Baby Driver: Música y acción haciendo perfecta sincronía
Tras su tardío estreno en México, hoy por fin llega a las salas de México la cinta que las buenas críticas vienen nombrando como una de las películas imperdibles del verano, Baby Driver, dirigida por el inglés Edgar Wright (Scott Pilgrim vs. The World) cuya calidad es incluso garantizada por algunos de los colegas directores más prolíficos de la actualidad. Pero, ¿es realmente Baby Driver todas esas cosas que se leen por la red? En mi experiencia, permítanme describir esta película como todo lo que pretende y debería ser un blockbuster: audaz, ingeniosa y divertida.
¿De qué va la historia? La trama se centra en Baby (Ansel Elgort), un hábil conductor que junto con su música es un as especializado en fugas criminales. Su trabajo fue solo un azar del destino pero al conocer a la chica de sus sueños (Lily James), deberá colaborar en una última misión para poder seguir una vida de amor y libertad.
La principal cualidad de la cinta es la música. Todo gira alrededor de ella, desde el trasfondo del mismo protagonista hasta el ritmo en que cada escena es dirigida y montada, fungiendo así como un vehículo efectivo para crear empatía con el espectador y que las emociones logren transmitirse tanto visual como auditivamente. Baby Driver tiene la destreza de crear una sincronía perfecta entre acción y música, una manera de recordar cómo el cine es un arte completo (e incluyente en el mejor de los sentidos) aprovechando esta capacidad para subir la adrenalina y crear una especie de musical astuto que no se siente empalagoso ni sobrado. Eso también gracias a una soberbia mezcla de sonido y a un exquisito soundtrack engalanado por bandas como Queen, The Commondores, Focus y The Jon Spencer Blues Explosion y artistas como Googie Rene y Barry White.
Probablemente su mayor defecto sea la simpleza de su relato y lo poco profundo que este puede parecer, pues no hay tiempo de mostrar las razones de cada personaje excepto por las del elemento principal, por lo que todo lo que conocemos es a una banda de criminales que han decidido seguir este camino por razones inciertas. Sin embargo, este grupo de individuos son muy peculiares y encantadores a la vez, pasando a ser fácilmente digeribles por el público y creando un lazo de simpatía que hacen la cinta cautivadora y por demás entretenida. La diversión es un tema asegurado pues incluso su comedia se siente inteligente e hilarante, siendo esta justa y necesaria en cada momento en que es incorporada a la trama.
Por la parte actoral, se puede decir que Ansel Elgort hace un buen papel como el poco expresivo Baby, Kevin Spacey hace lo propio como la mente detrás de los atracos y el resto del elenco (Jon Hamm, Eiza Gonzalez) cumple con su parte de criminales desorientados y “experimentados”, pero sin duda es Jamie Foxx el más carismático y entrañable de todos (Tequila!).
Baby: El Aprendiz del Crimen es totalmente una excelente opción para disfrutar en pantalla grande. Una película que te deleitará con una buena dosis de autos, disparos, romance y comedia; pero que de seguro no dejará indiferente a quien logre sincronizarse al ritmo de la buena música.
Adivinen quién escuchaba el soundtrack mientras escribía esto…