Blue Beetle: No necesitas lógica cuando tienes familia
Cuando James Gunn dijo que tomaría las riendas del Universo DC y lo llevaría por otro camino, los fans estaban ilusionados por las posibilidades que esto podría implicar, los nuevos rumbos que explorar y las nuevas facetas por las que estarían regidos los personajes más conocidos, al mismo tiempo de mostrar nuevas caras. Pues bien, el estreno de Blue Beetle (a raíz de una de las campañas publicitarias más agresivas que se recuerden de parte de los fans) nos ha dado todas las respuestas a estas interrogantes, y fue la más lógica del mundo: copia y pega todo lo que está haciendo Marvel. Y lo más decepcionante es que pudo haber sido mejor que lo que terminaron entregando.
Tomando en cuenta el planteamiento de la historia y los orígenes del superhéroe en esta versión, el resultado final pudo haberse asimilado al visto en “Black Panther”: una reinvención anclada a los objetivos narrativos raciales implícitos en la trama y usándolos para sustentar el trasfondo, la personalidad y las habilidades del héroe, claro, sin olvidar los estatutos básicos que demanda el subgénero. Sin embargo, en vez de querer correr el riesgo, prefiere irse por el camino fácil y entregar lo mismo que ya hemos visto desde la primera de “Iron Man”, nada más con la diferencia de estar protagonizada por un elenco mayoritariamente chicano (no mexicano, absténganse de creer eso).
Por otra parte, la cinta cae en muchos clichés, huecos argumentales y repite elementos ya vistos hasta el cansancio en cintas de este subgénero: la corporación malvada, el héroe que no quiere ser héroe, pero debe aceptarlo por el bien común, el hecho de que una familia de bajos recursos pueda sobrellevar su situación porque hay un millonario de buen corazón que los ayuda, etc. Esto no sería malo si no fuera porque no propone nada nuevo en la fórmula, tampoco otorga un punto de vista diferente para al menos volver interesante el desarrollo. Por si esto fuera poco, lo que pudiera haber otorgado para diferenciarse del resto es desarrollado de forma superficial, como la mitología alrededor del escarabajo o la importancia de los lazos familiares y cómo eso nos hace fuertes (es irónico que una película para niños de serie B como “Mini-Espías”, con la cual guarda muchas similitudes, haya expuesto mejor estos conceptos que una producción multimillonaria).
Estos descuidos también terminan afectando al protagonista en cuestión, porque al dejar escuetos estos detalles, no hay simpatía por Jaime Reyes, no hay un sustento de peso que lo motive a realizar estas acciones, y hasta no podemos sentir que está en verdadero peligro porque los poderes del escarabajo y sus limitantes no están del todo claros. Basándonos en lo mostrado en pantalla, Blue Beetle parece más una mezcla de Iron Man, Spider-man (con el traje de Iron Spider), Dr. Octopus, Venom y Linterna Verde. Da la impresión de que al conjunto le falta originalidad, como si quisieran darle de todo un poco, pero sin haberle dado un rasgo distintivo (la falta de carisma de Xolo Maridueña tampoco ayuda mucho que digamos). Francamente, el reparto secundario llama más la atención, es más, Jenny Kord (una Bruna Marquezine que es de lo más rescatable de la cinta) tiene más argumentos para ser la protagonista. De Damián Alcázar y Susan Sarandon no hay mucho que decir, es obvio que fueron a cobrar sus cheques.
No obstante, hay algunos detalles que vale la pena resaltar, y el primero de ellos son los efectos visuales. No son espectaculares, pero después del esperpento visual que ha habido últimamente con respecto al trato que reciben sus especialistas, son mejores que los vistos en otras producciones recientes. Esto mismo hace más creíbles las escenas de acción, ya que a pesar de notarse el CGI, no es lastimoso a la vista y puede tener algunas tomas llamativas, resaltando en el clímax del último tercio. Asimismo, y debido a la presencia del elenco chicano, hay varias referencias a muchos trabajos de la cultura mexicana, incluyendo una escena muy bonita que homenajea a “Macario”.
Finalmente, cabe recalcar la campaña publicitaria que los fans ejercieron a través de memes con tal de que la película tenga buena taquilla. Entiendo que quieran que un proyecto que llevan anticipando con tiempo de espera recaude mucho dinero para que pueda seguirse haciendo, todos quisiéramos hacer eso con nuestros proyectos favoritos. Pero llevarla a cabo de esta manera no parece ser la solución, ya que en vez de alentar al publico a que se anime a darle una oportunidad, la terminan descartando por la desesperación que conlleva estar escuchando las mismas mentadas líneas una y otra vez, sin descanso y en todas las redes sociales posibles. No se dan cuenta que los memes a largo plazo dañan cualquier cinta, pues ya no es posible tomarla ni como chiste (no cualquiera es “Spider-man 3”, que parte de su revaloración fue por eso). Además, ¿de dónde sacaron esa idea? ¿Cómo es que estar repitiendo la fecha de estreno todo el tiempo es gracioso?
En cuestión de superhéroes “live action”, es la segunda mejor de 2023 por debajo de “Guardianes de la Galaxia 3”, y está muy por encima de otras producciones como “Quantumania”, “Shazam 2” y “Flash”, pero no deja de ser una más del montón de la que Toretto estaría orgulloso. Cuando saquen una película sobre un superhéroe que deba salvar al mundo con un poder tan inútil como controlar helado, ahí sí estaríamos hablando de una verdadera revolución. ¿Acaso eso no sería original y refrescante?