Cannes 2021: Dos extraños en un tren a Moscú
Cuarto día de actividad en Cannes, y hasta ahora su peor jornada en cuanto a calidad se refiere dentro de su competición oficial por la Palma de Oro; Francia decepciona, Estados Unidos da su primer “strike” y Finlandia parece resaltar pero sin mucho entusiasmo.
La primera en caer fue “La fracture“, tercera cinta que Catherine Corsini pone a competir en Cannes, y tercera ocasión que se va con muy cuestionables críticas. La historia de dos mujeres al borde de la ruptura relacional y que se encuentra atrapadas en un hospital debido a una gran manifestación que amenaza la integridad del edificio y de quiénes se encuentran en él, es un vehículo de pura desfachatez narrativa en su desequilibrado objetivo por hacer de esta “situación” una metáfora sociopolítica centrado en el “movimiento de los chalecos amarillos” del 2018- El problema no solo viene de la exageración en todos sus rubros, actuaciones, motivos, causas y desenlaces, sino también en que Corsini, simpre intentando meter con calzador sus metáforas en relatos de índole LGBT, termina haciendo un batidillo sin estructura, relevancia o identidad.
El primer strike para Estados Unidos ya se veía venir, y es que queda claro que Sean Penn es bastante mejor actor que director (a pesar de que Into the Wild es bastante salvable). Su cinta “Flag Day“, basada en hechos reales sobre un padre de familia que vive una doble vida como falsificador, ladrón de bancos y estafador para mantener a su hija, cuenta con el principal problema de que no existe química entre padre e hija, parte de las actuaciones (que individualmente la parte de Dylan Penn es muy buena) pero también causa de un libreto y dirección que nunca logran enfatizar y/o encausar los elementos que suponen su compleja interacción. Actoralmente destaca, pero por favor alguien dígale a Sean Penn que no necesita dirigir para encausar el talento de su hija.
Muchos la llaman “Before Sunrise a la finlandesa”, pero más allá de su similitud “Compartment No 6“, el drama romántico, juvenil y reflexivo de Juho Kuosmanen brilla por sus propia armas, unas bastantes naturales y que vinculan a estos dos extraños bajo una serie de diálogos inteligentes, buena química y un buen ritmo impreso por su director, que se ayuda de la fuente original para estructurar de manera solvente este viaje y las personalidades de estos dos seres. Conmovió y resultó ser una cinta muy eficaz, pero no se cree que llegue muy lejos a la hora los palmares.