Buñuel en el Laberinto de las Tortugas: Abrumadora y reveladora biopic animada
Luis Buñuel siempre será una de las leyendas más emblemáticas y enigmáticas del cine, el amo y señor del surrealismo que labró su carrera en España, México y Francia de formas tan cuestionables como maravillosas, aludiendo siempre a un sentido de revolución artística acompañada casi siempre de una carga – crítica bastante imperiosa sobre la espiritualidad y el clasismo, dos conceptos que forjaron su niñez y formación.
Dirigida por Salvador Simó Busom y a su vez adaptada del comic homónimo creación de Fermín Solis, por fin nos llega a cartelera latina una de las animaciones más comentadas dentro del círculo europeo desde 2018: Buñuel en el Laberinto de las Tortugas, basada en hechos reales sobre como el director español en sus inicios, decidió emprender un documental sobre Las Hurdes, una región de miseria y pobreza extrema española con una evidente tripleta de objetivos: revitalizar su carrera tras las duras críticas de la audiencia en sus primeros trabajos; emprender una labor antropológica adentrándose al formato documental; y quizá la más obvia e importante (que no se toca en la animación pero es evidente en el visionado del corto documental original), hacer una crítica socio política tomando a dicha región como vehículo partidista.
Tras ver esta sustanciosa y excelente narración animada, me miré el corto documental en el que está basado para así tener un contexto completo para mi análisis y encontrar por qué me había encantado tanto el relato de Simó. La respuesta a mi cuestionamiento fue inmediata, y es que el director – guionista no solo establece una brecha hacía el objetivo partidista del documental, sino que también logra llevar a cabo un retrato tan íntimo y objetivo como abrumador sobre la concepción de una personalidad artística tan compleja como la de Buñuel, tocando la realidad (y lo surreal) de manera muy profunda aun cuando se trata de un “producto animado”.
Sin duda el gran valor del film es la estructura de Buñuel a partir de un libreto que consigue explorar y descubrir mucho de los posibles conflictos que marcaron no solo su personalidad sino toda su obra artística desde la infancia. No les sorprende que aquí como un peculiar antihéroe, Buñuel pueda parecer por momentos un personaje detestable, pero precisamente es ese “acercamiento” el que no solo humaniza su leyenda, sino que brinda a la par un sentido de comprensión y/o empatía hacía con su crecimiento y desarrollo como cineasta y persona.
Por supuesto en todo lo que dice “Buñuel” no podría faltar el plano surreal, por lo que Simó decide bañar constantemente a su narración de “sueños”, lapsos que proyectan los temores y ansiedades más íntimos del cineasta y que son embelesados con una fastuosa animación. Cabe resaltar que aquí que tanto la fuente original como la adaptación fílmica cumplen en captar la esencia simbólica de lo que Luis llegaría a ser, mostrando escenas surreales de fuertes rasgos católicos y familiares encaminados hacía una contraposición psicológica muy evidente en su seno familiar de clase alta, un poco fría, un tanto cruel, y muy estricta.
Otro rasgo interesante y muy eficaz de la película es que Simó combina la parte visual del original documental con su animación, haciéndolo un rico híbrido que se convierte en un manjar para aquellos que amamos los relatos de cine sobre cine, apreciando el proceso de producción y empalmándolo cronológicamente con los momentos más interesantes del corto de Las Hurdes – Tierra sin pan.
Así pues el relato no se desvía ni un ápice, dejando que el documental funja como un macguffin para centrarse en este crecimiento psicológico y personal del Buñuel humano y el Buñuel cineasta. Por otro lado y tocando el primer punto y gran acierto del film, Simó deja de lado al franquismo y a la parte de la guerra civil que seguiría en la línea temporal de aquellos días, sin embargo para agregar el toque trágico y emocional a su fábula, de manera sutil agrega un giro real e importante en el final en torno a ese tema, ensalzando también lo que es una historia de amistad entre Luis y su amigo – productor, Ramón Acín.
El Laberinto de las Tortugas es un distractor para revelarnos a un Buñuel muy humano, y que quizá haya permanecido secreto en muchos rasgos hasta esta animación. Para los(as) seguidores(as) de la leyenda es un imperativo, pero independientemente de la cuestionable, ética y moral, figura central, la narrativa y animación se encuentran en un alto nivel, suficiente para convertirse en una de las mejores películas exhibidas – estrenadas en este 2020.