A la caza de: M. Night Shyamalan

Reeves, Koepp, Cameron y Arriaga han pasado ya bajo el “blaster” de su caza recompensas favorito y muchos de ustedes me han pedido que de cacería a personajes como Michael Bay, Lucas y/o Spielberg, los cuales son muy escurridizos pero ¡No se preocupen! Pronto caerán a su merced. Sin embargo, y recordando la última entrega de los Razzies a lo peor del cine, me vino a la mente alguien que ya le traía ganas desde hace mucho tiempo.

Este intento mundano de realizador, actor y escritor de nombre verdadero impronunciable y bajo el seudónimo de M. Night Shyamalan es a lo que su servidor llama un truhán, un repugnante timador… ¡Un fraudulento hindú!

Dos medianas y aplaudidas películas le bastaron para quererle ver la cara de imbécil a todo mundo con otras 5 insufribles producciones (una peor que la antecesora) que afortunadamente, lo han sumido en la desgracia y en la realidad de su baja estirpe como realizador. Así que esto no solo es una cacería ni un favor a la comunidad cinéfila, sino también un favor al mismo Shyamalan, el cual debe retirarse dolorosamente por su propio bien y el por el de nosotros.

1999 fue el año en que comenzó todo, año en que el género de terror y suspenso tomo nuevos bríos con “Sixth Sense”, película que le valió al realizador cierto renombre al contar una historia correcta, con un par de buenas interpretaciones y un giro de tuerca llamado injustamente “renovador” (término que su servidor  se niega a aceptar teniendo en cuenta que su desenlace tiene mucha semejanza con producciones como “Blade Runner”). El film aun así y justamente, llegó a colarse con varios nominaciones y premios a lo mejor del cine en aquel año y el truhán este se posicionaría como una de los más promisorios directores del nuevo siglo.

En 2000, Shyamalan sabría auto repetirse con mucho éxito, al presentar una historia innovadora sobre el género del cómic y el mundo del superhéroe, donde dicha figura sufre una deconstrucción brillante a manos de un guion y dirección que utiliza idénticos aspectos que su antecesora (inclusive en el orden de su trama), y que de nuevo presenta un giro de tuerca de esos que “atontan” algunos minutos y terminan por encantar al respetable espectador. Shyamalan de nuevo saldría airoso con Unbreakable justamente, construyendo (y sin temor a equivocarme) una obra de culto.

Y eso fue todo.

Primero sería importante mencionar que estas obras crearon una característica mercadológica favorable al director y perjudicial para el espectador, pues el engaño que resultaría ser su filmografía a partir del 2002, seria justificada bajo la leyenda: “Una película de M. Night Shyamalan”. Así, todos esperaríamos historias fantásticas entretenidas que no bajarían de la mediana calidad y que sobre todo, nos prometería un giro de tuerca bien justificado y que nos hiciera detener al “hámster” que anda dando vueltas en nuestro cerebro por unos momentos para poder amarrar todos los cabos sueltos que el director nos había comunicado. Todo esto sería una promesa incumplida, pues Shyamalan mataría a su propio “hámster” y descompondría sus engranes y tuercas al caer en lo absurdo dentro del género fantástico, lo cual aunque se escuche ilógico y complicado, créanme que este mequetrefe lo logró.

Signs (2002) marcaría el punto de inicio de su debacle. Con claras influencias del cine de Hitchcock y George A. Romero, el guion y la dirección cuentan con un ritmo excepcional y nuevamente el suspenso es magistralmente manejado durante la mitad de su metraje. Sin embargo, la inconsistencia de los factores clave y los detonantes del clímax y giro son totalmente absurdos y estúpidos, alejados de la justificación y de la mencionada lógica interna (término acuñado en Cinescopia por Alex Waters) mostrada en sus anteriores obras ¿Agua? ¿De verdad Shyamalan? La cinta se derrumba a la mitad y a Shyamalan se le agotaron sus truquitos.

¡No juegue con la mercadotecnia si no le sabe chamaco! Y es que su primer gran error con The Village (2004) fue presentarla al respetable como una historia de terror cuando de terror no tiene ¡Ni madres! Más bien el concepto que manejaba su cuarto film es hablar sobre el poder de la imponer el miedo. Un intento de thriller utópico que destruye en su historia al mismo concepto fantástico; una ironía que pudo haber resultado hermosa en su caso, pero que es grotescamente mal dirigida e interpretada (¡A mí que no me mientas, esa escuincla si veía!). Una verdadera pena que una idea como esta haya sido horriblemente vapuleada en su adaptación al lenguaje cinematográfico, lo que demostró que Shyamalan es un poco menos que mediocre. Un giro forzado y predecible y que ayuda solo a completar el tiempo de su película,  y es que resulta muy grosero que este embaucador  al no saber cómo contar su historia, quiera robarnos poco más de media hora de nuestro preciado tiempo  en ver uno de los giros de tuerca más prolongados, aburridos e inconsistentes del cine ¡Guarradas!

Shyamalan no volvería a levantarse. Su siguiente obra seria patética y vergonzosa. De hecho seria acreedor a sus primeros dos Razzies como peor director y actor de reparto, así como otras dos nominaciones a dicho premio como guionista y película en general: Lady in the Water (2006) es una ¡Cochinada! Un cuento de hadas que como él lo dijo alguna vez “improvisaba mientras se lo contaba a su hija por las noches”. Primeramente que “pinches” cuentitos me le cuenta a su escuincla Sr. Shyamalan, y segundo, logró su cometido en la improvisación escrita, histriónica y dirigida, pues este film es la patada que hasta un “eunuco” sentiría. Una bofetada a la lógica y al respetable.

Pero eso no sería lo peor. Como el mítico filósofo moderno Hylico lo menciona en su obra literaria “Ganapanes sin ofender” (2010), Shyamalan “evidencia un desconocimiento abundante, basto y acerbo del elíptico -y a veces hiperbólico- oficio cinematográfico”  con la nuevamente nominada a 4 Razzies (película, actor, director, guion): “The Happening” (2009), es un error, un adefesio, una arcada nauseabunda ¡Que Dios me libre de los helechos! ¡Y de ti Shyamalan! Shame on you! Que absurda y torpe historia sobre el aniquilamiento de la raza humana por parte de las plantas.

Víctima de su ya irremediable podredumbre en todo aspecto cinematográfico, Shyamalan destruiría absoloutamente todo lo que quedara de reputación al adaptar al cine la peor película del 2010 (Razzie): The Last Airbender. No cabe duda entes mortales que en esta ocasión y a pesar de nuestras posibles diferencias pasadas, en este momento y aunque sean detractores de su servidor, estarán 100% que esto es una simple “porquería” que no tiene ni pizca de valor cinematográfica en ningún rubro. Shyamalan tomo la serie animada “Avatar” y literalmente solo se dedicó a aniquilarla con un desempeño mediocre en todo ámbito y que merecidamente lo ha colocado como uno de los peores directores y guionistas del cine actual después de ser una promesa del cine que solo dio dos ejemplos de creatividad y calidad.

No hay piedad en este caso. La hoguera se la tiene merecida y mucha de la opinión pública esta de acuerdo con su servidor. Sus números en la base de datos cinematográfica mas visitada de la red no mienten (De 8.2 a 4.5) Sino me creen dense tiempo para ver este educador video:

http://www.youtube.com/watch?v=hksKLHt9Kzg

Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett