miembros lidia con la cercana aniquilación. Quizá te lleve a preguntarte cuál de ellos serás tú si este lío se agrava aún más. Las veces que la he visto el final me pone muy de buenas…decidan si tengo pedos o no cuando la vean (o si el que tiene pedos es von Trier)
Ordinary People (Redford, 1980)
POR EL FETT
En su debut directivo, Redford da una cátedra sobre como un relato peligrosamente amenazado por la manipulación y el melodrama, se puede convertir, a partir de un desarrollo de personajes e impresión de ritmo y situaciones precisas, en una de las historias domésticas más impactantes y por ende mejor actuadas de la historia americana. Cuatro Oscar incluyendo película y director, Redford escapa de esa “manipulación” para plasmar un drama auténtico, creíble y causante de la más fina y honesta lágrima de la audiencia, cuando los tres miembros de una familia se enfrenten al duelo de maneras distintas, frente a la trágica pérdida de uno de ellos. Una película muy infravalorada, lástima que Redford nunca alcanzara este nivel directivo nuevamente.
Persona (Ingmar Bergman, 1966)
POR EL FETT
Tratado surrealista sobre los temas que más inquietaron a Bergman durante su vida y obra. Su obra favorita es en realidad un experimento surreal sobre la presencia espiritual y metafísica del mismo ser. A través del diálogo y variados simbolismos visuales, Bergman lleva a cabo un compendio de los elementos suscritos en su obra: religión, sexo y muerte dentro de una historia de vanidad y abandono físico donde una enfermera debe cuidar a una antigua y célebre actriz tras esta ser dada de alta del sanatorio. Nuevamente teniendo a la mujer como estandarte de esta transfiguración, muchos piensan que este esbozo de imágenes y diálogos representan solo una pretensión audio visual, un mero capricho o reproche testimonial a sus creencias y misma obra, y quizá tengan razón, pero al mismo tiempo siendo una cinta difícil de apreciar y no apta para todos, su genialidad raya exactamente donde los demás apuntan su error, pues verdaderamente es única.
Secret Sunshine (Lee Chang-dong, 2007)
POR URIEL SALVADOR
Una historia de amor sumergida en la tragedia donde Lee Chang-dong usa a la religión católica como un método para explorar la depresión, el luto y la fe, así como una crítica a la ingenuidad que tienen algunos por pensar que sólo las creencias resolverán sus problemas. Song Kang-ho aporta su presencia en la búsqueda de apoyo y ayuda a que la impresionante actuación de Jeon Do-yeon (galardonada en Cannes) se eleve como lo mejor de la cinta. Su ritmo lento y los continuos cambios de la historia dividirán a muchos, pero su tono y serenidad aportan grandes dosis de humanidad.
Synecdoche, New York (Charlie Kaufman, 2008)
POR URIEL SALVADOR
La obra cumbre de Charlie Kaufman como escritor y director, una inmersión del artista con su creación que abarca el significado de la vida, el miedo a la muerte, la alienación, la lucha por la verdad, la obsesión por la perfección, la búsqueda y pérdida del amor. Toma varios elementos de Fellini y consigue una experiencia que no es fácil ni comprensible a la primera, es disparatada y a veces no tiene sentido, pero que invita a verla varias veces para descifrar su críptico significado. Compleja, inquietante, ambiciosa y profunda como cualquier artista, implica asomarse al interior del alma, domar el dolor guardado hasta hacer las paces con uno mismo y convertirlo en algo hermoso.
Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976)
POR EL FETT
Sucia, oscura, un retrato de la escoria que habita en la sociedad, así es esta joya atemporal (véase Joker) y adelantada a su época. Scorsese define un arquetipo de antihéroe único en el cine, un mundano y común taxista nocturno que sufre de insomnio y que progresivamente se va transformando en un vengador anónimo al ver toda la podredumbre social y política de su entorno; no es un héroe, tampoco un villano, sino un complejo humano que persigue un objetivo: aportar su granito de arena para transformar su aberrante ambiente en un lugar mejor para vivir. La asociación con sus criaturas de la noche y la red del bajo el mundo de la prostitución infantil, hasta los confines de las figuras políticas que son representadas como simples marionetas, este vengador de la posesión mental y de la hipocresía no está tan loco como parece.
Bonus TV 3: House, M. D. (David Shore, 2004-2012)
POR URIEL SALVADOR
Serie que redefinió la carrera de Hugh Laurie al convertirlo en el doctor más genial de la televisión, capaz de descubrir y tratar enfermedades que los demás pasan por alto o no encuentran cura. Sin embargo, detrás de esa fachada de misántropo cretino que fastidia a la gente por diversión, yace un hombre herido, deprimido y roto que ve su vida desmoronarse con los años y descarga su dolor con los demás (en especial las únicas personas que todavía se preocupan por él). En cierto modo, representa el lado oscuro de las enfermedades mentales y lo que puede pasar si dejamos que el dolor gobierne nuestras vidas.
The Apartment (1960)
POR EL FETT
Hermoso ejercicio que tal vez nos revele el punto más alto de la tragicomedia romántica (y en un segundo plano siendo un accidental clásico navideño). Dos almas desdichadas y solitarias, con sombras y luces personales y entrelazadas de manera irónica, consagraron el doble arquetipo cínico y cautivador de Wilder, forjando una joyita de poderosa influencia para la comedia y el romance. Wilder construye así un guion centrado en los aspectos humanos: debilidades, vicios, infidelidades y secretos, que al final son vencidos por la conexión amorosa y la soberbia química actoral entre Lemmon y MacLaine, los cuáles junto con su director procrean un ritmo, momentos y diálogos entrañables, que ven su clímax en su mítica y bella, muy bella escena final.
The Beaver (Jodie Foster, 2011)
POR URIEL SALVADOR
La excelente actuación de Mel Gibson es lo que ayuda a que este curioso retrato de la depresión pueda ser tomado más en serio debido a que el concepto principal puede parecer muy absurdo para algunos. El paralelismo entre padre e hijo sirve para aclarar ambos lados de la enfermedad: el desinterés de la familia y amigos por el entorno y las actitudes autodestructivas del paciente, y la incomprensión y negación del paciente de la gravedad de la situación, que prefiere enojarse, aislarse y ser autoindulgente antes que buscar ayuda. Aunque irregular en su ejecución, Jodie Foster consigue que el resultado final sea satisfactorio e interesante como mínimo.
The Holdovers (Alexander Payne, 2023)
POR EL FETT
Payne retorna a su nivel narrativo al crear un clásico instantáneo navideño a partir de un triángulo psicológico y emocional complejo, donde más allá de estudiar la interacción entre estos, explora nuevamente los confines y las profundidades de la depresión en distintas personas, edades y situaciones, pero con un factor común: La navidad. Y es que esta fecha para algunos podría ser un detonante de felicidad, paz y acompañamiento, mientras que para otros pudiera ser todo lo contrario, un activador de nostalgia y de este trastorno que el cineasta es experto en retratar, y que en esta ocasión expondrá dentro de su parte más humana y fraternal, a través del forjamiento de una adorable y accidental familia.
The Hours (Stephen Daldry, 2002)
POR EL FETT
Tres historias se entrelazan a partir de un texto de Virginia Woolf, mientras Daldry va y viene de cada una de ellas con una habilidad narrativa majestuosa, y que ha posicionado a esta como uno de los últimos y rotundos clásicos contemporáneos. A partir de aquella trágica, férrea e inerte escritora, con su cigarro en una mano y la pluma en la otra, el director da rienda suelta a este tejido atemporal de emociones y pensamientos; los simbolismos dentro de su vestuario, duelos, flores y monotonías de época dan pie a una serie de interpretación de método monumentales, excavando dentro de la psique y forjando uno de los mejores remanentes de la filmografía de temática feminista.
The Perks of Being a Wallflower (Stephen Chobsky, 2012)
POR URIEL SALVADOR
Stephen Chbosky encapsula en la adaptación de su propia novela todo lo que implica ser adolescente, desde factores cruciales (el noviazgo, la fiesta de graduación o el primer beso), hasta otros más superficiales (emborracharse, tener sexo o drogarse) con madurez, sin olvidar los problemas mentales, de identidad y sexualidad. Un desarrollo narrativo complejo que evita la redundancia que suele caracterizar a este tipo de historias, apoyado por un soundtrack majestuoso y 3 actores perfectamente elegidos e icónicos para su generación, redondean un final revelador, gracioso y crudo. Una historia trágicamente esperanzadora y muy personal para el Millennial, pero fácilmente identificable con cualquiera que la vea.
The Virgin Suicides (Sofia Coppola, 1999)
POR EL FETT
El debut de Coppola encontraría en Dunst la perfecta extensión emotiva y psicológica que requería esta adaptación, regalando una fuerza dramática que permitió a la joven directora encarar una historia sobre la adolescencia pérdida a través de una tragedia familiar. El crecimiento se ve trastocado por la aniquilación, un freno que cuatro hermanas tendrán que afrontar mientras también van conociendo el mundo exterior, el romance, el sexo y su propio ser. La presencia de Turner, Glenn y sobre todo James Woods, apadrinan a un cast muy joven que lidera la propia Kirsten, y que Coppola va desarrollando con una especie de incertidumbre visual, como simbolismo de esta misma y machucada adolescencia.
Tres Colores: Azul (1993)
POR EL FETT
Parte de su revolucionaria propuesta narrativa, y también manifiesto – homenaje a la corriente alguna vez conocida como “nouvelle vague”, Bleu es de las tres, quizá la estrictamente diseñada para formar parte de aquel movimiento. De perfecta interpretación, Krzysztof Kieslowski logra abordar el duelo desde una perspectiva tan cruda como fresca, y es que en esta poderosa introspección emocional sobre la pérdida y el amor, de manera experimental el color juega la parte de un protagonista que acompaña en todo momento la sensibilidad de una Juliette Binoche en estado de gracia. Muy bella pieza, azul, templada y melancólica.
World’s Greatest Dad (Bobcat Goldthwait, 2009)
POR URIEL SALVADOR
La ambigüedad moral es retomada por Goldthwait para convertir el proceso de duelo de una relación padre-hijo en una cursi, pero agradable comedia negra con buenas dosis de drama. Un estudio sobre el éxito y el placer que satiriza la sinceridad hipócrita de la sociedad ante una tragedia personal, la descarada sobreexplotación de la muerte en los medios de comunicación y cómo se honra al fallecido con el mínimo esfuerzo e interés. Ignorada en su estreno, es necesario revalorarla y redescubrirla, sobre todo para entender qué fue lo que llevó a Robin Williams a quitarse la vida.
Bonus TV 4: Bojack Horseman (Raphael Bob-Waksberg, 2014-2020)
POR KIM TOBIAS
Lo que a primer vistazo parecería una simple comedia para adultos, es sólo el comienzo de una historia que está perspicazmente elaborada para ser un reflejo de la sociedad actual, que aunque toma a Hollywood como su escenario principal, funciona como un entorno popular para focalizar todos los problemas que fácilmente pueden ser identificables con la audiencia. La construcción de personajes es un elemento minuciosamente cuidado, pero su mayor genialidad reside en esa habilidad tan aguda de pasar de lo más absurdo a lo más serio, de evidenciar todo lo que está mal con el mundo de la manera más divertida posible, al mismo tiempo que invita a reírse de lo absurda que resulta la vida.