Altered Carbon T2: Distopía Insípida
Fiel a su costumbre, Netflix sigue exhibiendo notables altibajos, y en cuanto a lo que se refiere a su serie original Altered Carbon, esto no es la excepción. Basada en la novela homónima de Richard K. Morgan, y luego de una primera temporada alucinante y llena de complejos misterios, los responsables deciden diluir la trama en endulcorante artificial para dar como resultado una continuación decepcionantemente simple y que esta pensada, por lo visto, para una audiencia mas ociosa y políticamente correcta.
¿De que va?
Treinta años después del caso Brancroft, nada ha cambiado: los ricos, apodados “Mats”, siguen siendo inmortales al transferir su conciencia en las llamadas “pilas” a cuerpos renovados; y los pobres, pues son pobres. Takeshi Kovacs (ahora Anthony Mackie), quien luego de abandonar el cuerpo de Elias Ryker ha sido un fugitivo habitando varios cuerpos, es contactado por un Mat quien le ofrece información sobre su amada Quell Falconer (Renee Elise Goldsberry) a cambio de su protección, pues varios importantes Mats han sido asesinados sin motivo aparente.
Complementan el reparto Simone Missick, Lela Loren y Torben Liebretch.
Distopia Light
En la primera temporada nos sumergimos en un mundo de desolación, desesperanza y violencia, una trama complicada que retaba la atención y el intelecto. No así en este arco argumental, donde el conflicto resulta predecible y poco elaborado. La descarnada violencia ahora se muestra contenida; los crudos desnudos ahora son disimulados y pudorosos; las escenas de sexo, que inicialmente calificaban como “soft porn”, parecen salidas de una comedia romántica. Y olvídense de nuestra guapa paisana Martha Higareda…
De aquel oscuro retrato de la infeliz vida en esa distopia futurista y de las implicaciones éticas y teológicas ligadas a la vida potencialmente ilimitada solo quedan algunas salpicaduras y se han reemplazado por tibios discursos sobre la libertad, el amor, la equidad, la ecología…zzzz…zzzz…
Acaso lo único rescatable es que las escenas de combate y artes marciales han mejorado, lo cual podría satisfacer a los entusiastas del tema, pero poco aporta al contexto general.
Justicia Social Del Futuro
Como se ha dicho ya, la violencia y el contenido sexual han sido disminuidos notablemente para beneplácito de la nueva “onda pacifista” y en contra de la “hipersexualidad” en los medios. Por otra parte, tenemos un casting de variopintos orígenes étnicos e identidades sexuales por aquello de la “inclusión” y “diversidad” y en el que sospechosamente los pocos hombres blancos que aparecen son villanos o simplemente no son humanos.
Esta nada disimulada visión de un futuro en el que los hombres blancos heterosexuales parecen ser una raza en extinción en nada enriquece el relato y en cambio luce forzada y auto paródica, pues se ve que trataron de llenar la poca creatividad argumental con “fan service” para los activistas de Twitter con cabello violeta.
Pero ¿entretiene?
Se deja ver fluidamente, sin ofrecer demasiados sobresaltos. Entretenimiento dominguero o para salas de espera en el aeropuerto.
¿Hay que verla?
Lo mas recomendable para los fans del concepto es leer una reseña de esta segunda temporada en preparación para una posible tercera, pues se decepcionarán severamente ante esta versión para adolescentes de secundaria.
Conclusion.
Mejor suerte para la próxima, Netflix. Aquí alteraste demasiado el carbón y no encendió…