After The Hunt: Otro enredo pretencioso de Luca Guadagnino

A lo largo de su carrera, a Luca Guadagnino le han obsesionado tanto los cuerpos como las almas de sus personajes, enfocándose, a veces demasiado en sus detalles, pero ahora con After the Hunt viene a analizar otro aspecto humano: su prestigio y juicios morales. En este drama universitario, vemos como un campus se puede convertir en una auténtica jungla ética donde no sabes si te atacarán acusaciones, prejuicios, posverdades o silencios cargados de malas intenciones.

Alma (Julia Roberts, que deja de lado su sonrisa icónica) es una académica de Yale, profesora de filosofía ya veterana que va analizando como las “guerras santas” contemporáneas no solo se liberan en las redes sociales si no también en esas oficinas universitarias donde las reputaciones están en juego y pueden desmoronarse en segundos. Su colega y amigo, Hank Gibson (Andrew Garfield) es acusado de agresión sexual por una de sus estudiantes preferidas, Maggie (Ayo Edebiri), lo que desata una de las actividades modernas favoritas, una cacería de brujas que es justo lo que da el título a la película.

After the Hunt  tiene buenas ideas sobre cómo se van deformando las relaciones de los personajes involucrados, pero termina enredándose demasiado en los debates y en forzarnos a no tomar partido por ninguno de los protagonistas. No le importan los personajes ni el desarrollo de una historia en realidad, lo único que le interesa es demostrarnos que personaje desarrolla mejor sus mentiras. Eso sí, la estética y los detalles de la ambientación son impecables como en todas sus películas; siempre logra hacer parecer cualquier atmósfera, elegante y un tanto snob. Como dato nada más, me pareció curioso el guiño ¿casual? a Woody Allen al inicio de la película. Pero entre esta estética y sus diálogos se percibe ensimismado en su propia obra, ya no se preocupa por contarnos nada, solo en cómo nos va a presentar lo que cree que nos está contando.

En cuanto a las actuaciones, la de Julia Roberts es quizá lo más rescatable de After the Hunt, y de las mejores de su carrera. Prácticamente todo el peso de la tensión recae en ella, logrando adentrarnos en su propia batalla emocional entre la empatía, la culpa y el ego; y todo solo casi con puros gestos y lenguaje corporal. Su semblante siempre es frío y no hay nadie que pueda romper las mismas barreras impenetrables que ella se construye alrededor. Eso mismo la convierte en una profesora interesante, quizá todos quisiéramos tener a un maestro así, pero al mismo tiempo su soberbia hace que la detestes en la siguiente escena. En cuanto a Andrew Garfield, mucho más contenido que en la mayoría de sus papeles logra sostener la incertidumbre entre el encanto y la sospecha. La atracción entre estos dos personajes juega en mostrarnos como también las pasiones, puede entorpecer un juicio moral, aunque no lo hace de manera sutil. Y por último, Ayo Edebiri, como la estudiante presuntamente agredida, cumple medianamente y sin brillar, en parte más por culpa del guion que la utiliza más como un medio y no como un personaje.

No pude evitar compararla con Anatomía de una caída, tal vez por ser tan reciente, y porque también nos deja a nuestra propia interpretación cualquier conclusión, pero la sutileza de Justine Triet es superior al revoltoso recorrido de Guadagnino. El desarrollo de After the Hunt se sostiene frágilmente sembrándonos dudas constantemente, lo que hace que vayamos perdiendo el interés.

After the Hunt no es una mala película, pero sí muy desequilibrada, más interesada en provocar discusión que en construir una historia sólida. Nos propone una cacería donde no hay víctima ni victimarios definidos queriéndonos aleccionar en que la verdad nunca es absoluta, es más como una neblina que cambia la visión dependiendo desde donde veamos cada uno.

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Acerca del autor

Clementine   @@lupistruphis  

Escéptica ante todo, pero con una gran curiosidad. Amante del café y del aroma a libros viejos. Nostálgica e idealista sin remedio. Alguna vez de niña me llevaron al cine, y siempre vuelvo a él porque siempre me salva.


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