Cannes 2024: El hijo más “rarito” del cine francés abre la fiesta
Y por fin se llega otro año de abrir la champaña para celebrar el cine que supone el más alto nivel, y donde dicha presunción se ha cumplido con creces tras dos años de excelentes propuestas y más correctas que polémicas decisiones. Cannes 2024 está aquí y como es costumbre, el equipo de Cinescopia se hará cargo de traerles el día a día de las presentaciones alrededor de las competidoras por la Palma de Oro, más uno que otro evento fuera de competencia, y es que además de ser casa del más exquisito cine internacional, el festival también se ha convertido en el primer gran foco mediático de la oferta comercial.
Pero comencemos con una primera honrada del Festival (el otro llegará hasta el 25 de mayo), una Meryl Streep que recibió la Palma de Honor de manos de Juliette Binoche entre ovaciones y lágrimas, y en donde la veterana y ya legendaria actriz la reconoció como “Un premio único”. Sin duda más que merecido a una de las grandes histriones de la historia, tres veces ganadora del Oscar y con una cifra récord de 21 nominaciones, pero que también ya se había hecho del galardón a mejor actriz en este festival treinta y cinco años antes, cuando se coronó por la cinta A Cry in the Dark.
Pero vayámonos a lo verdaderamente importante (con su permiso Señora Streep), y esa es la primer gran presentación de Cannes en manos del hijo más excéntrico del cine francés actual, Quentin Dupieux, el cual ya se ha catapultado como un autor de culto gracias a su estilo único e irreverente, una comedia negra que es el reflejo de la estupidez social y las malas prácticas que llevan al humano al más básico comportamiento animal. Una máquina de hacer cine, Dupieux tiene en circulación comercial por el mundo actualmente otras dos de sus obras: “Daaaali!” y “Yannick” (esta última considerada por su servidor hasta ahora como la mejor película del año en curso), sumando ahora su ingreso a las grandes ligas de la industria francesa de cine: The Second Act.
Dupieux quizá abandone su corte independiente, pero no su humor y sátira, por lo que The Second Act transfiere la narrativa trasgresora del cineasta hacía un tono mucho más adepto a las masas consumidoras de cine. Una historia de cuatro personajes – elementos que simbolizan cada quien un vicio social, y en donde una mujer pretende presentar a su padre el hombre del que esta enamorada, pero este no, pues su objetivo siempre ha sido arrojarla a los brazos de su mejor amigo. Por algunas circunstancias más surreales que naturales, los cuatro convergen en un restaurante en medio de la nada, situación que Quentin Dupieux aprovecha para desgarrar nuevamente el estatus quo y representar los deseos más básicos de la humanidad ante la hipocresía y ese sentido tan absurdo de siempre guardar las apariencias. Aunque sus chistes y diálogos suelen parecer repetitivos, el objetivo del francés siempre ha sido llevar al borde de la tensión y la desesperación a su audiencia, lo cual aquí se conserva en otro buen ejercicio de humor incomodo, coqueto, sensual y reflexivo.
La cinta estelarizada por Lea Seydoux, Vincent Lindon y Louis Garrel recibió una ovación de pie de tres minutos y medio ¿Será que Quentin Dupieux por fin cuente con una distribución internacional – comercial?
La cinta no compite dentro de la selección oficial, pero ha sido un plato rico y ligero para abrir el apetito por la Palma de Oro. Mañana entraremos más en detalle, abordando a las primeras competidoras.