Alex Otaola: El hombre de la cámara y el de la guitarra
Crónica atrasada desde la FICG 2011
En la pasada Feria Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), el cine en su expresión embrionaria, es decir sin sonido, nos mostro como puede ser acompañado de un género musical vivo: el Rock. Alex Otaola nos sorprendía con su capacidad para guiar una orquesta rock. A manera del gran Frank Zappa, sus ademanes corporales imitaban relojes musicales que invitaban a que los miembros de la banda iniciasen a tocar sus instrumentos en concordancia con lo que se iba mostrando en las imágenes. El hombre de la cámara (1929) nos enseña una ciudad viva, que se va transformando conforme las horas del día transcurren, este film ruso es el primer documental experimental que se tenga en la memoria.
Al inicio de la presentación, vemos a un Otaola sin su compañera la guitarra, pero si moviéndose al compas de la música que guía el film. Otaola quien siempre ha sido un gran guitarrista respetado por el público que lo ha seguido a través de su incursión en los grupos de culto en lo que ha tocado (La Barranca, San Pascualito Rey, Santa Sabina) se sumerge en este proyecto en donde mas allá de ser un líder que tiene la batuta para hacer sonar algo que no tenia música, impregna su estilo un tanto caótico mas allá de ser un espectacular ejecutante de guitarra, en esta aventura tiene que ser un hombre orquesta que dirige (y se ve cómodo) a varios músicos de su nivel para la musicalización de una película llena de imágenes con sonidos en off.
Tal vez, los momentos clímax de este performance cinematográfico musical, fueron aquellos en donde Alex agarraba su guitarra y daba ese toque de virtuosismo, que ya en los grupos mencionados, mostraba el porqué, es uno de los mejores guitarristas de la escena mexicana musical.
Los músicos que lo acompañaban no se quedaban atrás, dando una firmeza a la presentación y dotando al espectáculo un profesionalismo y seriedad que cada vez es mas difícil ver en la escena roquera: José María Arreola (LABA) en la batería, Carlos Maldonado (Los Dorados) en el contrabajo, Daniel Zlotnik (Los Dorados) en la flauta y sax, Adrián Terrazas (Mars Volta) también en el sax, María Emilia Martínez (Monocordio, Sr. Mandril y otros) en la flauta transversa y Luca Ortega (San Pascualito Rey).
Sabemos que este tipo de performance no es nuevo, anteriormente Alonso Arreola había musicalizado el clásico de Chaplin The Kid (1921); La Barranca hizo lo suyo con El fantasma de la opera (1916); y en un proyecto de “mayor importancia”, el grupo Nine Rain había revitalizado un clásico del cine al musicalizar Que Viva México (1932) del gran Serguéi Eisenstein.
Ya por último, les dejo esta pequeña muestra de lo narrado, y si usted no conoce a Alex Otaola y le gusta la música, dese una vuelta por cualquier de los grupos arriba mencionado y se dará cuenta que la guitarra también habla por sí sola, con ayuda de las manos del estimado Alex.
Si sigues los links en youtube podrás ver la presentación completa
P.D.
Si les gusta el rock y el cine y están en Guadalajara, está aquí la opción para los que les gusta la combinación