Cannes 2017: Ramsay hace su Taxi Driver y Polanski decepciona
Fin del festival de cine más importante del mundo que nos deja una agradable sensación, por lo menos es la impresión que tenemos aquí en Cinescopia, destacándose: Loveless de Andrei Zvyagintsev, Wonderstruck de Todd Haines, BPM (Beats per minute) de Robin Campillo, entre otras. Más de ocho film para prestar atención, sugiere una muy buena media en relación con pasados festivales.
Aquí hay que tener en cuenta la separación total de la crítica con lo que piensa el jurado, la mayoría de veces la favorita de la crítica no es la premiada por el jurado y siempre ha existido esa parte polémica especialmente en la elección de la ganadora. Ustedes deciden con quien están, yo por mi parte me quedo del lado de la crítica. Algunas decisiones anteriores del jurado francamente han arruinado la seriedad del festival.
Volviendo al presente, hoy se presentó la última película en disputa de la palma de oro y fue nada más y nada menos que Lynne Ramsay la encargada de cerrar la competición, conocida por la brutal We need to talk about Kevin, esta vez presenta un relato de justicia en You were never really here que ha destacado especialmente por sus muy logradas imágenes de violencia y que es comparada con Taxi Driver, lo cual tiene su problema y es que esa historia se ha visto muchas veces.
También se apuntó fuera de concurso el ganador de la palma de oro en el 2002, el maestro Roman Polanski presenta Based on a true story (No se esforzó nada con el nombre), un thriller psicológico sobre una escritora que atraviesa una etapa no muy fructífera y su encuentro con una fan psicótica. Los que conocemos la filmografía de Polanski sabemos de su capacidad para levantar ambientes sórdidos para sus personajes, si bien esta vez no es la excepción, al parecer no está a la altura de sus grandes clásicos y es que él mismo puso el listón demasiado alto.
Mañana la gran premiación y cruzando los dedos para qué el jurado elija realmente la mejor película del festival.