A Quiet Place 2: Seria una obra maestra, pero el guion se lo impide
Después de un año en que Paramount Pictures decidirá guardar quizás su propuesta más segura del verano en la congeladora derivado de la pandemia del COVID, A Quiet Place 2 llega las salas de cine con expectativas altas y dispuesto a ser el blockbuster del año. ¿Tiene los argumentos necesarios para este título? Analicemos.
Manufactura de lujo
Vamos a ser honestos, la primera parte no era una película que se destacara en el aspecto de escritura, John Krasinski pecaba de ser bastante pragmático en muchas ocasiones, el corazón de la cinta radicaba en su manufactura o en ejecución.
Con un primer plano secuencia increíble que da aun contexto a la primera parte, A Quiet Place repite la misma fórmula de su antecesora.
Al contar una historia donde los personajes estaban limitados a expresar sus emociones a través de señas debido a que el más mínimo ruido podría significar el desenlace de sus vidas, el director aprovechó la trama para hacer gala de todos los recursos técnicos disponibles, utilizando una fotografía envolvente, intrínseca con su protagonistas, con una paleta de colores oscura, angustiante, un sonido circundante que captaba hasta el más mínimo detalle, una edición veloz que puede caminar en dos sentidos (por momentos incluso apaga el sonido para adentrarnos muchas veces en la perspectiva de algún personaje) y aun así ser tan detallada como para enganchar al espectador. Elementos que en otras cintas estaban catalogados como aspectos meramente superficiales, en A Quiet Place no solamente estaban elaborados con una manufacturera de primera categoría, sino que se convertían en parte de la narrativa de la cinta, siendo aspectos que describían desde el estado emocional de los personajes, hasta convertirse en el hilo conductor de la trama , sustituyendo al dialogo y lo más importante, siendo la base para que el público terminara por engancharse a la historia (no es casualidad que en su momento en las salas de cine donde se exhibía el espectador tratara de evitar ruidos externos a la película con tal de poder envolverse dentro de la trama de la película).
Pero no solamente se trata de ser excelso en esos rubros sino también saber articularlos, cosa que en la cual muchos directores experimentados terminar por fallar y Krasinski en ese terreno juega bastante bien, no hay una sobresaturación o minimización del sonido o imagen, las dos caminan a la par generando una sinergia fuerte.
Y el resultado de este ensamble es una cinta que en ejecución es magnífica, lo que genera que el terror no tenga que estar basado en el factor shock o en elementos gore, sino que al tener al público completamente cautivo, y al tener elementos técnicos de lujo puedes crear una atmosfera envolvente que permita causar el impacto y despertar el factor miedo ya no apelando a los factores emocionales o vulgares como cualquier película del género corriente y barata(El Conjuro,cof, cof), sino a los sensoriales, no por nada el sonido detallado, la paleta de colores imperceptible, la fotografía minimalista, la edición vertiginosa es vital para generar ansiedad e incertidumbre al espectador.
De verdad que si hemos detallado tanto en la manufactura de A Quiet Place (tanto la primera parte, por la segunda) no es para menos, son pocas las películas que han maximizado el uso de sus recursos técnicos para enriquecer su narrativa y que en su ejecución prácticamente es impecable. Por supuesto esto es gran parte responsabilidad del excelente trabajo de un director que en ese terreno ya podemos meterlo a la conversación (sin exagerar) de los mejores en los últimos tiempos.
Actuaciones de lujo
Pero la ejecución no solamente depende del ensamble del director, sino también gran parte de su buenos o malos resultados recae en los actores, en este aspecto una vez más quien se lleva las palmas es Emily Blunt, realizando un perfomance excelente que hace que la experiencia inmersiva del público sea aún más empática, pero a diferencia de la primera parte ahora no solamente Blunt brilla sino que también Noah Jupe y Millicent Simmonds, al adquirir sus papeles un rol más protagónico elevan su rango actoral cargando varias veces con el peso de la trama. A pesar de su corta edad y quizás experiencia, los niños se convierten en parte fundamental del histrionismo de la cinta.
Y por supuesto la incorporación de uno de los mejores actores de la última década como Cillian Murphy en un rol que nivel físico lo hace irreconocible es un excelente complemento para un equipo que en cuestiones de actuación se eleva de manera enorme.
Un guion revienta tímpanos
Por desgracia el guion no es de lo mejor, Y aunque es bastante sencillo y tiene un par de elementos interesantes como la construcción del universo y uno que otro personaje bien desarrollado en personalidad, el problema de la segunda parte es que sigue cometiendo los errores de su antecesora y de manera mucho más obvia.
El primero es que parece que los personajes no aprenden de sus errores sufriendo un retroceso en su desarrollo, producto de la conveniencia de la historia para generar suspenso por situaciones que quizás utilizando un poco más el cerebro pudieron haber evitado, la cinta es predecible y por momentos se siente poco orgánica en el desarrollo de los sucesos. Y para acabarla de fregar el director ha comenzado a utilizar deus ex machines para resolver situaciones demasiado convenientes y quizás lo que más me enoja es que ha comenzado a utilizar los llamados “falsos sucesos” para crear tensión en la trampa solo para revelar que posteriormente no es así y que todo fue un engaño o trampa de la trama, ¿es necesario que con una ejecución magnifica necesites de este tropo?
Pero lo que más llegue a molestar a es que al igual que su antecesora se siente que Krasinski estira más la liga de lo que debe creando una sensación de lentitud y pesadez en la escritura generando la impresión de que no pasó nada y que la segunda parte aportó poco a la franquicia. La escritura se siente como de un capítulo de relleno de una serie buena e incluso se da el lujo de cerrar como la primera parte.
A destacar que el protagonismo de la cinta ya no recae tanto en Emily Blunt o en los adultos, sino en los niños, dándoles un desarrollo más amplio a sus personajes haciendo la transición de secundario a principal.
Veredicto
Guion: 1.8 Cae con respecto a la primera parte y se vuelve más pragmática y un poco más floja
Dirección: 3.5 La nota más alta que le he dado a una película en dirección
Actuaciones: 2.0 Sin reproches todo el cast hace un trabajo excelso
Extras: 0.5 Ningún elemento técnico falla.
Calificación: 7.8 BUENA PELÍCULA
A Quiet Place II es igual que la primera parte, sigue siendo ejecutado con mucha maestría, pero su escritura baja dos escalones, Krasinski no decide arriesgar y sigue jugándosela con la misma fórmula, la pregunta es ¿Cuánto tiempo este estilo va a ser redituable a nivel artístico? ¿El director arriesgará un poco más en la tercera parte o simplemente Paramount ante los resultados de taquilla explotará la franquicia con lo mismo hasta el punto en que artística y mediáticamente deje de ser redituable? Parece que en 2023 descubriremos la respuesta esa incógnita.
No sabemos si será el éxito del verano, pero a como está el nivel en California no dudamos en que pueda llegar a convertirse incluso en una contendiente al Oscar en varias categorías técnicas.
A Quiet Place sería una obra maestra, pero por desgracia su escritura genera que sea una buena película y ya.