Barbie: Greta Gerwig es lo que quiere ser
Haciendo una analogía con la moda, la elección del tono de una película es similar a la elección de prendas y colores que una persona toma al momento de vestirse; una pésima combinación podría significar un desastre, mientras que una alternativa acertada podría ser sinónimo de creatividad conceptual y belleza estética.
En un paralelismo con lo que hizo Taika Waititi en Thor: Ragnarok, Gerwig entiende que la sola idea de hacer una película sobre una muñeca cuyo principal target son las niñas, es absurda. Si bien puede generar un tema de conversación en torno a los roles de género en nuestra sociedad, profundizar demasiado en un subtexto (válido) netamente concebido como caricaturesco puede ser, como dicen coloquialmente, “buscarle tres pies al gato” y puede terminar por ser un absoluto desastre al intentar hacer algo serio que ni siquiera fue concebido para serlo. (Curiosamente la cinta tiene una burla al fandom y al estilismo “oscuro” de cierto director que quiso hacer complicado un concepto como el de los superhéroes y le salió mal)
Por lo tanto, la guionista de “Lady Bird” ha elegido el “outfit” correcto para su Barbie, un conjunto de piezas llenas de humor absurdo combinados con unos zapatos rosas feministas, sin olvidar los detalles existencialistas.
La comedia ligera, diferencia entre discurso y panfleto
Si bien desde lejos se nota que la cinta sobre Barbie es un producto mercadológico aprobado por Mattel y Warner Bros, con el objetivo de que la gente compre todo lo relacionado con la muñeca, el aspecto sorprendente es que, a pesar de las limitaciones comerciales, hayan dejado carta abierta en algunos aspectos a su directora.
Aprovechando estas herramientas y el tono simplón de la cinta, Gerwig crea una sátira con mensaje feminista donde se pitorrea en varios temas; desde los roles de género impuestos por la sociedad, hasta las actitudes clichés tanto de hombres como de mujeres, y por supuesto, del patriarcado.
Pero no solo Barbie entra en una crítica social desde una perspectiva feminista, sino en una especie de autocrítica consciente de los defectos y virtudes de su marca; muestra los efectos positivos de la muñeca al representar una idea donde las mujeres ven a Barbie como un modelo de inspiración para alcanzar sus sueños (no por nada el lema es “Sé lo que tú quieras ser”). Tampoco teme mostrar las críticas más radicales (y en algunos puntos acertadas) acerca de los estereotipos falsos que genera la muñeca en las mujeres. No teme mostrar (y burlarse) del lado más oscuro de sus creadores (desde los problemas con hacienda de su creadora, hasta el lado oscuro de sus ejecutivos). Incluso no tiene reparo en exhibir a los ejecutivos de Mattel como un grupo de idiotas y burlarse de su estructura burocrática, hipócrita y misógina. Desde el principio, esto es sorprendente, pues generalmente este tipo de cintas sobre un producto funcionan más como “rebranding” de la marca y no como un examen de autoconciencia.
Volviendo al mensaje feminista, no faltarán los grupos que se sientan aludidos porque no comulgan con los ideales y porque consideran insultante esta caricaturización y ridiculización hacia el género masculino. Compraría esta queja de no ser porque la película está en tono de SÁTIRA, y porque el guion tiene la capacidad de incluso burlarse de sí mismo, por lo que, con estos preceptos, la caricaturización no es más que una estrategia ingeniosa para comunicar los mensajes y como apoyo de distinción entre un discurso y un panfleto. Además, el humor funciona como un salvavidas para evitar que las premisas choquen con el estilismo. Por cierto, la sátira, de manera técnica, es un escape para que los grupos oprimidos puedan burlarse de los grupos favorecidos o para burlarse de un extremo ideológico sin temor a sufrir represalias sistemáticas, pues para los receptores, “no se debe tomar tan en serio la burla”.
Un toque existencialista
El otro distintivo que coloca Greta es la conducción de los sucesos de la trama hacia temas existencialistas y de la construcción de una metaficción. Si bien esto se expone de manera simple y tampoco se profundiza demasiado para evitar desentonar con la comedia simplona, resulta siempre efectiva.
El mundo de Barbieland podría considerarse distópico, gobernado por mujeres, todas ellas Barbies (de diferentes líneas), donde los Kens no tienen voz y las fiestas son constantes. No es hasta que Barbie comienza a cuestionarse su propia existencia que despierta de esta especie de Matrix rosada y su mundo comienza a ser cada vez menos perfecto. Por lo cual, viajará al mundo real para descubrir las causas que están trastocando su realidad.
Esta metaficción, donde la creación tendrá que encontrarse con su dueño (al más puro estilo de “Más extraño que la ficción”), expone un mensaje (simple pero ingenioso) de cómo la conciencia dictará nuestras dudas y personalidad (Descartes para dummies). Incluso hay un discurso (feminista) que se convierte en un acertado comentario donde se explica que las mujeres, al percatarse de su rol en el patriarcado, es cuando pueden rebelarse contra el sistema.
Haciendo paralelo al estilo de su humor, la autoconsciencia de su comedia se traslada a la narrativa. Hay un discurso también sobre la forma en que los humanos concebimos las ideas y las moldeamos a nuestra realidad, y un par de conceptos en los cuales no profundiza, pero se sienten frescos para la trama.
Feminismo existencialista
Después de un acto cargado de absurdez, en su final Barbie une sus piezas para plasmar un mensaje acertado acerca de los peligros de la segregación de un colectivo, dando un discurso empático acerca de la equidad que empieza reconociendo la autenticidad como individuos, conectando la parte existencialista con ese discurso feminista. En tiempos donde la polarización y el extremismo se han vuelto la moneda de cambio, los puntos finales de la cinta están lejos de ser la parte radical del feminismo que muchos cantan, al contrario, a cada género le da su lugar.
Deus ex Barbie
Si bien Barbie encuentra un equilibrio en varios de sus aspectos, no se salva de tener errores en su escritura. El más obvio es el arco del personaje interpretado por América Ferrara y su hija, el cual tiene dos defectos. Al ser ellos la parte tangible de la película, sus personajes se encuentran a medio desarrollo, por lo que es difícil empatizar con las cuestiones humanas y emocionales de estos individuos. El otro defecto ocurre en el tercer acto, que es precedido por el cambio repentino de los objetivos y emociones de uno de los personajes, un “deus ex Barbie”.
Rodrigo Prieto
En la parte técnica hay dos elementos destacables: el diseño de producción, que irónicamente a pesar de describir un mundo mágico artificial, apuesta por utilizar elementos naturales en lugar de CGI; el otro es la fotografía, con un trabajo de Rodrigo Prieto que raya en la maestría al balancear los tonos pastel con la iluminación. Gracias a este trabajo visual, la caricaturización que busca la cinta se logra sin caer en lo “cringe”.
El ensamblaje de todos estos elementos, desde la cámara, edición y actores, se siente correctamente articulado, y considerando el tamaño de la producción, podemos decir que Gerwig se ha consolidado en esta cinta. Si uno revisa su filmografía de manera cronológica, encontrará una evolución en su trabajo en este terreno. Greta ya no es una promesa, es una realidad.
Gosling el MVP
Si bien el elenco está excelente, y Margot Robbie luce radiante, el que se roba completamente la película es Ryan Gosling en su papel de Ken, que combina su carisma con sus dotes para la comedia, aprovechando que es un elemento caótico en la trama. El número de la canción de Ken es sumamente cómico y demuestra lo increíble de la participación de Gosling. ¿Nominación al Oscar? Quizás.
Calificación
Guion: 2.7 – El arco de Ferrara resta puntos, pero su manera de combinar el humor absurdo con toques ligeros de feminismo y existencialismo la elevan.
Dirección: 3.1 – La excelente fotografía y la evolución de Greta elevan el nivel visual y ensamblaje de la película.
Actuaciones: 1.8 – Gosling nació para ser Ken.
Extras: 0.5 – El soundtrack es bueno y las referencias a la marca son insertadas de manera cómica.
Calificación: 8.1 – Buena
En el Hollywood actual, es sumamente difícil encontrar un producto que equilibre el marketing y el arte; en el peor de los casos, el primero se termina comiendo al segundo.
Y es que Barbie pudo ser cualquier cosa: el pilar de un universo cinematográfico de juguetes, un comercial que glorificara a la muñeca y a Mattel, incluso pudo ser una comedia pretenciosa e intentar profundizar de manera necia un concepto infantil. A Greta, importándole poco las expectativas de los diferentes públicos y entendiendo el concepto de Barbie, le ha impreso su sello, creando una historia absurda y que, con todo y sus limitaciones comerciales, se siente auténtica, como si Gerwig escribiera una editorial sobre lo que es la muñeca
Será uno de esos casos extraños de combinación rara entre cine de autor y ambiciones corporativas, pero que extrañamente respeta el lema de una marca que, con todo y sus críticas, inspiró a miles de niñas a convertirse en algo más que lo que dictaban los cánones masculinos. En ese sentido, Barbie de Greta Gerwig ” ES LO QUE QUIERE SER”
1 Comment
Lo que me ha hecho quedarme afuera de las salas de Barbie es su fandom, se supone que Barbie invita a “ser lo que quieras ser” y si es asi, ¿por que todos sus fans (hombres, mujeres, etc) tienen que vestir del mismo color? ¿no se supone que deben ser lo que quieren ser y no como Barbie es? La idea de la pelicula intentara colocarse pero no entrara en esos cerebros de mosquito