Ella es Ramona, cine de gula que enferma.
Hay noches de cine en las que uno solamente quiere pasar un buen rato, quedar con un amigo o amiga, con el ser amado o en su propia compañía y dejarse llevar por el humor bien hecho, por la hilaridad de la vida y esos caminos borrascosos por los que suele llevarnos, dejándonos ver como unos auténticos idiotas.
El jueves pasado era mi plan, quedar con una amiga con el pretexto de ir a ver el estreno de Ella es Ramona, de Hugo Rodríguez, un director con una trayectoria que poco a poco se ha hecho de un lugar en la industria del cine mexicano; para muestra, sus trabajos en cintas como: Nicotina, En medio de la nada, La leyenda del tesoro, entre otras.
Le confieso que ver los trailers de una película no suele ser uno de mis ejercicios favoritos y para esta ocasión, no fue la excepción. Así que partí canturreando con la intención de pasar un buen rato al lado de mi querida Sis Kim Tobías, y de paso, hacer mi contribución al apoyo del cine hecho en México. Pero algo pasó, diría que fue como escupir al cielo, como un examen de Papanicolaou, una cita con el dentista o revisar tu estado de cuenta bancaria… Todo se derrumbó.
¿De qué va?
Vamos por partes, mire. Ella es Ramona se trata de una historia tan simple, tan lineal, que me resulta difícil entender cómo se pudo hacer tanta mierda con ella; le juro que la trama en su estructura no debería de dar para ello; la vida de una mujer (Andrea Ortega Lee “La Manchita”) linda pero condenada por ser gorda, lista pero cursi, soñadora, supersticiosa, positiva y repostera, da un “giro tremendo” cuando la despiden de su trabajo como asistente eficaz de una empresa dedicada a la belleza. Tras el derrumbe, Ramona la Jamona logrará convertirse en una especie de princesa Disney región chilango, con supuestos poderes otorgados por escarabajos y una fe inquebrantable en que con amor y una actitud correcta, todo se puede… ¿le sigo?
Refrito gordo y asqueroso
Mi gorda bella, La fea más bella, Bety la fea, Yo soy Bea… como usted lo quiera llamar, esta historia no es nueva, pero no sólo no innova, sencillamente ¡no aporta un carajo! Una “gordita buena onda” que enamora al escuálido modelo de revista con el olor de sus galletas, que se convierte en fuente de inspiración para su hermana la guapa y delgada, que da lecciones de vida a su madre María Rojo (con su eterno vestido rojo) y cuya supuesta inteligencia, brilla por su ausencia a lo largo de toda la cinta.
80 minutos que se hacen pesados cuando el espectador descubre que no hay a donde ir, que la primera hora es vomitiva y que aún le quedan 20 minutos absurdos e innecesarios.
Una trama paupérrima construida a base de personajes arquetipos e inconsistentes que ni siquiera logran cargar con la responsabilidad, la poca responsabilidad que le corresponde a cada uno. ¡Es el colmo! ¿Notó usted que se cuenta con la participación de Daniel Giménez Cacho y Juan Carlos Colombo, dos grandes actores que pasan totalmente de noche?
Ella es Ramona resulta pues, como un plato que indigesta, que recuerda a la gula y el asco que se puede producir cuando se come por comer y ni una sal de uvas devuelve la fe.
Quizá lo más triste (además de ver a los colegas críticos y periodistas riendo como idiotas) es pensar que esta cinta se expone en momentos tan álgidos que vivimos como sociedad, una llena de obesos que sigue y sigue, de bullying despiadado, de culto desmedido a la belleza y otra serie de factores por demás deprimentes que lo que menos necesitan son moralejas pendejas.
6 Comments
Una cosa es ir al cine a “divertirse y pasar un buen rato” y otra muy diferente es ir a ver basura disfrazada de película. No sólo hablemos de que la historia es totalmente absurda e inverosímil; también lo son los personajes, las actuaciones y los gags no sólo son sosos sino además gastados a más no poder. Y no conformes con todo eso, la historia tiene una de las moralejas más absurdas de la galaxia; porque no importa que tu vida valga para un carajo y que todos te traten de la fregada, lo importante es divertirse y pues YOLO, ¿no?
Sis, fuimos cómplices de esta cochinada, pero nos sirvió para unirnos como las hermanas que somos, o que intentamos ser 😉
jajajaja, la quiero.
Cuando estaba pesando mas de 100 kilos siempre dije “existen los gordos, pero pueden enflacar…en cambio los p$n… que los molestan….” y tristemente con estas cintas ni como defender a los segundos…
Bien dicen que la estupidez es infinita, y sí mi estimado Travsam, aquí la muestra se da por kilos y kilos. Se ofende igual o peor a las personas con sobrepeso con este tipo de películas. Lejos de darnos una perspectiva diferente y que se atreva, que proponga, se queda en lo mediocre y absurdo.
Diría un amigo, lo gordo se me quita, lo pendejo a los pendejos, no.
Saludos 😉
pues la verdad nada mas verla no me llama la atencion y siento que se parece a una pelicula coreana que vi no se por que : ‘200 pounds beauty’; de ahi en fuera parece que fue sacado de la mente de los guionistas de la rosa de guadalupe
Querid@ Kesh, de verdad, no te pierdes de nada. Ahorra tu tiempo y dinero, si ya has visto alguno de los títulos que menciono en el artículo o el que me dices tú, quédate con eso.
Si uno de los guionistas de La Rosa de Guadalupe hubiera participado, seguro que por lo menos la risa hubiese estado asegurada, pero ni eso ¡Carajo!
Saludos 😉