Bones and All: Solo para fans del Gore y la saga Twilight
Luca Guadagnino vuelve a apostar por una película romántica contando con Timothée Chalamet como protagonista para su nueva obra, Bones and All, esta vez siguiendo a una pareja de adolescentes con una particularidad: son caníbales. Un tema un tanto controversial, como ya es costumbre de un director que se ha caracterizado por también llevar sus cintas al límite de lo íntimo y lo emocional.
Basada en la novela del mismo nombre escrita por Camille DeAngelils, Bones and All (“Hasta los huesos” en su traducción para Latinoamérica) cuenta la historia de Maren Yearly, una adolescente que descubre sus tendencias caníbales al mismo tiempo que es abandonada por su padre. Así, comenzará un viaje en busca de una identidad, en el que buscará indagar sobre su pasado y además conocerá el amor.
Bones and All explora la tendencia del canibalismo desde un punto de vista muy personal, queriendo mostrar todas las inquietudes y motivaciones de su personaje principal a manera que la audiencia pueda ponerse de su lado y comprender de cierta manera sus preferencias. Y esto que comienza por mostrarse como algo único, va convirtiéndose poco a poco en una inclinación menos atractiva dentro de la historia, pues estos asesinos se van exponiendo como una víctima más del sistema y del mundo ochentero al que pertenecen.
Congeniar entonces con estos personajes se vuelve muy complicado, sobretodo porque Bones and All se adueña de la incomodidad para hacerla una de sus cualidades principales, no solo por su peculiar temática y su inusual romance, sino también por el tipo de escenas lo suficientemente sangrientas y explícitas como para no hacerla apta para cualquier tipo de público.
Fiel a su estilo, el director Luca Guadagnino nos presenta una obra plagada de bellos paisajes que poco a poco se van incorporando a escenas “transitorias” que buscan intimar con los matices de la pareja protagonista pero que se alargan lo suficiente hasta convertirse en poco interesantes, y son en parte este conjunto de escenas, las que en logran hacer sentir a la cinta inconexa y larga en extremo.
En pocas palabras, Bones an All se siente exagerada, poco convincente y hasta aburrida con un ritmo que te guía equivocadamente como espectador, es decir, cuando parece que la conclusión se siente cerca, no es más que una introducción hacia otro nuevo episodio de lo que se siente interminable. Hacia ese punto, ya ni siquiera importa si han quedado cabos sueltos, pues el filme no ha encausado el interés necesario como para querer saber más de lo que ya se ha visto pues solo podría aumentar el ya acumulado fastidio.
Bones and All se resume en un romance adolescente cualquiera, que no se siente ni muy profundo ni muy genuino, y cuyo diferenciador (el canibalismo), no añade lo necesario a la historia para hacerla sentir interesante. Apta solo para fans que gustan de una extraña mezcla entre gore y la saga de Twilight.
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