La Tumba de las Luciérnagas, obra maestra de la animación de Isao Takahata
Por increíble que parezca, cuando Netflix anunció las tres fases en las que estarían subiendo a su plataforma 21 de las películas de Ghibli, en ningún momento tomaron en cuenta la obra maestra de Isao Takahata. Por eso aquí en Cinescopia, para tener un completo visionado de la filmografía de Takahata dentro de Ghibli, cerraremos este ciclo dedicado al estudio de animación hablando sobre esta joya.
“La Tumba de las Luciérnagas” está basada en el libro del mismo nombre, una historia semiautobiográfica de Akiyuki Nosaka, donde cuenta como él y su pequeña hermana sobrevivieron al bombardeo aéreo en 1945 en la ciudad de Kobe. Nosaka escribió este relato a modo de homenaje a su hermana y llevado por la culpa al no poder hacer más para poder salvar a la pequeña.
La película desde el inicio hace toda una declaración de intenciones, ya que la primera línea de diálogo Seita nos dice la fecha en la que muere, siendo un niño vagabundo tirado en una estación de trenes, el último recuerdo físico que tiene de una vida pasada es la pequeña caja de color rojo donde venían los caramelos que le daba a su hermana. De ahí, el espíritu de Seita se reencuentra de nuevo con su pequeña hermana Setsuko y la narración se vuelca al pasado. Un enorme flashback que nos regresa al momento del bombardeo en Kobe. Las alarmas de la cuidad suenan por todos lados y las autoridades ordenan a todos a ir a los refugios, es ahí cuando la madre se adelanta dejando a Seita preparando todo para el regreso que nunca sucederá. Pero el bombardeo es más intenso de lo que esperaban y al no poder llegar a los refugios, se ven obligados a salir de la ciudad. En ese momento Kobe era la sexta ciudad más grande del país, donde la fabricación de barcos y la industria del hierro era muy importantes para la economía de la ciudad y del país, aunado al poco suministros de agua y la escasez de seguridad, era un punto clave para los Aliados en bombardear.
Siendo fiel al relato escrito, Takahata no se corta a la hora de mostrarnos las secuelas de la guerra, la escena donde después del bombardeo Seita se reencuentra con su madre ya moribunda y con el cuerpo completamente quemado es de un realismo impresionante. La falta de personal médico, de medicinas y sobre todo el calor, hacen que la madre fallezca, esto mueve a que los hermanos pidan asilo con una tía, que por lo que se entiende es hermana de su papá; padre que es oficial de la Armada Imperial Japonesa, que también se deja entrever que fallece lejos de su hogar y su familia.
Si de algo se nutre el relato escrito por Nosaka es la animación, se cuenta que el escritor recibió propuestas para llevar su obra a la pantalla grande, pero en forma de live action, a lo que él se negaba a vender los derechos de su obra argumentando que era imposible de llevarse a cabo, además de que la actuación de los niños no tendría la suficiente fuerza para interpretar a los dos personajes. Pero fue convencido por Ghibli, y a la hora de que Nosaka vio los guiones gráficos de la misma que quedó convencido de que esa era la única forma de que su historia viera la luz en una pantalla. Y es curioso ya que se han hecho dos películas con actores reales, adaptando el libro, pero en ninguna de las dos logran lo que Ghibli hizo con la película animada.
Toda la odisea que pasan estos dos hermanos llega a un punto clave de la película, después de salirse de la casa de la tía (personaje creado para mostrar la deshumanización del ser humano ante este tipo de situaciones), Seita y Setsuko encuentran a las afueras de la ciudad un refugio, el cual les servirá de hogar. Ahí los dos hermanos se alejarán un poco de su realidad y construirán su propia realidad paralela, donde Seita construirá un mundo imaginario para su hermana a base de juegos y atrapar luciérnagas; así como lo hace Roberto Benigni en “La vida es Bella” pero sin tanta manipulación sentimental.
“La tumba de las luciérnagas” es una obra maestra de la animación, animación completamente para adultos que muestra lo crudo de la guerra, y es el testigo perfecto para todas aquellas personas que murieron en la misma; lejos de los campos de batalla y de la primera línea frente al enemigo, esta película nos muestra como también el pueblo, “lejos” de esa primera línea de batalla, sufrió y sigue sufriendo los estragos de un evento al que no tienen la manera de cómo parar.
1 Comment
De hecho la primera pelicula live action no busca igualar a la cinta, por el contrario, intenta explorar un poco mas sobre el personaje de la tia, la cual pues todos queremos colgar despues de ver la cinta animada original y es entonces que vemos como se busca empatizar con la crisis que se vivia en ese entonces (aunque no termina por justificarla por completo de la calamidad que provoco), pudo haber sido mejor pero los estandares en la filmacion comercial japonesa si quedan por debajo de lo que uno desearia