A Quiet Place: Un thriller para ver sin palomitas
Esta semana estrena la primer propuesta interesante de suspenso del año, A Quiet Place, dirigida por John Krasinski, quien también actúa como uno de los principales personajes de la cinta al lado de su esposa Emily Blunt; cinta que promete ser muy inquietante con una premisa donde el silencio es uno de sus protagonistas.
La sinopsis es bastante sencilla: En Un Lugar en Silencio (su traducción para Latinoamérica), los cuatro miembros de una familia deben vivir sus vidas en silencio debido a las misteriosas criaturas que cazan por el sonido y que amenazan su supervivencia. Si te escuchan, te cazan.
Catalogada erróneamente dentro del género de terror, el filme sería mejor descrito como un thriller en donde los sobresaltos son ingredientes naturales de su ejecución, pues a cada momento estamos sometidos a una tensión silenciosa que nos obliga a mantenernos expectantes durante su ligera duración de apenas 95 minutos.
Aquí es donde hago un ligero paréntesis para recomendar a todos aquellos que no la hayan visto, evitar las palomitas, nachos y demás comidas ruidosas para un mejor disfrute de la historia; esto es, debido al importante papel que significa el silencio para la cinta, reproduciendo cerca de un 80% sin música y poco sonido por lo que hasta el más mínimo crujido podría ser escuchado en cualquier rincón de su sala preferida (resultando algo incómodo y disruptivo).
Ágil en su desarrollo, la película se consolida como un entretenimiento un tanto escalofriante en donde la unión familiar también juega otro papel muy importante. La manera en que el sonido es ensamblado es muy cautivante, tanto en momentos que exigen silencios como en otros en donde la melodía en indispensable para que la secuencia funcione de forma precisa.
Personalmente no soy de las personas que se sobresaltan de manera fácil, pero sí puedo confirmar y también disfrutar esa intriga a la que nos expone esta inusual historia.
La traba se encuentra un poco en la explicaciones, no tanto en la obviedad de las futuras conclusiones, pues los huecos argumentales dejan espacio a dudas, desde inocentes hasta curiosas, que el director no se molesta en mencionar, desviando la atención hacia otros elementos para asombrar y conmover a la audiencia.
Definitivamente recomiendo A Quiet Place, con algunos brinquitos del asiento asegurados, el espectador disfrutará de cada uno de estos pequeños sustos para saciar ese vacío terrorífico que nos deja la cartelera actual pero con la que efectivamente complace esta cinta.
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