All We Imagine as Light: La Luz lejos de las Ciudades

La luz brinda claridad, seguridad. La luz natural brinda calor, energía, vitaminas. La rutina citadina, el mantenernos absortos en aquello que nos permite subsistir, nos aleja de alguna manera de esa luz, envolviéndonos en un entorno en el que buscamos pasar el día a día atados a convencionalismos y conveniencias, a reglas sociales y al vaivén del día a día. ¿Será que seguimos anhelando esa luz? ¿O de a poco nos hemos olvidado de ella?

Sin decirlo de manera explícita, la directora Payal Kapadia en All We Imagine as Light apela a encontrar esas luces mientras nos presenta la historia de tres mujeres, en etapas distintas de su vida, que tienen en común trabajar en el mismo hospital, ser gente de las provincias que se han mudado a la gran Ciudad de Mumbai en busca de oportunidades laborales y de una mejor vida y, sobre todo, que las tres buscan una conexión emocional, mientras viven ausencias y luchan contra lo abrumador de una mega urbe.

Tres vidas e historias que en apariencia son ordinarias, pero que esconden en esa aparente sencillez un trasfondo profundo de emociones, de luchas contra los dictámenes sociales y de anhelos. Anhelos de conexión humana, de estabilidad emocional y de paz mental. En All We Imagine as Light primero, tenemos a Anu, una joven recepcionista quien mantiene una relación a escondidas con un joven musulmán, a quien poco puede ver y quien se siente juzgada por su entorno, mientras es instigada por sus padres para elegir pareja entre los aspirantes hindúes quienes mandas sus fotos para lograr un matrimonio arreglado.

Ella comparte apartamento con Prabha, una jefa de enfermeras quien sigue al pie de la letra las reglas laborales y sociales, quien rechaza a un doctor que la corteja porque no es libre de poder tomar la decisión de estar con él. Su realidad se ve alterada con la llegada de una arrocera enviada por paquetería, que trastoca su aparentemente perfecta rutina diaria.

Por último, tenemos a Parvaty, una cocinera del hospital quien ha vivido una vida tranquila, pero que recientemente ha enviudado y quien se enfrenta ahora a ser desalojada de su hogar, debido a que no cuenta con los documentos necesarios para ampararse contra la construcción de un nuevo edificio. La decisión de Parvaty de regresar a su pueblo de origen, será el catalizador de las tres historias en All We Imagine as Light.

Apoyada en una banda sonora sutil y siempre tan elegante como pertinente, y en una fotografía que evoca nostalgia, con una paleta de azules que es perfecta para transmitir los sentimientos a los que apela, para dar paso a una gradual transición a colores más cálidos (rojos y verdes), All We Imagine as Light alcanza niveles poéticos, sin ser en ningún momento su pretensión.

Lo que logra su directora no es tarea sencilla, ya que se hace una crítica a la realidad socioeconómica de las clases trabajadoras en la India (con reflejos en cualquier otro país), mientras logra entrar en la intimidad y el pensamiento de estas tres mujeres. Cada uno de sus personajes tienen una profundidad interesante, tienen sus matices y sus problemáticas individuales, reflejando en ellos el macrocosmos de una sociedad donde el arraigo cultural se impone y prevalece. El tercer acto de All We Imagine as Light explota en emociones, pero lo logra sin caer jamás en el melodrama fácil ni en simplificar las problemáticas planteadas, evita caer en maniqueísmos o en lo panfletario que podría resultar la unión entre estas mujeres. Lo que es más, se aleja del pecado de muchas películas de la India, que suelen poner foco en lo “curioso” o “gracioso” que puede resultar su cultura para el ojo occidental.

Estrenada en el Festival de Cannes, en donde recibió el Gran Premio del Jurado, All We Imagine as Light fue exhibida en el Festival Internacional de Cine de Morelia y recientemente forma parte de la 76 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional. Una verdadera joya que no debe pasar desapercibida.

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Acerca del autor

Jose Roberto Ortega    

El cine es mi adicción y las películas clásicas mi droga dura. Firme creyente de que (citando a Nadine Labaki) el cine no sólo debe hacer a la gente soñar, sino cambiar las cosas y hacer a la gente pensar mientras sueña.


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