A Cielo Abierto: Venganza teñida de crecimiento adolescente.
Pensar en los guionistas del cine nacional y sus alcances pocas veces nos remite a casos de éxito tan grandes como lo ha sido el de Guillermo Arriaga. Reconocido por su trabajo en ‘Amores Perros’, ‘Babel’ o ‘21 Gramos’, laureado en Cannes por ‘Los Tres Entierros de Melquiades Estrada’, escritor de novelas como ‘El Búfalo de la Noche’ o ‘El Salvaje’ e incluso director ya de una ópera prima titulada ‘The Burning Plain’, el mexicano es ya célebre en el ámbito internacional y ha hecho de su nombre una garantía a la hora de presentar una historia.
Hoy tenemos una obra suya en cartelera, que se luce bajo el título de ‘A Cielo Abierto’. La cinta tiene como protagonistas a Fernando (Máximo Hollander) y Salvador (Theo Goldin), dos muchachos que han perdido a su papá a causa de un tráiler que embistió el auto en el que viajaba. Cuando averiguan el nombre del culpable deciden ir a buscarlo, acompañados de su hermanastra Paula (Federica García), para hacer justicia por su propia mano.
‘A Cielo Abierto’ es el primer largometraje realizado por Mariana y Santiago Arriaga, hijos de Guillermo, quienes desde hace un rato se dedican a la producción audiovisual. Obtienen de manos de su padre este texto, que fue el primero que escribió -allá por 1996-, y del cual recientemente recuperó los derechos. Es así como estos hermanos desarrollan la narrativa de lo que en esencia es un thriller de venganza, pero que en su desenvolvimiento va elevando ramas hacia otros subgéneros e intereses. Uno de los principales es el del road trip, que obliga a nuestros protagonistas a alejarse de su privilegiada burbuja para sobreponerse a incomodidades, obstáculos y temores, cambiando por completo la perspectiva con la que inician el recorrido hacia comportamientos más maduros.
Otro fundamental elemento en ‘A Cielo Abierto’ es el coming of age, que cae como anillo al dedo para los actores que integran el elenco. Máximo Hollander encarna a un individuo frustrado que desea hacerle pagar al conductor a toda costa, pero con la indecisión y el arrebato propios de su edad, y Theo Goldin a un adolescente aun confundido respecto a sus sentimientos y distraído por su despertar sexual. El papel mejor interpretado lo tiene la debutante Federica García, en cuyo arco descubrimos a una chica que, si bien comete equivocaciones usuales, posee la sagacidad de leer su entorno para proceder con precaución o con valentía, según sea necesario. En ella recaen algunos de los momentos claves de ‘A Cielo Abierto’, y consigue aterrizarlos de forma adecuada para mantener cautivo al espectador.
En la hechura de ‘A Cielo Abierto’ encontramos también el acierto de contar con Ludovico Einaudi, a quien hemos disfrutado por su composición en películas como ‘Nomadland’ y ‘The Father’, y que aquí vuelve a agregar valor al filme, especialmente en las escenas más ríspidas del mismo. No pasa de largo tampoco lo llevado a cabo por el cinematógrafo Julián Apezteguia, quien hace honor al título exhibiendo unos panorámicos atardeceres, dignos de postal, encargados de enmarcar circunstancias dolorosas, decisiones cruciales y muestras honestas de afecto.
Filmada en Ciudad de México y Coahuila, y estrenada en el Festival Internacional de Cine de Venecia en 2023, ‘A Cielo Abierto’ manifiesta nuevamente el perenne interés de Guillermo Arriaga por desnudar las aristas morales del ser humano. El inevitable crecimiento de los personajes, la transformación de su relación, sus confrontamientos con lo violento y lo realista, hacen que la audiencia se ponga en sus zapatos para preguntarse qué tanto está permitido cuando se trata de represalias, y cuánto puede cambiar la vida de alguien si lo que halla en esa revancha es el perdón.