Cannes 2018: Ese Godard es todo un loquillo
Ni avisó, ni se presentó y de nuevo dejó a todos con incertidumbre tras su nuevo experimento fílmico titulado Le livre d’image. El referido muchas veces como “el hombre que transformó el lenguaje cinematográfico” (y que sin duda lo ha hecho), no solo pasará a la historia como uno de los revolucionarios de aquella cancelación en Cannes de 1968 al apoyar al movimiento populista artístico en contra del consumismo, sino también por siempre dejar boquiabiertos a más de la mitad de la audiencia que no sabe ni cómo sentirse y/o reaccionar ante sus propuestas. En este peculiar caso, Jean-Luc Godard expone una narración reflexiva sobre la sociedad y existencia de la comunidad árabe a través de variados archivos de extraña fuente o hasta metrajes de otras cintas como Los Olvidados de Buñuel o Encadenados de Alfred Hitchcock, mientras él mismo se agarra leyendo textos de Brecht y Dostoyevski ¿Será que la vejez le ha afectado? Como sea el caso hay quiénes aún lo adoran (adoramos), recibiendo aplausos tras la proyección, pero hay quiénes sencillamente tuvieron que digerir varios minutos lo que acababan de ver, yéndose de la gala confundidos.
La otra gran protagonista del día fue Cold War de Pawel Pawlikowski, el polaco mismo que ya se llevó el Oscar a la mejor película extranjera con Ida en 2015. Rodada de nuevo en blanco y negro y ambientada en la Polonia comunista, Pawel narra una historia de amor que transcurre durante 10 años; ambos músicos, ella es una joven criminal y el es un pianista mayor capaz de hacer lo que sea por su amada. La respuesta por parte de la prensa y crítica ha sido unánime, catalogándola por su natural y brutal abordaje sobre el tema del amor como la primera gran competidora de esta edición.