A Most Violent Year: El sueño americano en su jugo

De un valor emocional muy peculiar, la nueva cinta de J.C. Chandor director y guionista, hace saborear cada rincón  de aquel New York de 1981, año estruendoso registrado con el mayor índice de crímenes y violencia en la historia de la ciudad y en la que se desarrolla nuestra historia, una fábula anti mafia sobre un inmigrante que busca por todos los medios legales necesarios proteger su promisorio, creciente y ambicioso imperio y familia.

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Aunque la remembranza de mejores tiempos cinematográficos está presente en cada cuadro e incluso puede olerse cierto aroma a Lumet, Coppola o Wenders, A Most Violent Year tiene su esencia propia y la fuerza narrativa para mantenerse por sí sola, logrando un toque único que como bien le ha servido a las horas dela crítica, también le ha perjudicado en el momento que algunos ignorantes la han catalogado como “similar” con algunos films de los antes mencionados, comparación por demás vulgar, injusta y tonta pues si en algo podemos etiquetar al film de Chandor es que este logra ser una especie de arquetipo anti gansteril que proyecto de una forma sombría y compleja el andar hacia el verdadero sueño americano sin las facilidades, condescendencias o permisos que muchas veces se toma la ficción para poder embalar su narración

A Most Violent Year no es una cinta que denote violencia estética, ni siquiera muertes, balazos o chingadazos, es un retrato fiel sobre la vileza corporativa, sobre la frialdad en la competencia empresarial, sobre la crueldad en varios métodos sobre como presionar a los eslabones más débiles y/o supuestos frágiles de una cadena. Todo esto llevado a cabo de una manera exquisita narrativa y visualmente hablando, con actuaciones maravillosas y una dirección a manera de cuento moderno que aunque huele a cine gansteril, su valor radica precisamente en el sabor y no solo en su olor.

 

¡Qué bello año!

La historia nos hace intimar inmediatamente con Abel Morales, un inmigrante ambicioso y hombre de negocios al cual seguimos desde toda su planeación de expansión de su empresa mientras tiene que lidiar con algunos obstáculos tales como la competencia, la obtención del capital, los créditos bancarios y finalmente la ola de violencia y crimen desatada en Nueva York en 1981. Rápidamente el cineasta se encarga de hacernos saber que Morales no está solo y que incluso representa una amenaza indirecta hacía con la sociedad y el departamento policial no solo gracias a su rápido crecimiento empresarial, sino porque su esposa, Anna Morales, al parecer es la hija de un mafioso bastante temido y famoso de la ciudad

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A primera instancia el relato podría parecer frívolo y hasta de cierta manera pedagógico para su impartición en materias de negocios, sin embargo gracias al bello lenguaje cinematográfico Chandor nos lleva de la mano a un cuento de hadas moderno donde la legalidad puja por vencer al crimen, dotando a su personaje principal de una estructuración perfecta que hacen que el espectador conecte instantáneamente con una empatía armoniosa.

Los valores y la misma incertidumbre por el uso del crimen se ciernen sobre este peculiar héroe que a contrario de asimilarse, parece una anti tesis de un Michael Corleone con una fuerza narrativa sino mejor si distinta y especial. Así mismo habrá que notar que Chandor trata a su fábula como una serie de desventuras que progresivamente y tras varios enfrentamientos o inclusiones de elementos (Llámense estos situaciones, personajes y/o interacciones), hacen madurar al su héroe acorralando hasta su final conclusión o destino llevando con el siempre a dos variables que lo complementan tal guía de cine de Kurosawa: su doncella y su concejal, dos personajes que giran alrededor de sus acciones y en el caso del último especialmente figurando de cierto modo místico.

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Sin duda un guion que delimita y desmenuza en capas tanto a su héroe como a la historia de manera cuasi perfecta,  con una dirección sino perfecta, si muy ágil y consciente de la historia que traduce. Quizá el pecado de un aún joven cineasta se dé cuando el metraje se sienta un poco sobrado y ciertos pasajes no cumplan con el cometido principal fungiendo como simples rellenos para a manera de capricho (Pareciera) querer completar 120 minutos de metraje

 

¡Qué bella química!

La interacción y comunión del trio ChandorIsaacChastain es sin duda el primordial valor del film. La pareja protagonista desborda brillantez y química en cada cuadro notándose la cierta superioridad histriónica de Jessica Chastain en cada momento en escena, pues aunque la pareja logra equilibrarse de manera magnifica, la bella pelirroja roba cuadro con esa presencia y naturalidad de su interpretación como una esposa que a la vez de apoyo incondicional funge como una amenaza a los sueños americanos del héroe.

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Por su parte el guatemalteco Oscar Isaac ya ha demostrado con creces estar para cosas grandes, logrando un personaje digno de analizarse tanto en libreto como en actuación logrando una compenetración y complejidad de un muy buen e intenso nivel acorde a las necesidades del relato. Así mismo podemos encontrar al siempre grato Albert Brooks como el abogado en cuestión y a Alessandro Nivola como un competidor – socio de poco de fiar que representa el antagonismo o la sombra suficiente para equilibrar el cuento de hadas

Quizá en cuestión de desventajas encontramos en David Oyelowo y en la tangente policíaca de la historia cierta debilidad desde la concepción de su guion, sintiéndose este apartado en veces ajeno a los verdaderos motivos o encauses de la trama.

 

¿Hay que verla?

Por supuesto. No es perfecta, sin embargo A Most Violent Year es una de las propuestas más interesantes y más ignoradas del pasado año y de los Oscar, repito, con un olor a mejores tiempos pero con un sabor único que desborda por momentos brillantez cinematográfica sobre todo en su rubro actoral gracias a las interpretaciones y químicas de Isaac y Chastain.

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Una cinta sabrosa, donde se puede relamer casi el tuétano, el hueso, el núcleo, el jugo del llamado “sueño americano” y en el cual no debemos aguantar finales de moraleja o bien desarrollos fortuitos con mucha suerte que encausen un héroe accidental. Su escena final lo explica todo, siendo por supuesto la esencia de su historia: el logro de algunos por el sacrificio de otros… así es la vida, así es Nueva York, así son los años más violentos

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


3 Comments

  • cada vez que leo una reseña de esta pelicula, sale una foto de jessica chastain y sus escotes, deberian darle algun premio solo por eso, sobre la pelicula en si, me llama mucho la atencion su trama, pero como no es posible verla en el cine porque no a aparecido ni por las comicas en chile, gracias a internet ya la bajé para verla en mi tv lo antes posible a ver que tal

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    • Mi estimado disculpe por la demora en contestar, este cazarrecompensas ha estado ocupado ultimamente

      Pronto salen los premios Cinescopia y creo que le agradaran mas los escotes de Chastain jajaja
      ¿Ya vio la película? Que le parecio?

      Saludos estimado

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