Captain Fantastic: Estimulante, pero nada fantástica
Creo fervientemente en las prácticas de control natal y planificación familiar, y es que con el mundo yéndose al carajo, el calentamiento global, los gasolinazos, la canasta básica cada vez más cara, los sueldos más bajos, la proliferación de “profesionistas”, la decadente educación socio cultural y el precio del dólar hasta el techo ¿Quién carajos va a querer traer un chingo de chiquillos a la tierra? Este problema por más irónico que parezca es el que termina también afectando narrativamente a un film como Captain Fantastic, la segunda cinta indie ganadora de la mejor dirección en la sección Una Cierta Mirada en el pasado Festival de Cannes para el también actor Matt Ross, el cual construye un drama paternal emotivo y reflexivo que ciertamente hubiera llegado a ser fantástico de no ser por su exceso de escuincles.
La historia gira en torno a un hombre y su familia que han pasado diez años viviendo en el bosque alejado del sistema capitalista y consumista de la sociedad. Sin embargo, al morir la matriarca, él y sus 6 hijos deberán abandonar su modus vivendi para viajar a la ciudad por el funeral.
Con guion del mismo Ross, el relato implica una simpática combinación entre drama y road movie que conforme se desarrolla deja entrever también ciertos toques de humor en un contexto de referencias culturales y artísticas que se coronan con un diálogo intelectual que pretende y logra establecer la ideología y estructura de sus protagonistas estimulantemente. Esto funciona de manera excepcional durante la primera mitad del film, donde el cineasta y sus actores adquieren una comunicación y química interna exquisita para plantear la situación y su intenso conflicto en torno a la muerte y el duelo por la pérdida de una madre, sin embargo conforme se saca de su confort y ambientación a estos personajes, en ese proceso de adaptación hacia la civilización, el relato va perdiendo gas progresivamente cayendo en la incredulidad.
Si bien es Viggo Mortensen (Uno de los mejores actores en la actualidad) nuevamente el héroe que mantiene a flote la cinta en este frágil segundo capítulo, dicho contexto paternal congeniado con una excepcional labor histriónica (Digna de nominación al Oscar) esta vez no logran encajar con los destinos de sus vástagos, esto debido a las libertades que se toma el libreto en plantear tangentes y conflictos individuales y nunca cerrarlos con la misma fuerza dramática o bien, olvidándose de otros integrantes de la misma familia que al final lucen como un relleno impuesto ¡Y no es culpa de los niños! Los cuales en algunos casos (George McKay, Nicholas Hamilton, Shree Crooks) presentan tablas actorales dignas de dar seguimiento en futuros proyectos, sino de la pretensión del mismo cineasta y guionista en su objetivo por sumar complejidad a algo ya complejo. Por tal razón cuando los refuerzos de mayor experiencia llegan (Frank Langella, Steve Zahn), todo parece ya tarde, pues la fuerza del padre es mermada por los conflictos y traumas no resueltos de los hijos en este reacomodo de su nueva vida y circunstancias
Ciertamente diferente (Aún con la obligada remembranza dentro de su estilo a cintas como Little Miss Sunshine), Captain Fantastic representa un producto honorable para el año cinematográfico, insistiendo en mucha parte gracias al desempeño de un ya tres veces “retirado” de la actuación Viggo Mortensen. Con todas y sus casi imperceptibles flaquezas, es una película con un excelso arranque y buenos diálogos que al final desgraciadamente dejará al espectador con la clásica sensación de que algo faltó
1 Comment