Cannes 2022: El Rey divide, Denis decepciona y los iraníes se llevan las palmas
Sin duda el plato fuerte de la jornada de ayer se encontraba fuera de la competencia, pues “El Rey” hacía su regreso a la vida de la mano de Baz Luhrmann con la biopic “Elvis“, centrada en el ascenso de la leyenda musical y su complicada relación con el coronel Tom Parker, su misterioso manager.
Como toda biopic, y como toda cinta de Luhrmann, la división de opiniones no se han hecho de esperar. Sus detractores, por ejemplo, encontrarán que quizá el tono pintoresco y grandilocuente del australiano no embone con el personaje ni su conflicto, y quizá tengan razón, pues es una película que pretende contarnos “algo” que nunca alcanza la profundidad emocional o estructural requerida, quedando por debajo de su estilismo, puesta de escena y del desarrollo del “Rey” musicalmente hablando. Por otro lado, eso es lo que quizá encante a sus defensores, pues la película contiene todos los elementos de su director, haciéndola más un “Luhrmann” que un Elvis.
Con números musicales avasallantes y unas actuaciones excelentes, lo que si queda claro es que “Elvis” es una cinta imperativa de ver este 2022
Dentro de la competencia oficial, primero tocó el turno a la sobrevalorada Claire Denis, que alejando todas las dudas sobre su cuestionable quehacer fílmico, en esta ocasión deja en claro que su carrera siempre ha estado más llena de decepciones que de logros. La competidora, Stars at Noon, es una de las peores cintas en la selección, un thriller de tintes románticos y conspiraciones políticas, que no tiene nada de thriller, ni de romance, ni de política. Nada funciona con Denis, que denota una dirección patética, desde con sus actores, hasta como va ejecutando una historia que no va ni irá de nada durante sus más de dos horas.
Donde la competencia oficial si dio de que hablar con todo y ovaciones, fue con la iraní “Leila’s Brothers“, un drama familiar que denota una impresionante capacidad por transmitir no solo las emociones en torno a su conflicto social, sino también el propio entorno y la esperanza de su protagonista, una mujer que deberá emprender un negocio para salvar a su familia y hermanos de la bancarrota.
Otro ejemplo de crudo neorrealismo, el cine iraní sigue dentro del empuje de su corriente, respetando los estatutos de Kiarostami, Panahi o Farhadi, pero siempre agregando un diferenciador tan real, que de manera natural encausa una tensión palpable y que nos acerca no solo a ver, sino hasta a convivir con el conflicto y sus conmovedores personajes. Otra fuerte candidata a la Palma.