American Fiction: Usted podría ser racista y no saberlo
Sea sincero. Cuando alguien dice la frase persona afroamericana ¿Qué se le viene a la mente? Y si, probablemente, aunque usted no haya querido, se le vino una de las tantas preconcepciones que se tienen, pero no se preocupe, pues es parte de una normalización sociocultural que lo único que ha hecho es ocultar con sutileza estos prejuicios, y lo más peligroso, darlos por hecho
De este tema habla “American Fiction”, que a simple vista parece otra “carnada de Oscar” que, apelando al tema de la diversidad e inclusión, se presenta como el invitado incómodo a esta gala que, con unas cuantas copas encima, ha decidió abrir la boca para burlarse de un establishment social probando irónicamente con su invitación el punto de su crítica y trama.
American Fiction nos cuenta la historia de un escritor afroamericano llamado Thelonius “Monk” Ellison articulado e inteligente pero cuyas obras no se venden bien ya que los editores no las consideran lo suficientemente “negras”. Impulsado por una situación familiar complicada, a “Monk” no le queda de otra que empezar a escribir una obra con todos los clichés sociales hacia la comunidad afroamericana: pandillas, familias disfuncionales, drogas.
Aunque es una historia simple, su practicidad permite añadir ciertos niveles a este edificio narrativo; la base es un arco dramático que sirve como justificación sólida para las acciones de Monk, y que antes de dar un moraleja, se preocupa por construir a sus personajes y a sus relaciones, al punto de que, aunque hay algunos que aparezcan poco tiempo, se otorga la suficiente información para que el espectador pueda generar empatía o comprensión (como el hermano de Monk), y que algunos no solamente sirven para propósito de la trama, sino para el criticismo de la cinta, con un diálogo tan ágil, puntual y con tintes de comedia negra.
Dentro de estos discursos, lanzados a veces de manera directa y otras sutil, uno de los principales temas es la dialéctica entre lo comercial y lo artístico, que se convierte en el problema del protagonista, partiendo del hecho de que muchas veces en el terreno comercial, editores, productores y el mismo público buscan complacencias basadas en ciertos clichés. La relación entre cultura y sociedad es estrecha, alimentándose mutuamente, siendo un reflejo profundo del pensamiento colectivo. Bajo estos preceptos, “American Fiction” demuestra que la intención de ser inclusivos con cierto grupo social (incluso si la intención es buena), puede hacer que a través de la cultura se normalice el racismo, la misoginia, la xenofobia. Esto se debe a que, muchas veces, cuando una de estas minorías comparte su perspectiva, se busca que cumpla con los moldes sociales ya preconcebidos minimizando al autor a sus características de raza, origen y color, y no por lo que tiene que decir o expresar (incluso a veces no hace falta ser inclusivos para caer en estas preconcepciones).
Pero no solo es una crítica dura hacia el pensamiento colectivo. En la búsqueda de sentirse menos culpables de la “normalización” del “racismo” y otras ideologías nocivas, se impulsa aquel contenido cuyo discurso sea transgresor o cuyo autor pertenezca a una minoría, sin importar si la elaboración de este es articulada (siempre y cuando esté cumpla con los clichés que se tiene alrededor de esta minoría). Esto es una crítica aguda a los grupos que premian lo mejor del arte (literarios, cinematográficos) que, aunque busquen alejarse de esa “normalización” nociva, terminan cayendo en los mismos vicios.
El mayor de problema de este círculo vicioso es que en lugar de minimizar o desestimar estas preconcepciones, terminan por asentarlas aún mas, y aunque se abran espacios públicos y de alta jerarquía a las minorías, estás no podrán acceder al menos que cumplan con la “lista de requisitos sociales. En resumen, ni cambias la percepción pública y tampoco eres incluyente.
Pero American Fiction no solo se queda en el terreno de la burla o denuncia social, sino que a través de Monk (un tipo algo frío y ácido, pero que detrás de este comportamiento tan ríspido esconde algo más) completa su discurso a nivel interpersonal estableciendo la aceptación del individuo y de su entorno como una manera de superar y traspasar está serie de prejuicios, aprendiendo a reírse de uno mismo para poder reírse de los demás.
Complementan la fotografía y narrativa visual que acentúa los mensajes, una banda sonora interesante y unas actuaciones que son elevadas por una correcta escritura y una buena ejecución, destacando Jeffrey Wright y Sterling K. Brown.
Calificaciones
Dirección: 3.0 – Un modesto pero excelente trabajo
Guion: 3.4 – Un guion bien construido que mezcla bien el drama con la comedia y su crítica y cuestionamiento social
Actuaciones: 1.9 – Impecable cada una de las actuaciones
Extras: 0.5 – Buen soundtrack
Calificación: 8.8
American Fiction no solo es un señalamiento hacia una especie de discriminación sutil, es una sátira divertida que cubre el terreno de lo individual y colectivo confrontando al espectador con un discurso más punzantes que incómodo.
Ejemplos para demostrar los puntos de American Fiction en realidad hay muchos, pero quizás los más inmediatos y para efectos más irónicos, son aquellas polémicas y discursivas que hay alrededor de los Oscars de este año (porque si nos vamos a otras ediciones no acabamos); desde la gente perdiendo la cabeza porque Greta no fue nominada en mejor dirección e ignorando a Justin Triet simplemente porque su película era menos popular y no gritaba a los cuatro vientos: “Eyyy soy feminista” (Igual que lo que le pasa a Monk cuando sus obras son relegadas por no ser tan “negro”), hasta a una Lily Gladstone que se le está vendiendo como la primera mujer nativa Americana en ser nominada, relegando su magnífica actuación en KOFM (Igual que lo que le pasa a Monk cuando escribí su obra más “negra” que es limitada a las características de su “personaje”), pasando por todas las narrativas alrededor de Oppenheimer y Poor Things con un estiló más digerible para poder ser nominados (como lo hace Monk para poder ser reconocido).
En el caso hipotético de una victoria en el Oscar, demostraría el punto de la película, siendo jodidamente irónico, lo que convertiría a la película en una especie de metaficción ¿American Reality o American Fiction?