Boys Kills World: En tiempos donde todos contra todos

Existe una canción que me encanta de Fito Paez. Su nombre es Al Lado del Camino, y en cierta parte versa lo siguiente:

En tiempos donde nadie escucha a nadie

En tiempos donde todos contra todos

En tiempos egoístas y mezquinos

En tiempos donde siempre estamos solos

Habrá que declararse incompetente

En todas las materias del mercado

Habrá que declararse un inocente

O habrá que ser abyecto y desalmado

Podríamos afirmar que no hay nada más parecido a “esos” tiempos que menciona Fito que a estos tiempos post pandemia, de reestructura, de violencia, de guerra, de incertidumbre, y donde bien menciona el compositor, es necesario tomar una postura. Creo que las cintas de acción y humor involuntario, tan propias de la corriente originada por John Wick, bien podrían ejemplificar las consecuencias de lo dicho por Fito, en donde el antihéroe, una máquina asesina abyecta y desalmada, es dotada de un dilema moral que lo hace cercano a nuestra humanidad y entorno, uno en donde desearíamos por momentos desatar nuestra furia y acabar con todos e ir contra todo sistema, pero que debido a las ataduras morales y reglas dicho comportamiento es difícil de aceptar por “nuestra” realidad, o prácticamente imposible.

De ahí a que existan estas proyecciones que alteran nuestra realidad, pero que al mismo tiempo nos otorgan un escape de esta al conectarnos con la impotencia de su protagonista y odisea asesina. En Boys Kills World (o como los ineptos del doblaje le pusieron: Contra Todos), la ópera prima de Moritz Mohr, se logra el cometido de emprender una guerra contra este mundo y sus injusticias de manera sangrienta y entretenida.

La historia es un revoltijo de géneros y universos en donde a través de la ficción especulativa se establece a una sociedad distópica – futurista gobernada por una dictadura que manipula al pueblo por medio del show mediático de la media y la publicidad (los parecidos con la sociedad actual son “meras coincidencias). De aquí surgirá el relato de venganza de un niño – joven sordomudo que, entrenado por un chamán ninja, desatará una misión suicida para llegar a la cúpula del poder y matar a la familia regente por el asesinato de su madre y hermana.

A pesar de su encasillamiento cliché y su absurdo humor por momentos redundante y pesado, el novato director sale avante gracias a pura astucia narrativa, colocando un par de elementos distractores en giros de tuerca “cantados” o predecibles, que llevarán al espectador a una tercera vuelta, elemento “sorpresa” que sacará a esta cinta de la rotunda mediocridad para gestionar su paso como uno de los productos más entretenidos de la cartelera en lo que va del año.

Por el lado estético y de la acción, los amantes de las artes marciales y los chingadazos al por mayor se sentirán satisfechos por el festín de coreografías que, muy al estilo de Jackie Chan, usarán cualquier artefacto como arma mortífera en esta narrativa a base se “stages”, en donde el protagonista y sus accidentales asociados, deberán pasar por niveles para llegar al “JEFE FINAL”. Así mismo, todas estas peleas serán provistas por un tono gráfico tan hipnótico como repugnante, con desmembramientos, rajadas y huesos saliendo constantemente de la carne molida y machacada de los involucrados.

En el rubro actoral, no hay nada que destacar de manera dramática, pero si del trabajo físico de sus actores y dobles de acción, proveyendo una carga de adrenalina fresca y muy dinámica que hacen que Bill Skarsgard (encasillado ya en los papeles “raritos”) haga suyo un personaje que no cuenta con habla y con muy poca expresión facial, afortunadamente para él, muy acorde al trasfondo de su personaje.

No olvidemos la comedia, principal y constante ingrediente de su narrativa representada en primera instancia por una voz off que hace referencia a los videojuegos de pelea y de “arcade” (y que dotan de voz a los pensamientos del protagonista), y que se va desarrollando a través de todos sus personajes, incluyendo villanos y sorpresas. Aunque este nivel de humor se excede en demasiados pasajes (el arco medio será un desafío de soportar), el intento de dramatismo en su clímax, coronado por ese factor sorpresa que resulta muy bien “escondido” y revelado, ayudan a brindarle un equilibrio final funcional.

Sin nada que perder y yendo “contra todo” el sistema de entretenimiento burdo como Godzilla x Kong y The Fall Guy, Boys Kills World en su locura, cinismo y falta de pretensión, se muestra al menos más honesta en su propuesta y con una mayor calidad de entretenimiento. Una comedia de acción que no revolucionará nada y que ni siquiera será recordada pasando la mitad de año, pero que a diferencia de changos, lagartijas y dobles de acción sobrevalorados, cumplirá este fin de semana el objetivo de sacarte una buena sonrisa… repleta de sangre.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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