A Quiet Place: Day One – La misma Stacy Malibu con otro sombrero

Ejecutivo de Paramount: Chicos, tengo una idea, ¿qué les parece si hacemos una precuela de “A Quiet Place”?

Director: Buena idea, podría estar enfocada en el periodo del inicio de la invasión y podríamos explicar un poco del origen de estos aliens, por qué llegaron a la Tierra y muchas preguntas que se han hecho los fanáticos.

Ejecutivo de Paramount: Me parece buena la idea, solo no te compliques tanto y repite la fórmula de las dos anteriores.

Director: ¿Pero no cree que las personas que han seguido la saga ya quieran algunas explicaciones?

Ejecutivo de Paramount: Naa, lo que quieren es impactarse con las escenas de persecución y con el mínimo ruido. Tú no le cambies nada, que lo que nos urge es facturar, y si nos ponemos muy complejos, en una de esas fracasamos en taquilla.

No tengo pruebas, pero tampoco dudas de que esto pasó. La primera vez no está mal, incluso se admira que, con las limitaciones impuestas, John Krasinski saca un producto de entretenimiento redondo. La segunda se puede tolerar y respetar por la excelencia técnica, pero ya empieza a cansar la repetición del mismo argumento. Pero lo mismo en una tercera ya termina fastidiando. Una vez que el perro repite el mismo truco ya comienza a aburrir.

A Quiet Place: Day One es una cinta que ya cayó en una zona de relajación y de poca exigencia artística, que no le importa la escritura mientras consiga ser efectista y rentable. Lo peor es que la película tiene algunas ideas interesantes, y aunque es ajena completamente a alguna explicación del origen de la invasión, desarrolla a medias una historia alrededor de una chica llamada Sam, una enferma de cáncer terminal a la que le toca la invasión al momento de realizar una excursión con el hospicio en el que está hospedada. Ella se encuentra con Eric, un estudiante británico de leyes con problemas de ansiedad.

La mayor problemática será la incapacidad en el desarrollo de una de las partes de este dúo, y la nula exploración del otro, intentando desde el principio manipular al espectador con una analogía sobre el duelo.

Por desgracia, el foco principal es tratar de generar shock mediante secuencias repetitivas, siendo la única diferencia el espacio (la ciudad). Este efectivísimo termina comiéndose a la narrativa, sobre todo porque su segundo protagonista aparecerá hasta la mitad del metraje, dejando que su personaje parezca más un “deus ex machina” que solucionará solamente el camino del héroe hasta un clímax lo bastante predecible para aniquilar lo que pudo haber sido un muy emotivo mensaje sobre el disfrute de la vida incluso frente a la muerte,

Aunque en el último acto la cinta intente redimirse soltando su mensaje sobre las situaciones adversas, la ayuda al prójimo, el compañerismo y que los momentos de felicidad y nostalgia pueden ser bienvenidos incluso en los tiempos más difíciles, la escritura de los mismos y la poca importancia al segundo protagonista (que parece más una mascota que una persona), hace que todo se diluya en otra jerga conformista de una saga que desde el principio tenía algo ingenioso, pero poco que mostrar.

A destacar que la parte técnica ha bajado dos rayas su nivel. El montaje en algunas secuencias (especialmente la escena de la alcantarilla) es sumamente atropellado y desordenado; visualmente se ve menos orgánica y por momentos se nota la falta de naturalidad y el exceso de CGI.

Calificación:

– Guion: 1.9

– Dirección: 2.3

– Actuaciones: 1.6

– Extras: 0.5

– Calificación total: 6.6

Una precuela que, en aras de seguir repitiéndose, desperdicia su potencial no solamente omitiendo información nueva, sino ahogando su narrativa. Ni Lupita con su estupenda actuación, ni Frodo (el gato) pueden salvar a una franquicia que artísticamente está en zona de confort.

Y es que, sin un contenido narrativo decente o contexto del universo creado, no importa qué tan padre se sienta la recreación de la atmósfera, el factor repetición sin innovación terminará por causar apatía. Quizás habrá gente que la adrenalina o dopamina que le generan los trucos de sonido de “A Quiet Place” los satisfaga para seguir pagando por lo mismo, pero hay personas que no solamente se conforman con el helado de vainilla, sino que quieren probar otros sabores (o que al menos le pongan algo diferente al helado de vainilla).

Ese es el problema de por qué las grandes producciones dejan de lado las ideas originales o arriesgadas y prefieren fórmulas ya probadas explotándolas hasta el cansancio. Dentro del público está el poder de exigir, a través de su dinero y la taquilla, si nos dan algo nuevo o seguimos comprando la misma Stacy Malibu argumentando que el sombrero es nuevo.

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Acerca del autor

El Cine Actuario   @maxpower_ar?s=09   facebook.com/dvclocblog

Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


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