Chernobyl: La grandeza de la necedad humana
¿Cuál es el costo de las mentiras?
Con esta pregunta comienza Chernobyl, una miniserie que nos muestra la grandeza de la necedad humana, cómo un régimen totalitario, la soberbia y el orgullo nacionalista pueden matar a miles de personas y poner en peligro al planeta.
La madrugada del 26 de abril de 1986 el reactor 4 de la planta de Chernobyl explotó después de practicar unas pruebas de seguridad. Al principio nadie entendía muy bien a que se enfrentaban, ni los mismos ingenieros que hicieron la prueba entendían porque había explotado el reactor; sin embargo, científicos e ingenieros nucleares, inmediatamente, comenzaron a investigar, pero fueron detenidos por la KGB, por el gobierno, por trámites burocráticos, incluso fueron a dar la cárcel mientras investigaban. ¿Por qué? Porque la, ahora desaparecida, Unión soviética no podía aceptar (ni entender) un desastre de esa magnitud ante el mundo. Una semana bastó para que todo el planeta reportara altas cifras de radiación y pusiera el ojo en la URRS y de esta manera presionar a que se hiciera algo.
En tan solo cinco capítulos vemos un panorama muy amplio de lo que sucedió después del accidente. Nos hablan de la lenta reacción de las autoridades para evacuar a las poblaciones cercanas a la planta nuclear. Vemos cómo funcionaban las cuadrillas de “Los liquidadores”, personas que se dedicaron a limpiar el desastre. Las famosas “Babushkas de Chernobil” ancianos que no quisieron dejar sus tierras asegurando que, si bien habían sobrevivido dos guerras mundiales, guerras civiles y regímenes tan severos ¿qué les podía hacer un accidente de una planta nuclear? Uno de los hilos conductores de la serie es la historia de un bombero que acude inmediatamente a sofocar el incendio sin saber a que se enfrentaban y cómo su esposa embarazada, está todo el tiempo con él mientras lo ve morir a causa de la gran cantidad de radiación que recibió. La dignidad con que los mineros ayudaron a salvar de un desastre mayor la situación. Políticos y funcionarios públicos con una soberbia tan grande que son incapaces de pedir la ayuda adecuada. La contaminación por radiación, ese monstruo silencioso, invisible, inodoro, que provoca un sabor metálico cuando empieza atacar.
El director Johan Renk logra, en cada capítulo, que el espectador se adentre en esa nube radioactiva y con el sonido de los dosímetros sientas cómo se está contaminando todo alrededor. Hay que mencionar que la ambientación es impecable. Fue filmada en Lituania, donde todavía existe ese escenario tan socialista e igualitario como en el que se vivía en los años 80 en la Unión Soviética.
La serie esta muy bien documentada, no es necesario saber de energía nuclear para entender qué fue lo que pasó, así de bien escrita está. El guionista y creador de la serie Craig Mazin hace un estupendo trabajo, ni un diálogo ni un personaje, tiene desperdicio.
Hay muchas escenas silenciosas, llenas de imágenes que dicen y aterran más que las palabras, además, con excelente musicalización. El maquillaje es impresionante, cuidaron cada detalle.
Los protagonistas de la serie son Jared Harris que hace al científico “Valery Legasov”, Stellan Skarsgård que interpreta al burócrata encargado del control de daños “Boris Scherbina”, Emily Watson como la científico nuclear “Ulana Khomyuk”, Paul Ritter como “Anatoly Dyatlov”, Adam Nagaitis como el bombero “Vasily Ignatenko”, Jessie Buckley como “Lyudmilla Ignatenko” la esposa del bombero, Barry Keoghan como uno de los liquidadores. entre muchos más.
Comentario personal: El manejo y uso de la energía nuclear es algo muy peligroso y, después de este accidente, la humanidad ha aprendido mucho; sin embargo, el costo ha sido altísimo, miles de años van a tener que pasar para que las zonas afectadas sean saneadas. Apenas en 2017 se terminó de hacer e instalar el sarcófago que contendrá la radiación en la planta de Chernóbil por apenas 100 años, mismo que tendrán que estar renovando cada 100 años durante 2,500 años.
Pero algo que, sí podemos solucionar y es desde ahora, es la corrupción, la burocracia, los gobiernos totalitarios, el desprecio a la ecología y a la ciencia que, día a día, nos está advirtiendo que el planeta está sufriendo graves daños causados por los humanos que somos su peor plaga. Porque si bien, la radiación es un grave problema en la serie, lo son más los líderes, políticos y burócratas que no quieren ver mas allá de sus ideas de poder y terminan poniendo al planeta al borde de la extinción.
Dato extra: hay un libro llamado “Voces de Chernóbil” de la Premio Nobel de Literatura 2015 Svetlana Alexiévich, bielorrusa, donde se encuentran algunas de las historias que se cuentan en la serie.
-El hombre solo se salvaba a sí mismo, traicionando al resto de los seres vivos – “Voces de Chernobil” Svetlana Alexiévich