AKA, el otro talentoso Sr. Ripley
Todos hemos deseado en algún momento de nuestra vida ser otra persona, pocos son quienes obligados por las circunstancias o por el simple deseo de ver realizados sus sueños se atreven a vivir más de una vida. El actor Matthew Leitch personifica la versión dramatizada de una historia real basada en las experiencias del director, escritor y productor Duncan Roy, quien en 1979 después de ser abusado por su padrastro y echado de su hogar, sin empleo y con tan solo unas cuantas libras, regalo de despedida de su madre, se lanza a la búsqueda de una vida mejor que la que conoció al lado de su familia.
Esta versión en formato videohome se centra en las aventuras de Dean Page, quién después de trabajar en una galería de arte propiedad de un miembro de la familia real británica, ve en esta relación una oportunidad para abrirse camino hacia una vida de lujo y disipación auspiciado por otros miembros de la corona a quienes seduce para satisfacer todo capricho.
Inverosímil en nuestra época, AKA se trata de una historia posible en un tiempo en que las noticias tardaban meses en saberse (cuando se sabían) en el intricado mundo de la alta sociedad británica. Toda la suerte que se le niega a Dean en su hogar parece volcársele de golpe al lograr esquivar hábilmente y durante mucho tiempo a la policía que constantemente le pisa los talones por cometer fraude con tarjetas bancarias y mientras vive un escandaloso romance con un importante personaje de la familia real.
Una película nada pretenciosa que logra su objetivo: entretener. Sin actuaciones sobresalientes, pero que cumplen, y una edición que en ocasiones raya en lo amateur es una opción aceptable para pasar estos días de vacación con una producción ligera, pequeña muestra de lo que dadas las circunstancias y con un poco de suerte todos podemos hacer realidad nuestros sueños y vivir la vida que siempre quisimos.