Better Man: La infinita tristeza de ser Robbie Williams

El éxito taquillero de “Bohemian Rhapsody” dañó para siempre al género de la biopic musical. Si bien la narrativa de este subgénero siempre se apegó a la fórmula y muchas se sentían similares en estructura (ascenso, fama, caída y renacimiento con traumas infantiles, amoríos incumplidos, inseguridades personales, adicción a las drogas y canciones populares en el medio), el hecho de que esa mediocridad llena de mentiras recaudara tanto dinero y probara que los Oscar también pueden equivocarse en las categorías técnicas significó que puedes adornar la vida de cualquier cantante y los fans igual te la van a comprar (y ahí tienen a Aretha Franklin, Elvis Presley, Whitney Houston, Bob Marley y Amy Winehouse, siendo Elton John el único que se salvó). Por esta razón, también se ha vuelto más difícil destacar, por miedo a no recaudar en la taquilla. Teniendo esto en mente, llega la historia de Robbie Williams “Better Man”, cuyo fracaso en la taquilla y ciertas convencionalidades no le hacen justicia a la maravilla que es.

Hay que sacar lo más obvio que todos notarán al inicio: ¿Hay algo más en “Better Man”además de ver al cantante principal como un chimpancé? ¿Si se hubiera hecho de manera “normal” todo seguiría igual? La respuesta es sí. Sin embargo, Michael Gracey logra que el truco (o gimmick) cumpla 3 factores cruciales: llamar la atención del espectador, identificar a su protagonista de inmediato y hacer un acercamiento más personal hacia la forma en que él se ve a sí mismo, y con ello entender de dónde vienen sus excesos y personalidad explosiva. Cierto que muchos lo verán como un distractor, pero una vez que se te acostumbras a la decisión (a los 20 minutos olvidas que estás viendo un animal), profundiza la forma en la que la fama distorsiona la imagen del cantante, abrumado con la constante presión de mantenerse relevante.

Tomando en cuenta que Robbie Williams funge como productor, hay una movida más que vale la pena resaltar: él decide exponer su alma y todos los demonios y penas que ha cargado con los años. Por lo tanto, sorprende que aceptara mostrarse no como un mesías incomprendido que viene a cambiar el mundo de la música (como suele ocurrir en el género), sino como un auténtico imbécil inescrupuloso, drogadicto y autodestructivo, que necesita el aplauso para vivir, aunque eso implique distanciarse de todos los que lo rodean y dañarse a sí mismo en el proceso.

“Better Man” es la historia de un hombre roto, un fraude consciente, aquel niño al que molestaban en la escuela, un niño muy apegado a su abuela tras el abandono de su padre y la insistencia de su madre por priorizar la escuela en vez de su talento. Este movimiento ayuda a que destaque por sobre otros productos genéricos al presenciar cómo la fama se convierte en la prioridad del artista ante cualquier otra cosa por más que se note que lo está consumiendo. En este aspecto, se rezaga mucho al reparto secundario y queda poco definido, pero cumple con el objetivo de definir mejor al protagonista.

Pero no todo es amargura en “Better Man”, y es que tomando en cuenta la experiencia de Gracey en el género (dirigió la mediocre, pero divertidísima “The Greatest Showman”), aporta números musicales dinámicos y entretenidos de ver. Por si fuera poco, siguiendo el ejemplo de Rocketman, las secuencias son vibrantes, cargadas de emoción y ayudan a sumergirnos más en el estado de ánimo de Williams, de ahí a comprender sus dudas, traumas, miedos y alegrías. Esta conjunción entre coreografía, efectos visuales y movimiento de cámara sirven como extensión de sus emociones y encapsulan su relación con la fama y las relaciones que va dejando por demostrarle al mundo que vale. Dentro de este conjunto destacan los números de Rock DJ, She’s the One y Angel, dignos de estar entre las mejores escenas del año (aunque se echa de menos Tripping).

Aunque “Better Man” acelera mucho en el acto final y no nos hace olvidar que, a fin de cuentas, está contando la misma historia de siempre (hasta termina con el cantante en rehabilitación), los agregados son suficientes para que tenga una ventaja considerable por encima del montón de productos genéricos.

Sin ser una joya, “Better Man” es una de las sorpresas más distintivas, pero también más maltratadas del género, y es una lástima que mucha gente se esté dando cuenta de su calidad una vez que ya fracasó en la taquilla (la distribuidora ya dejó de reportar cuánto dinero está recaudando). Pasará a la historia como una película de culto y la mejor biopic musical desde “Rocketman”, llegando incluso a compartir paralelismos: mientras Elton John perdió contra Freddie Mercury en premios y recaudación (pero ganándole a la larga en legado e influencia), Robbie Williams hará lo mismo con Bob Dylan. En un mundo justo, estaríamos celebrándola y estando expectante de sus nominaciones en vez de prestar atención a la mediocre y genérica “A Complete Unknown”.

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Acerca del autor

Uriel Salvador     twitter.com/UrielSalvadorGS

Escritor, analista, crítico, gamer, investigador, actor (especializado en doblaje), fotógrafo. Pero ante todo, soy un amante del cine.


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